12 (3ª Temporada)

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Tan pronto como los chicos como las chicas se acabaron de preparar fueron al gimnasio, donde Lino y Abel les esperaban.

- Buenas, otra vez~.

Saludó el pelirrojo, tras dejar algo sobre una tabla que había en el suelo.

- Abel, veo que has venido, al final.

Dijo Daniela, sonriendo levemente, y el nombrado asintió.

- No había movimiento por la ciudad, así que he vuelto antes de lo esperado.
- ¿Qué es eso?

Señaló María, refiriéndose a las tablas, sobre las cuales había varios objetos: un péndulo, un bote de tinta china, un tocón de madera, entre otros varios objetos.

- Vamos a poner a prueba vuestras habilidades.

Explicó Abel, señalando la tabla.

- Estos objetos sirven para poner a prueba aquellos poderes físicos que tenéis algunos de vosotros.
- ¿Sólo los físicos? ¿Qué haremos los psicológicos?

Cuestionó Noah, y Abel le contestó.

- De momento, esperar.

Dijo, y, no supo por qué, pero Noah empezó a sentirse tenso. Como si pensara que algo iba a salir mal.

- ¡Mira, Celina, tinta china! Eso lo usas en tus dibujos, a veces, ¿no?

Exclamó Kira, señalando el botecito que contenía dicha tinta. Pero, Celina no dijo nada, ni hizo ningún movimiento. Empezaba a tener taquicardias.

"Mal, todo mal."

Pensó la de ojos café, mordiéndose la lengua.

- E-esto... ¿no tenéis tinta ni pintura de otro color?

Titubeó, de pronto, levantando una mano temblorosa como su voz.

- ¿Uh? ¿No es lo mismo una tinta que otra?

La pregunta de Abel le puso bastante nerviosa. Quería contestar un "No, claro que no", pero no salían esas palabras.

- E-el color negro es... más difícil de manejar.
- ¡Entonces mucho mejor, mujer! Si aprendes a manejar lo más complejo, el resto te será pan comido.

Animó Lino, recibiendo una mirada fiera por parte de María, a la cual correspondió con un simpático guiño.

- T-tranquila, Celina, todo irá bien.

Aseguró Andrew, a pesar de que Celina sabía de sobra que aquello no era cierto.
Tampoco era casualidad que nunca llevara ropa negra, ni tampoco el hecho de que sólo controlara tintas blancas o de otros colores. Era peligroso, y ella era muy consciente de ello.

- Vale... Empezaremos contigo, la pelinegra de los ojos grises.

Apuntó el pelirrojo a Nerea, quien tragó en seco.

- Me llamo Nerea...

Se presentó en un murmuro.

○~Sobrenatural~○Donde viven las historias. Descúbrelo ahora