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No fue hasta la salida, que las chicas se reunieron, habiendo estado preocupadasnpor Celina durante las últimas horas de clase.

Por otro lado, Celina también tenía que decir unas cuantas cosas, entre ellas, disculparse por su extraño y negativo comportamiento, y por no haber dicho nada sobre su condición a las personas con las que, más o menos, empezaba a tener confianda.

- María, perdón por haberte hablado así antes.

Se disculpó Celina, a lo que María la abrazó, en un impulso de afectividad. Vale, sí, sabía que Celina y ella no eran las mejores amigas (y que, posiblemente, nunca lo fueran a llegar a ser), pero tampoco quería hacerle feo, mucho menos, si su hermana rubia estaba al lado.

- Tranquila, te entiendo.

Intentó tranquilizarla la pelinegra, dando unos golpecitos suaves sobre la espalda de la artista.

Por un instante recordó una de todas las veces en las cuales, por el motivo que fuese, se quedaba con su hermana, abrazada a ella, consolándola en su malestar.
Tal vez, en ese momento, vio en Celina a la Daniela de niña, la que tenía una visión más pesimista hacia un incierto futuro, y la que lloraba cuando algo perturbaba su mente de forma continua.

- Sólo, no vuelvas a ocultar algo así de grave, ¿vale? Ahora somos un equipo, ¿no?

Celina se separó del abrazo, y asintió, más tranquila que antes.

- Cee~lii~naaaaaaa~.

Canturreó ya una "vocecilla" conocida, antes de que el cuerpo de Nerea se aferrase a la de la artista como una lapa.

Celina se quedó estática por unos pocos segundos, procesando lo que acababa de pasar. Los brazos que la rodeaban apretaban más su agarre, y podía distinguir palabras y frases como "Menos mal que estás bien", o, "¿Sabes cuán preocupada estaba por ti?", aunque, también distinguía algún que otro reproche como, "No vuelvas a hacer eso, porque, si lo haces, estaré triste", ...

Estaba más que claro que eso no provenía directamente de la pelinegra de ojos plateados.

- Sí, Alba, ya estoy mejor. Muchas gracias por preocuparte tú también.

Dijo, correspondiendo al abrazo.

- De todos modos, Noah, ¿por qué no le hiciste nada a Kevin?

Preguntó Alba, mirando a Noah, buscando una explicación.
Noah la miró con cierta neutralidad, y Alba hizo su mirada algo más fiera.

- Quiero decir que... como vuelva a hacer daño a Celina lo mato. Así que, dile que se contenga un poco, que no queremos otro "incidente" aquí.

Dijo con voz de ultratumba, aferrándose con más fuerza al cuerpo de Celina, antes de liberarla de golpe, pero sin dejar de estar a su lado.

Noah suspiró pesadamente.

- Bien, os lo contaré todo desde el principio.

Empezó el pelinegro, y las chicas prestaron atención.

- Kevin y yo somos hermanos, aunque creo que ese es un detalle que ya lo podéis haber visto con vuestros propios ojos-
- Vale, espera un segundito, Nerea también tiene derecho a saber...

○~Sobrenatural~○Donde viven las historias. Descúbrelo ahora