4 (3ª Temporada)

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Celina despertó en una habitación que, ni era la suya, ni, en definitiva, estaba en su casa. Ya no solo lo intuía por lo que veía, sino por el olor a galletas de chocolate o una lejana conversación en un idioma muy diferente al suyo, pero que, de igual forma, sonaba enfadada.

- ¿Dónde estoy? ¿A caso ha sido todo un sueño?

Preguntó en un fino y seco hilo de voz, tratando de recordar dónde estaba.

- Oh... Ya me acuerdo. Tenía que entregarle a Andrew la carpeta que me dio Noah, porque Andrew estaba enfermo y Noah vive en el quinto carajo...

Empezó a recordar en voz alta.

- Y, tampoco es como si Andrew viviera muy cerca del insti. El autobús tardó bastante... ¿o fue porque dio más vueltas de las que debería haber dado? ¡Ah, Celina, céntrate!

Se regañó a sí misma, pellizcándose la mejilla.

- Veamos, entré en el portal, porque estaba abierto, y subí en ascensor, y... luego... ese señor...

Empezó a temblar. Ya lo recordaba todo. La mirada de ese señor, lo asustado que parecía estar Andrew cuando Celina dijo que había visto a su padre... Y lo oído antes de perder el conocimiento.

- ¡Dios, qué vergüenza! ¿Cómo se me ocurre desmayarme en casa ajena? ¡Inútil, Celina, inútil!

Pegó su cara contra la almohada, recordando, inmediatamente, que se encontraba en el cuarto de Andrew. El olor a galleta hacía evidente a quién le pertenecía el cuarto. Y, no es que Celina fuese olfateando todo por la vida, pero, al tratarse de un olor tan peculiar, tampoco se trataba de algo que pudiese ignorar tan fácilmente.

"Debe pensar que soy una miedica. ¡Mira que desmayarme por las palabras de su padre!"

Pensó, entrando en un pequeño momento de pánico, que, de pronto, decidió parar, pellizcándose más fuertemente su mejilla, esta vez, la contraria.

- ¡Auch!

Se quejó, recordando que, precisamente, allí la había proporcionado, su madre, un buen bofetón.

"Espero no haber manchado la almohada con maquillaje..."

Suplicó, aliviándose cuando vio que no había rastro de maquillaje, ni en la almohada ni en ninguna parte de la cama.

"Menos mal... Por lo menos no la he cagado del todo."

El sonido de unos pasos acercándose al cuarto donde se encontraba la trajeron de vuelta a la realidad. Ahora que recordaba, ¿en qué momento había cesado aquella, aparentemente, agresiva conversación que sonaba en la lejanía?
La puerta de la habitación se abrió con lentitud, y Celina vio entrar a una mujer ya conocida: la madre de Andrew. Esta, preocupada, se acercó a su posición, examinando su cara con ojos piadosos.

- Perdón por lo ocurrido.

Se disculpó la mujer, con una expresión que Celina identificó como aterrada.

- Mi marido no sabe cuándo callar.
- Tranquila, está bien. No me encuentro mal.
- Pero-
- ¿Madre?

Andrew entró a la habitación, viendo a su madre y a su amiga que dirigían sus miradas hacia él.

○~Sobrenatural~○Donde viven las historias. Descúbrelo ahora