Abel abrió los ojos, débil. Aparentemente, y según había dicho Índigo en uno de sus monólogos que Abel definía como "aburridos" (aunque Abel no es que fuera, ni mucho menos, la alegría de la huerta), su energía estaba siendo drenada por el muro marmóreo al que estaba atado.
"Si un humano vivo hubiese estado en mi lugar..."
Pensó, con los párpados cayéndose por momentos, de nuevo.
"... hubiese muerto."
Suspiró. ¿Cuánta energía de más pensaban drenar de él?
- Así que tú eres el chico híbrido, ¿eh?
Habló la voz de un señor mayor. Abel lo miró con indiferencia. Un hombre mayor, con un cuerpo cubierto de unas sombras a modo de ropaje con capa, piel arrugada y ojos carentes de brillo.
- Debo darte las gracias de corazón por estar alimentando mi poder. Tienes mucha energía para ser una persona carente de poderes sobrenaturales.
El mayor caminó hasta quedar frente a Abel, aunque separado por una pared de vidrio.
- Nada mal para no tener poderes sobrenaturales, aunque, siendo honestos, tu mera existencia ya es algo que valorar.
El mayor pausó, para mirar más detenidamente al híbrido.
- Oh, por cierto, mi nombre es Eugenio, aunque para ti seré como una especie de dios, ya que creé este mundo.
- Tú fuiste el responsable de diversas muertes en este lugar... No, y también en el otro mundo.Gruñó Abel, a duras penas, pues su cuerpo continuaba cansándose al tener sus energías drenadas.
- No lo conoces, pero un personaje muy importante en filosofía, Maquiavelo, dijo lo siguiente: "El fin justifica los medios". Mi objetivo, que vivos y muertos convivan en un mismo mundo, necesita del sacrificio de algunas vidas.
Por alguna razón, la idea no sonaba nada buena para Abel, quitando el hecho de que estaba hablando con el creador del mundo en el que había nacido y crecido, pero, no por eso sus acciones eran justificables.
- ¿Por qué personas sobrenaturales?
Le preguntó, y Eugenio lo miró como si el híbrido hubiera hecho una excelente pregunta.
- Porque son las únicas capaces de sobrevivir en este mundo y el mundo que quiero crear, claro. Se le llama "selección natural", joven híbrido.
Eugenio pausó.
- Hay personas sobrenaturales cuyos poderes no afectan a los espectros, sí, pero-
- Si querías traer a sólo personas sobrenaturales, ¿por qué trajiste a personas como mi madre, Alicia, o Karina?Eugenio se puso serio, tal vez, mosqueado porque Abel lo había interrumpido.
- El caso de Karina fue accidental, lo admito. Ahora, por Alicia... no sabes nada, ¿no?
- ¿Qué dices?Una sonrisa perturbadora se hizo paso por el rostro del mayor.
- Tu madre podía no haber llegado, pero un espectro se obsesionó con ella: tu padre.
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○~Sobrenatural~○
Aléatoire¿Qué harías si vivieras con un poder que te diferencia del resto de la sociedad? ¿Y si ni siquiera tu instituto tiene una historia normal, sino que guarda una variedad incontable de secretos oscuros, que, hasta ahora, nadie se ha preocupado por des...