Situaciones familiares.

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—Jiro, tarde o temprano pasaría —suspiro Kaminari resignado —Además, ¿acaso piensas esquivar a Yaomomo toda la noche?

Koda asintió de acuerdo con las palabras del rubio quién por primera vez no estaba sonriendo ni haciendo bromas cómo era habitual en él. No, estaba serio y ligeramente fastidiado con la actitud que había tomado Jiro respecto a Yaoyarozou.

—No, pero...

—Pero nada, ¡ve con ella! Te ha estado buscando por todos lados y lo sabes, no puedes seguir escondiendote detrás mío o de Koda —renegó el de ojos dorados — ¿Cómo crees que se siente ella al ser rechazada de esa forma? ¡Debe estar preguntándose qué te hizo para que actúes así!

— ¡Pero...! ¡E-Es que ella dijo que tenía algo importante que decirme está noche y por su expresión no es algo que voy a querer escuchar! ¿Y si finalmente se dio cuenta de mis sentimientos y quiere decirme que no puede corresponderme? —interrogo ansiosa la pequeña azabache —N-No, definitivamente no quiero oír eso.

El rubio suspiro por cuarta vez en la noche y el robusto muchacho miro a su amiga con resignación, poniendo una mano sobre su hombro para brindarle apoyo.

Shinsou se sentía un poco de más en esa escena pero no podía decir que no entendía del todo el sentir de la de ojos ónix. Él también tuvo un par de veces uno que otro ataque de pánico al respecto de si el rubio había descubierto sus sentimientos por él y pensaba dejarle en claro que entre ellos no podría existir nada más que un lazo de amistad y familia. No era una sensación agradable esa de sentir como todo el mundo se venía abajo al imaginar a la persona que mas quería decirle que no podía corresponder sus sentimientos.

Era devastador. Por eso, el de cabello purpura sentía un poco de compasión hacía la azabache y podía comprenderla.

—Vale, tú ganas. Iremos con papá y el tío Hizashi a decirle que te sientes mal, así te dejarán quedarte en el autobús y nadie se dará cuenta que estas ahí hasta que sea la hora de irnos —planeo rápidamente el de ojos dorados —Eso hará que por esta noche te libres de Yaoyarozou. Pero recuerda que nos quedan tres días de este viaje, Jiro.

—Esta bien...gracias, Kaminari, en serio —agradeció la azabache con un suspiro y mirando con cariño hacia el robusto muchacho que seguía poniendo su mano sobre su hombro —Lo siento Koda y gracias a ti también.

—No pasa nada —susurra tímidamente el muchacho.

Kyoka dirige entonces su mirada hacia Hitoshi y parece algo arrepentida. Quizás, porque ha robado parte de la noche en la que el de ojos purpura pudo haber pasado a solas con Denki. Pero él le indica con una negación de cabeza que estaba todo bien y no estaba para nada molesto, mucho menos decepcionado con la situación.

Su novio iba a ayudar a sus amigos siempre y él sabía eso perfectamente. Era una de las cosas que le gustaban de su personalidad que fuera tan altruista y generoso, aún si reprochaba un poco en el medio.

—Bueno, vayamos. No están muy lejos de aquí —indica el rubio —Toshi, ¿y si vas a comprar algo mientras? Me dio hambre, busquemos un lugar para comer juntos cuando vuelva.

—De acuerdo, ¿dulce o salado? —cuestiona el más alto por si acaso.

— ¡Dulce! —responde sonriente el rubio y se acerca a su novio para plantearle un beso en su mejilla —Gracias, ya vuelvo.

El más alto se sonroja un poco —aunque se este acostumbrando, las muestras de afecto tan inesperadas por parte de su novio le siguen afectando— y asiente en dirección a los jóvenes que se pierden de su vista a unos metros. Con pasos relajados y tranquilos decide irse a buscar un puesto que cumpla con los deseos del menor.

Quiero conocerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora