- Buenos días, papá.
Saludó Nerea. Se había levantado casi a la par que su padre para poder despedirse de él.
A penas habían pasado unos días desde que dieron de alta al mayor, en el hospital, junto con el padre de Celina, y ya había vuelto a trabajar como lo hacía antes de lo sucedido.
Decidió, además, quedarse en casa de su hija por unos días para hacerla compañía, temiendo que le fuera a pasar algo. Aunque, claro, el no sabía sobre la peculiaridad de Nerea, por lo que, para ella, su protección le era algo innecesario, a pesar de que valoraba el volver a estar con él como familia, cosa que echaba ya de menos.- Buenos días, cariño. ¿Has dormido bien?
- Sí.Mintió Nerea. ¿Cómo iba a dormir decentemente cuando estaba a punto de participar en una guerra? Era, simplemente, imposible.
- Verás... Venía a decirte que... me voy a ir por un tiempo.
Nerea luchaba con todo su corazón para no llorar.
Su padre la miró, serio.- Parece que la cosa es seria... ¿No sabes cuándo vas a volver?
- ... No.
- Ya veo.Un incómodo segundo de silencio pasó.
- Y, ¿Noah va contigo?
- Noah, y Celina, Coral, Daniela, María, y todos los demás.Nerea no había hablado mucho de su grupo. De hecho, su padre sólo conocía a Noah y a Celina, aunque tuviese favoritismo por el primero mencionado, por obvias razones.
- Cuida bien al chaval. Los del norte nos tenemos que ayudar.
- Si fuera del sur, también lo haría.Completó Nerea.
- Le quiero igual.
Añadió, y su padre sonrió juguetón.
- ¿Que "lo quieres", dices? Y yo que pensaba que ibas a negarlo. ¡Ah, cuánto has crecido, cielo!
Nerea suspiró pesadamente. Su padre era, por dentro, un chaval con las hormonas a mil.
- Me ha invitado a tomar un chocolate con churros cuando volvamos. Obviamente no lo puedo rechazar.
- Oye, dile que está bien avanzar poco a poco, pero que tampoco se pase de la raya, ¿eh? Que veo qué intenciones tiene.
- ¡Pero si ya le conoces, no es mal chaval! Ya verás que no va a hacer nada raro.
- ¿Seguro que no piensa, en vuestra primera cita, llevarte a la ca-
- ¡Papá, que ya eres un adulto, hombre!Exclamó Nerea.
- Además, cuando te fue a visitar al hospital, hablábais como si fuerais amigos de toda la vida.
- Y claro que es un buen chaval. Ya te lo dije, sólo aceptaré a ese chico como continuación de nuestra familia.
- ¡Uff, calla, calla, que me recuerdas a mi madre!El semblante del mayor se endureció ligeramente ante la mención de la progenitora de Nerea.
- La diferencia es que tu madre te quería casar a los dieciocho, con o sin tu aprobación, a la antigua. Yo quiero que estés con ese chaval, porque que es amable, respetuoso, y tiene un claro cariño incondicional hacia tu persona.
El mayor se levantó del sofá donde estaba sentado.
- Ya sabes que no te voy a decir que correspondas los sentimientos de una persona sí o sí, eso es cosa tuya.
- Lo sé... Siempre fuiste más comprensivo conmigo que mi madre.
- Fue culpa de ella y mía que crecieras sin tener ni idea de estos temas. Actuar como "buenos" padres a pesar de que ambos ya no nos soportábamos, finalmente, resultó en un pequeño trauma que has estado arrastrando hasta hoy.
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○~Sobrenatural~○
Aléatoire¿Qué harías si vivieras con un poder que te diferencia del resto de la sociedad? ¿Y si ni siquiera tu instituto tiene una historia normal, sino que guarda una variedad incontable de secretos oscuros, que, hasta ahora, nadie se ha preocupado por des...