Distintas personalidades.

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Aizawa desde un inicio supo que sus hijos eran muy distintos entre sí.

Pero nunca creyó que tanto.

—P-Papá, gracias por ayudarme.

El azabache volteo la cabeza para ver hacía el pecoso. Hacía unos días había empezado a llamarlo a él de esa forma y a Toshinori, "padre", lo cual sonaba muy formal en la voz infantil del pequeño niño.

Esperaba que Izuku no se estuviera esforzando en hacerlo. Porque era realmente agradable escucharlo llamarlo de esa forma.

—No hay de qué —le dio un breve sonrisa — ¿Esto era todo lo qué querías?

El menor asintió. Estaban tanto él como el azabache cubiertos de pintura azul que usaron para dar color a la habitación antes tan blanca y aburrida. También pegaron posters de series que Midoriya seguía y un pequeño estante para sus cómics.

Increíblemente, los tres niños compartían ciertos gustos por la lectura.

A Bakugou le gustaban los libros de aventura, misterio y por recomendación de Yagi, había leído un par de poesías que termino guardando con cierto grado de posesión. Mientras que Kaminari leía mangas, cómics y libros contemporáneos de romance para su edad.

Shota se sorprendía día con día con sus hijos. Tanto por las similitudes como por las obvias diferencias entre esos tres.

Ningún día era como el anterior y eso era fantástico. Lo llenaba de un sentimiento cálido que no podría de ninguna forma explicar y que deseaba conservar con él todo el tiempo que le fuera posible.

—Anciano, Deku.

Los mencionados dirigieron su atención ante la voz que los había llamado. El azabache no regaño a el cenizo por llamarlo de esa manera únicamente porque traía una bandeja con bebidas frías y sándwiches.

El de ojos rojos tenía sin dudas un don para la cocina. Pero seguía siendo muy pequeño para hacer cosas más elaboradas. Por mucho que quisiera llevarle la contraria al respecto.

— ¡Gracias, Kacchan! —se apresuró el pecoso en llegar hasta él y tomar la bebida — ¡Está bueno!

Katsuki sonrió presumido y dejo la bandeja en el piso mientras miraba el cuarto. Aunque el olor a pintura era demasiado fuerte para él y quería dejarlo pronto, le hacía sentir dolor de cabeza.

—Izuku, come y ve a bañarte —ordeno el azabache saliendo de la habitación seguido de el de ojos rojos —Tambien deja tu ropa sucia en el cesto para que la lave después.

El pecoso asintió aunque estaba más concentrado en devorar su sandwich de lechuga y huevo que en escuchar al mayor.

Bakugou salió del cuarto recién pintado para dirigirse a su propia habitación pero cuando noto que el adulto le estaba siguiendo le vio con una ceja alzada y se detuvo antes de entrar.

—Quiero ver cómo quedó —respondió Aizawa la duda que el menor no estaba expresando en voz alta.

El cenizo se encogió de hombros ante esa respuesta, en señal de que no le importaba y le permitió a su padre entrar. Su habitación mantenía las paredes blancas pero el ropero ahora era de color negro y tenía un escritorio de madera en una esquina. Por lo demás, estaba bastante ordenando y solo Ni parecía causar estragos jugando con una pelota de lana en el piso.

—Ni se mete en mí armario para esconderse del idiota de Denki —bufo el cenizo — ¡Y deja su pelo por todos lados!

—Acostumbrate o usa ropa negra, esas son tus opciones —aconsejo el mayor divertido por el berrinche de su hijo —Iré a ver si Denki ordenó su habitación.

Quiero conocerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora