Especial : Antes de conocerte.

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Aizawa Shota de veinticinco años se preguntaba porque carajos confío en su mejor amigo aquella tarea y tiene que recordarse a sí mismo que no se la confío, sino que Yamada Hizashi insistió en que podía hacerla bien y que ya estaba mayorcito como para hacerse cargo de algo tan sencillo como lo era reservar una habitación de hotel.

Y el de idiota que no aprende la lección, tuvo que creerle.

—S-Sorry, Shota...¡n-no me mates, por favor! ¡te juro que la había hecho, en serio! —lloriqueo el rubio — ¡Debe ser una confusión del hotel! I-Iré a hablar con ellos otra vez, tú espera aquí.

El azabache gruño y el rubio de melena larga tomo eso como una señal para salir corriendo rumbo al lobby de un bonito y modesto hotel donde debió hacer hacía meses su reservación. No supo si volverse para el aeropuerto, comprar un boleto de avión rumbo a Japón o esperar que su idiota amigo volviera para poder patearle el jodido trasero antes de irse.

Opto por la segunda, como el de ojos amarillos no les consiguiera una habitación, lo golpearía y se iría al aeropuerto en un maldito taxi junto con su valija.

¿Por qué accedió hacer ese viaje en primer lugar? Ah, cierto, él y el rubio habían terminado sus profesorados y querían —o su amigo quería— unas vacaciones antes de empezar a ejercer en una institución de prestigio como Yuei, donde los dos hicieron prácticas por unos meses y una vez recibidos, el director le ofreció unos puestos de empleo.

Cómo sea, Hizashi quería un viaje de celebración debido a eso, a su futuro empleo y al fin de su carrera universitaria. Shota había querido quedarse en su minúsculo departamento encerrados los tres meses de vacaciones que tenía antes de ir a la preparatoria y finalmente, ser un profesor. Pero el llanto de su amigo lo termino arrastrando a esa aventura dónde ahora estaba en Estados Unidos, Santa Bárbara, California en una cuadra dónde el sol ardiente lo estaba derritiendo y con abundantes posibilidades de terminar durmiendo en la calle porque había una alta tasa de turistas por esas fechas y las posibilidades de que el hotel les diera una habitación eran casi nulas.

—Odio este maldito clima, ¿por qué mierda no me fijé si había hecho la reservación antes de subirme al avión? —murmuró molesto el de ojos ónix y saco su celular, viendo la foto que tenía en la pantalla —Debí...haberme quedado en casa y así al menos tendría señal para mandarle un mensaje.

Su teléfono necesitaba un cambio en su número para funcionar adecuadamente en el territorio estadounidense o podría ir a una caseta telefónica pero como paso lo del hotel, el azabache aún no había hecho ninguna de esas dos cosas.

Así que no podía mandarle un mensaje o llamar a su hermana menor, Miyuki Aizawa, que tenía dieciocho años.

El azabache sabía que su hermana no necesitaba que le mandara mensajes todos los días, sus personalidades eran similares y los dos eran un poco ariscos respecto al afecto. Pero con la situación actual con sus padres, mandarle un mensaje a su hermana recordándole que la quería y extrañaba no estaba de más. Sus padres lo habían echado de su hogar cuando al cumplir la mayoría de edad se declaró bisexual y como Yamada lo acompañó —en señal de apoyo, porque su amigo sabía lo que le costó hacer eso— sus progenitores lo tacharon también de mentiroso. Porque creyeron que en realidad era gay y que decir que era bisexual era para encubrir que le gustaba su mejor amigo.

En primer lugar, el azabache era bisexual y había estado con mujeres durante su adolescencia, pero a medida que fue creciendo se dio cuenta que prefería a los hombres por sobre ellas. Más si eran mayores y daban esa sensación de madurez que venía de una vida de experiencia, a veces creía que era porque se sentía seguro al lado de ellos. En segundo lugar, conocía al rubio de ojos amarillos desde que tenía trece años y era la persona menos madura que hubiera conocido en toda su vida, definitivamente no le gustaba ni se sentía atraído, ¡ni estaría con él aún si era el último hombre sobre la tierra!

Quiero conocerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora