18 (3ª Temporada)

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Llegó el lunes, un día odiado por muchos, pero, para el curso de cuarto de secundaria, era, definitivamente, el peor día.

- Primera hora: matemáticas.

Recordó Celina, en un suspiro pesado.

- M-míralo por el lado positivo, por lo menos, nos las quitaremos una vez que pase esta hora.

Tembló Nerea. Estaba extrañamente nerviosa, y Celina lo veía con una claridad cercana a ser cristalina.

- Nere, ¿ha pasado algo para que estés tan nerviosa?
- ... Sí.

Celina no se esperaba obtener una respuesta tan rápidamente, pero, no por eso iba a quejarse.

- V-verás... El sábado pasado fui a visitar a mi padre al hospital.
- Sí, está en la misma habitación que mi padre, ¿no? Estaba dormido cuando fui a visitar a mi padre.

Nerea asintió.

- Cuando llegué... Lo vi hablar con Noah.
- ¿Y qué pintaba Noah allí?
- No lo sé, pero entabló una buena amistad con mi padre...
- Pero, ¿eso no es, en teoría, bueno?

Nerea siseó un momento, sin saber qué responder.

- ... E-el caso es que, se me hizo pasar un momento un tanto vergonzoso y... ¡creoqueNoahpiensaqueestoyenfadadaconélperonoestoyenfadadaconély-
- ¡Tía, tía, más despacio, que me cuesta procesar la información!

Cortó Celina, y Nerea se golpeó la frente contra la mesa.

- Que mi padre y Noah me avergonzaron un poco y, ahora, creo que Noah piensa que estoy molesta con él, ¡pero no estoy enfadada con él! ¡Ay, no sé qué hacer!

Celina jamás había oído a su amiga pelinegra así de frustrada.

- ¿Y si hablas con él en el recreo?
- Me da mucho corte...

El resto de alumnos comenzaron a entrar en el aula, y, no mucho más tarde, el profesor, dispuesto a dar su lección de matemáticas.
.
.
.

- ¿Cómo está él?

Preguntaba María.
Estaba con Karina, a la entrada de la sala de operaciones, y, dentro de dicha sala estaba Lino, todavía reposando.

- Caísteis desde una altura que podría haber sido mortal, y, sin embargo, Lino sigue con vida.

Explicó la pelirroja, pareciendo fascinada por sus propias palabras.

- Se está recuperando con una velocidad mayor a la esperada. Lo único, cuando despierte, hay que dejarle claro que no debería hacer un esfuerzo físico extremo hasta dentro de unas semanas.
- Está bien...

Karina sonrió, viendo la obvia preocupación que María llevaba expresando desde lo ocurrido con Lino. La pelirroja no sabía qué pudo haber ocurrido en aquella salida, pero, definitavamente, había abierto los ojos y corazón de la de ojos violáceos.

- No creí que te fuera a importar tanto. Después de todo, parecías evitarlo, antes.
- Después de lo sucedido, creo que no puedo forzarme a ignorarlo mucho más.

○~Sobrenatural~○Donde viven las historias. Descúbrelo ahora