2 (4ª Temporada)

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Vale que el desierto del otro mundo era completamente nocturno, como la zona de ciudadela, pero, lo que no era normal, era el calor infernal que hacía allí.

- Lino...

Jadeó María. Ya se sentía mareada por el infernal calor de la zona, a pesar de que su traje tuviera un mecanismo de refrigeración, que, de algún modo, resultaba insuficiente.

- ¿No tienes ni una pizca de calor?

Cuestionó.

El chaval, que iba un poco más adelante que ella, arqueó una ceja, y, se giró de cuerpo entero, a mirar a su compañera. La sorpresa se la llevó la pelinegra cuando descubrió que Lino tenía el uniforme abierto por prácticamente toda la zona de su torso y abdómen.

- ¿Ya?

Quiso, Lino, despertar a María de su trance.

-¿Me vas a dejar de observar como un pedazo de carne fresca?

Preguntó el pelirrojo, al cabo de unos segundos.
María parpadeó, y, rápidamente, miró al pelirrojo a los ojos. Éste desvió la mirada, abochornado.

- Perdón.

Se disculpó la pelinegra, limpiándose el sudor que se escurría por su nuca.

- Disculpas aceptadas.

Dijo el pelirrojo, mirando el mapa digital de su dispositivo.

- En teoría, faltan menos de cien metros para llegar al campamento.

Anunció Lino, sin apartar la vista del mapa.
María, entonces, se adelantó corriendo hacia una colina alta que tenían delante.

- Lo veo.

Habló la pelinegra, y el de ojos olivino no tardó en alcanzar a su acompañante.

Al frente había una especie de campamento bereber, pero sin camellos ni gente.

- Qué raro que no hayamos visto un miserable escorpión.

Dijo Lino, quien había estado teniendo cuidado de por dónde pisaba todo este tiempo.
María paró en seco, y miró al pelirrojo, con una mueca de desagrado.

- ¿Pensabas que aquí no había bichos, o qué, niña de FP?

Se burló el chico, provocando una visible molestia para la pelinegra.

- ¿Todavía sigues con eso, en serio?

Lino carcajeó, adelantándose hacia el campamento, ignorando los reproches varios por parte de su compañera.

- En fin, el campamento parece vacío, y por el relieve de la zona puedo decir que lleva tiempo sin ser visitado.
- Vaya, ¿alguien estudió geología en sus tiempos libres?

Bromeó, sarcástica, la de ojos violáceos.

- Si hubieses nacido y crecido en las mismas condiciones que yo, valorarías toda gota de conocimiento que recibirías.
- Oye, no es que esté menospreciando nada. ¿Te recuerdo que me paso todo el día leyendo?

○~Sobrenatural~○Donde viven las historias. Descúbrelo ahora