La Navidad es amigos, familia y un par de problemas adicionales.

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Izuku casi, casi golpea a su primo mayor por lo exagerado de sus reacciones.

Pero tenía que recordarse que era el veinticuatro de diciembre y que debía ser tolerante.

Aunque como Tenko siguiera llorando dramáticamente sobre su hombro...

— ¡Ya deja a Deku en paz, maldita sea! ¡Vete a llorar a otro lado!

¡Kacchan, te amo!

El pecoso sonrió lleno de alegría cuando su hermano mayor le salvó de la prisión que era el de cabello celeste pastel y lo empujo a su lado para que no pudiera arrastrarlo a otro abrazo de pulpo.

— ¡Katsuki, devuélveme mí hombro dónde llorar mis desgracias! —exigió el mayor — ¡Comparte, mocoso! ¡Es navidad!

— ¡Vete al carajo! ¡Tanto extrañas a tu novia, entonces ve por ella! —gruño el cenizo — ¡No te quedes lloriqueando como nena en mí maldito sofá!

— ¡Tú no lo entiendes! ¡En este momento su casa está rodeada por gigantes! ¡Cómo vaya me harán papilla por estarme acostando con la princesa de su raza!

— ¡No exageres y lárgate de una puta vez! ¡Tu novia dijo que la irás a buscar!

— ¡Me arrepentí!

Midoriya suspiro y se alejo de la escena como un ninja. Shimura había prometido traer a su novia a conocer a la familia y ella había accedido con la condición que la noche antes de navidad —el día dónde harían la celebración— él fuera a buscarla a su casa para saludar brevemente a sus padres y a un par de sus parientes que estarían de visita.

Cabe destacar que en la familia Usagiyama, la gran mayoría de sus integrantes eran altos, corpulentos y de tez morena. Literalmente, gigantes como bien decía el joven de cabello pastel celeste.

Tenko apenas llegaba a igualar la estatura de Mirko. Y su novia le había asegurado que ella era bajita comparada con toda su familia.

El mayor tenía razones para estar aterrado, sumando a la bebida que Emi y Hizashi le hicieron probar cuando llego, sus miedos solo se manifestaron con mayor intensidad y provocaron que atormentara al de ojos esmeralda durante un par de horas.

Izuku se sintió más tranquilo una vez llegó hasta la cocina y con curiosidad fue a ver algunos de los platillos que había sobre la barra.

—Izuku-nii, sabes que te quiero mucho, pero aún así te pegaré como robes algo —advirtió Denki divertido al ver el puchero de su hermano mayor en respuesta.

—Tenko lloró sobre mí hombro por horas, ¿y no me darás aunque sea un pedazo de pizza? —puso ojitos tristes el pecoso —Por favor, Denchan.

—Nope, guarda esa carita para Ei. A mí no me hace el menor efecto.

El pecoso bufo rendido y el rubio sonrió, dando un vistazo por sobre el hombro de su hermano mayor hacía la sala y riendo ante la escena que se desarrollaba ahí.

—Pobre Tenko, no soporto nunca bien el alcohol —se lamento el de ojos dorados por su primo mayor  —Espero que Rumi no se enoje con él cuando vaya a buscarla.

—No irá, no está en condiciones de conducir. Padre ya fue a buscarla por él —argumento el pecoso.

—Oh, ¿por qué no le dijiste eso antes? —cuestiono el de ojos dorados —Te habrías ahorrado el llanto.

—Quise decirle, pero la tía Emi y el tío Hizashi dijeron que arruinaría toda la diversión si lo hacía.

Kaminari soltó una carcajada ante esas palabras y Midoriya también se rió un poco.

Quiero conocerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora