Bakugou Katsuki cree que hay cosas peores que soportar la ropa sucia tirada en el baño, los lloriqueos a medianoche por parte de un adulto y un adolescente que ven los dramas románticos de los sábados, y los regaños constantes de un hombre con demas...
—Okay, lo siento Kacchan y gracias —suspiro Midoriya —Te espero.
El pecoso cortó la llamada y volvió a suspirar una vez más. No quería llegar a eso. Bakugou había salido con Todoroki y a todas luces, era algo serio, no importaba que tanto el cenizo quisiera ocultar que solo eran amigos.
Bakugou nunca se había levantado tan temprano y tocado la batería como de un concierto de rock se tratara porque estuviera nervioso de conocer a la madre de un amigo. No, pero el de ojos esmeralda no pensaba decir nada al respecto hasta que el mayor lo admitiera por su cuenta.
Sin embargo, eso no era lo importante. No ahora. No hoy.
—Denchan —tocó otra vez la puerta cerrada —Denchan.
Nada. Puro silencio era lo que había en la habitación de Kaminari y el pecoso se estaba enojando más, de ser posible, que antes.
— ¡Denchan!
Nada.
Izuku suspiro por tercera vez. No sabe qué sucedió —bueno, una parte suya lo intuía— simplemente menciono a Hitoshi en una conversación que tuvo con el rubio en el comedor, sobre el nombre que le había puesto al único gatito macho que le habían dado y como lo estaba cuidando. Después de eso, el pecoso fue testigo como por primera vez su hermano menor tartamudeo al hablar, se sonrojo de color escarlata y lloro sin ningún aviso.
Lloro.
Su hermanito menor lloro y corrió lejos de él, del comedor y se encerró en su habitación. No le importo la cantidad de veces que el pecoso aporreo la puerta ni que mencionara que llamaría a Katsuki. No le abrió, no le hablo.
No pasaba nada. Y Midoriya no podía tirar la puerta abajo. Él no tenía la suficiente fuerza pero Bakugou sí. Así que no le quedaba de otra que esperarlo y seguir insistiendo en que, por las buenas, el de ojos dorados abriera la puerta.
Unos segundos antes de volver a tocar, el pecoso saco su celular y escribió un mensaje rápido de disculpa a Todoroki.
Le compensaría de alguna manera la cita que había perdido con su hermano mayor.
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Idiota, idiota, idiota. Soy el mayor idiota sobre la jodida e inmensa tierra.
Denki enterró su rostro en la almohada y gruño de pura frustración, ¿por qué no puedo controlar sus emociones unos segundos? Lo seguía repasando en su mente, el momento en que todo salió mal y sus ojos se nublaron, traicionandolo.
¿Fue cuando Izuku nombró de forma casual a Hitoshi? ¿O fue cuando pregunto sobre el nombre que le había puesto al gatito? ¿En qué momento exacto sintió las paredes del comedor cerrarse a su alrededor y las lágrimas fluyeron?
Era patético llorar por eso. Además, solo preocupó al pecoso y le hizo llamar a Katsuki. Y el mayor estaría enojado con él porque le hizo preocuparse y le haría escupir la maldita razón que tenía para ello.
