La valentía es diferente para todos.

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Kirishima Eijirou no había visto a alguien llorar delante suyo desde que era un infante, así que no sabía muy bien como reaccionar además de torpemente y con cautela.

— ¿Estás bien? —susurro hacía el chico que estaba inclinado en el piso y con un mapa en mano.

Aquel día, su escuela secundaria tenía un encuentro deportivo con una escuela del otro lado de la ciudad y varios estudiantes estaban recorriendo el lugar, aún sí tenían uniformes parecidos, pudo reconocer que el chico delante suyo pertenecía a la otra escuela por como miraba hacía todos lados con sus ojos esmeralda llorosos.

— ¿E-Eh? ¡L-Lo siento! —se puso de pie el más bajo — ¿Te estaba bloqueando el camino, no? Realmente lo siento, quería revisa el mapa y como estaba inquieto me apoye aquí, no tenía intenciones de ser molesto.

Kirishima sonrió levemente hacía el joven para que se calmara, sus pecas destacaban sobre su pálida piel y tenía cabello verde revoltoso que iba a juego con sus ojos esmeralda. Debía ser un niño de primer año como él, aunque si no fuera por el uniforme hubiera apostado a que era un estudiante de primaria por lo bajito que era.

—No sucede nada —aseguro para tranquilizarlo — ¿Viniste a ver el partido de hoy?

— ¡Sí! —respondió automáticamente el contrario —Pero no encuentro el gimnasio. Me dieron este mapa para orientarme pero me perdí más —soltó una risita el pecoso —Y eso que quería ver a mí hermano jugar.

—Yo puedo llevarte hasta el gimnasio —ofreció el azabache sin pensarlo dos veces y el de ojos esmeralda sonrió más grande para después seguirle el paso — ¿Tu hermano es de segundo año que está jugando?

Eijirou había querido formar parte de alguno de los clubes deportivos de su escuela. Pero con solo notar el maltrato que hacían sus superiores contra los niños de primer año, eligió desistir y tal vez probar el siguiente año. Se consideraba algo cobarde por eso, pero no se veía a sí mismo enfrentandose a sus intimidante superiores.

—No, es de primer año.

El azabache volteo su cabeza hacía atrás al oír el tono franco en la voz del contrario. El pecoso debió pensar que dijo algo erróneo por su expresión de confusión pero se adelantó sin dejarlo hablar primero.

— ¿P-Primer año? —tartamudeo aturdido sin creer lo que oía — ¿Y como le va? ¿Es tratado bien?

El de ojos esmeralda soltó una baja risita y uso una mano para negar.

—Para nada, Kacchan es demasiado orgulloso y terco. Siempre les lleva la contraria sus superiores, lo que termina con él siendo aplastado en los entrenamientos. Honestamente, me preocupa a veces —relato el pecoso —Pero eso es lo que le llevo a ser un titular en su equipo. Enfrentó las cosas y logró lo que quería, ¡es realmente increíble! —un brillo paso por los ojos esmeralda —Y eso que ni yo ni Denchan creíamos que sería bueno en los clubes deportivos que no fueran en solitario, ¡con lo que le gusta estar a cargo de todo! Es asombro lo bien que lo ha llevado y como se ha adaptado, aparte que aprendé...

El espiral de glorificacion del chico más bajo hacía su hermano no parecía tener fin pero el azabache lo encontró divertido y le dio un poco de envidia. Un chico de su edad, enfrentandose con valentía a lo que él no podía y saliendo vencedor. Sí, sentía algo de envidia y celos mezclados con su propia vergüenza por no poder hacer algo más para cambiarlo.

El pecoso debió notar que se había excedido con sus palabras, porque se sonrojo y murmuró una disculpa.

—No pasa nada, se nota que quieres mucho a ese hermano tuyo —retomo el camino Kirishima — ¿Y quién es Denchan? ¿Una hermanita?

Quiero conocerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora