Karina estaba en la sala de ordenadores, buscando cualquier señal, cualquier coordenada que pudiera mandar ese mundo a la mierda, a su desaparición para siempre.
Acompañándola estaba María, que decidió quedarse con la científica para defenderla en caso de ataque al único miembro no sobrenatural del grupo.- ¿Cómo lo ves, Karina?
Preguntó María, con una pierna y sus manos temblándole con ansiedad. En otra localización cercana estaba Lino pegándose con un furioso Índigo.
- Lo veo negro, muy negro.
Siseó la pelirroja, buscando, incansable, entre programa y programa.
- Joder, todos tienen contraseña, me cago en la puta.
Se frustró la científica de ojos esmeralda, conteniendo como malamente podía sus ganas de pegarle tremendo puñetazo a aquella pantalla que mostraba, sobre todo, ceros y unos de color verde fosforito sobre un fondo negro.
- ¿Reiniciarlo no serviría?
Sugirió María y, en ese momento, Karina se giró a mirarla.
- María, eres una genio.
Jadeó, apurándose para, con una secuencia de teclas, programar el reseteo de la máquina.
- Hazme un favor más, María.
María escuchó, y Karina sacó unas cuantas piezas.
- ¿Te importa irme montando la centrifugadora?
La de ojos violáceos miró incrédula hacia las piezas. Como si fueran un puzzle de Lego, joder, ¿no podía haberla traído Karina montada, o con alguna instrucción?
- ... La... ¿qué?
Se le escapó a María.
- Las piezas están enumeradas, así te será más fácil montarla.
Animó la pelirroja, y, con un suspiro pesado, María empezó a montar aquella extraña pero útil máquina de laboratorio.
.
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.Noah estaba de los nervios. Se sentía mareado, y ver a Andrew sangrar de la nariz a esas alturas de la batalla, le estaba dando muy pocas esperanzas.
- Parece que no tiene fin.
Jadeó el pelinegro, antes de dedicar otro disparo para Violeta.
- ¿No te mueres todavía? Eres muy resistente, chico.
- Ya, me lo dicen mucho.Sonrió, sarcástico. Había logrado disparar a Violeta en el brazo.
- Tu poder es muy interesante, Daniela. Permíteme usarlo.
Dijo Eugenio, y, de pronto, una atmósfera áurea cubrió al grupo de vivos, durmiéndolos al instante.
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.Noah abrió sus ojos. Estaba en una cama, acostado, sudando frío. Su vestimenta, ahora, era un pijama. Estaba en una habitación, a oscuras, aunque podía reconocerla, pues era su cuarto.
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○~Sobrenatural~○
De Todo¿Qué harías si vivieras con un poder que te diferencia del resto de la sociedad? ¿Y si ni siquiera tu instituto tiene una historia normal, sino que guarda una variedad incontable de secretos oscuros, que, hasta ahora, nadie se ha preocupado por des...