- Ella me decía que, lo que le pasaba, eran sólo terrores nocturnos.
Titubeó Daniela, aunque se sentía algo más calmada, sabiendo que su hermana estaba dormida, en su cuarto.
- Sí... Terrores nocturnos causados por su poder. Seguramente, si un humano se encontrara cerca de ella en un momento como ese, ya estaría muerto.
Habló Abel, casi en un bufido de irritación, con su mirada fulminando a un, prácticamente, despreocupado Lino.
Daniela, entonces, jadeó, pues la realidad la había chocado cual tren.
- Entonces...
De un momento a otro, su expresión de preocupación cambió a uno de furia. Estaba enfadada, triste, frustrada.
- ¡¿Cómo te atreves a mentirle a su propia hermana?!
Reprochó la rubia, a pesar de saber que su queja no iba a ser escuchada, mucho menos, contestada.
- ¡¿Es porque eres la mayor?! ¿¡Porque te sigo pareciendo débil!? ¿Sabe que, durante todo este tiempo, lo que he intentado hacer es hacerme más fuerte para que dejaras de controlar mi vida, porque ya no soy una niña que depende de su hermana mayor?
Abel apoyó una mano sobre el hombro de Daniela, dirigiéndole una mirada de compasión, que hizo que la rubia rompiera en llanto.
- Así que María te ocultaba cosas a ti también.
Dijo Lino, con voz ronca. Se lo notaba cansado y algo fastidiado.
- Siempre fue así. Yo siempre tenía que tener los horarios más estrictos, las relaciones restringidas, y todo eso porque a María no le gustaba que me juntara con nadie, porque temía que nos fueran a hacer daño, que me fueran a hacer daño.
Lloró Daniela, aún con rabia.
- Ella me dijo que mató a mi padre porque él descubrió mi poder, y, temiendo que mi padre me hiciera algo, lo mató, con su poder, sometiéndole a una pesadilla terrible.
Miró a la puerta de la habitación, cerrada a cal y canto.
- ... Ya veo. Aquello no fue un asesinato, sino un accidente y María, aún así, cargó con ello como si, realmente, hubiese matado a alguien.
Daniela asintió varias veces con la cabeza, tratando de lidiar con ese conflicto interno emergente, tras haber descubierto la verdad.
Lino suspiró pesadamente. Su semblante, por una vez, se volvió completamente serio.
- Entonces, Daniela.
Llamó.
- Entrenaré a tu hermana para que pueda controlar su poder.
- ¿De verdad? ¿Lo harías por ella?Lino asintió.
- Por ella, y para que no vuelva a ocurrir algo de este calibre.
Completó.
Daniela volvió a asentir.- Si puedes llegar a hacer eso, te estaré agradecida de por vida.
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○~Sobrenatural~○
Rastgele¿Qué harías si vivieras con un poder que te diferencia del resto de la sociedad? ¿Y si ni siquiera tu instituto tiene una historia normal, sino que guarda una variedad incontable de secretos oscuros, que, hasta ahora, nadie se ha preocupado por des...