11 (4ª Temporada)

2 1 9
                                    


Celina sólo sabía una cosa: su grupo y ella no pintaban más en el mundo de los vivos, por lo tanto, era ya hora de volver al otro mundo.

- No me puedo creer que tengan a Abel.

Gruñó Kira.

- Estamos jodidos.

Remató Alba, cabizbaja. Sí, el chaval no sería la alegría de la huerta, pero no dejaba de ser parte del grupo, además de una de las personas que los preparó para la guerra

- Vamos por partes. Primero, hay que reunirse con Karina y Bruno.

Dijo Andrew, pensando muy fríamente para, de algún modo, asegurar una victoria.

- Rubiales, en otra ocasión te diría que eso ha sido muy maduro de tu parte, pero, por esta vez, ponte a pensar.

Indicó la chica más fuerte.

- Abel... Es muy fuerte. Hemos perdido a un gran guerrero-
- No empieces tú también, Celina.

Interrumpió el ucraniano, bastante molesto con la actitud negativa del grupo.

- No podemos rendirnos ahora. Sé que, sin Abel, estamos algo desorientados, pero, él quiere que sigamos con la misión.
- Cierto...

Suspiró Alba.

- Muy bien. Vamos al otro mundo y vamos a darle su merecido al enemigo.
.
.
.

Daniela seguía avanzando con Coral y Kurai. Con su arma derribaba a la multitud de espectros que acababa de aparecer en el bosque, así, de repente.

"Está pudiendo ella sola con esos espectros."

Pensó, sorprendido, Kurai. No había sido capaz de apreciar, hasta ahora, la fiereza de Daniela. Al parecer, la falta de Abel le había dolido bastante, tanto, que Kurai hasta se preguntaba si existía alguna posibilidad de que Daniela se hubiese enamorado de Abel, porque, para pillar tal cabreo...

De hecho, hasta cuando los espectros cesaron de aparecer, la rubia se cargaba hasta los árboles que su arma llegaba a tocar, a una velocidad que, hace meses, le habría sido imposible alcanzar.

- Estamos a salvo, por ahora.

Suspiró la rubia, el látigo que había creado su poder a partir del arma, desapareció dentro de ésta.

- No parece quedar mucho más para salir del bosque... Una vez de vuelta en la ciudadela hay que buscar a Abel.

Indicó la rubia, como si hubiese tomado el liderazgo, ahora.

- Daniela, sé que no soy el más indicado para decir esto, pero intenta mantener tus sentimientos a raya.

Habló Kurai. El rostro de Coral palideció cuando una furiosa mirada por parte de la rubia se fijó en el albino, que, por algún motivo, se mantuvo neutral.

- Kurai, Abel no me ha entrenado para quedarme de brazos cruzados en esta guerra. Ahora que él no está aquí para salvarnos las espaldas, seré yo la que haga su trabajo.

○~Sobrenatural~○Donde viven las historias. Descúbrelo ahora