Recuerdos no gratos y accidentes.

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—Quiero un insecticida —murmuraba pensativa la castaña — ¿O será mejor un simple repelente?

—Creo que el insecticida es una buena opción y podrías darle más usos en el futuro, Uraraka-kun —opinó el de lentes.

—Además, a dónde iremos habrá realmente muchos mosquitos.

Midoriya hizo ese comentario por molestar a su mejor amiga quien tenía una especial relación con los insectos chupasangre que atacaban durante el verano y la primavera. Tuvo que reprimir una risa cuando la vio voltear su cabeza a una extrema velocidad hacía él, con una expresión llena de pánico y angustia.

— ¿E-En serio, Deku-kun? —pregunto asustada —Pero estaremos en unas cabañas, así que no debería haber tantos problemas, ¿cierto?

—Sí, pero algunos días acamparemos afuera, Uraraka-san —dijo dulcemente el de ojos esmeralda — ¿No es así, Iida-kun?

—Bueno, sí pero no por eso...

— ¡Necesito ese insecticida! ¡Lo necesito! ¡¿Donde está? —se alteró la femenina — ¡Insecticida!

El de pecas se tapó la boca para no soltar una fuerte carcajada por la reacción que logro en su amiga y el de lentes aunque le vio con leve reproche, también compartió una risa cómplice con él.

—Eso estuvo mal, Midoriya-kun —comento el más alto —Fue gracioso, pero estuvo mal.

—Lo sé, le comprare unos chocolates especiales a Uraraka-san como compensación —aseguró el de ojos esmeralda — ¿Irás a buscarla, Iida-kun?

El más alto asintió y el de pecas sonrió, separándose de él para ir a buscar sus propias cosas.

Era el día dónde la clase A en conjunto estaban haciendo sus compras para su viaje a Sendai, a una región boscosa y con un clima húmedo y cálido en esta época, aunque por las noches hacía bastante frío. Según Aizawa, harían actividades que iba desde el montañismo hasta visitas a templos históricos. Un buen viaje para su último año escolar.

Estaban todos felices y los líderes de la clase no tardaron en redactar una lista con lo básico que cada alumno debía llevar el viaje. Ropa de gimnasia, ropa de invierno —por si el clima hacía de las suyas— zapatillas cómodas, guantes resistentes para hacer escalada, implementos de higiene, etc.

Yaoyarozou hizo hincapié en las cosas que deberían ser más útiles para todos, mientras que Iida recalcó lo obvio para evitar problemas. Después, lo que llevará cada uno de forma individual era un tema aparte.

El de pecas sabía que sus hermanos llevarían como cosas individuales importantes —según ellos— una guitarra y una colección de especies picantes, lo cual era bastante típico de esos dos. Uno no podía vivir sin la música y otro sin consumir picante por toda una semana.

Por otro lado, él solo quería un par de libros para leer en el viaje de ida y vuelta, junto con un par de pantalones deportivos nuevos ya que los que tenía estaban un poquito viejos y gastados.

Izuku estaba pensando si iba primero a una librería o a una tienda de ropa deportiva, optando al final por ir a la segunda ya que estaba seguro que demoraría más en elegir un par de libros que un pantalón cualquiera.

Estaba por irse hacía donde estaban las tiendas, cuando sintió una mano chocar de forma brusca contra su hombro y una vez que le sonó conocida pero distinta hablar detrás suyo.

— ¡Midoriya, cuánto tiempo sin verte! ¿El de recién era tu novio? Pues, que espantoso gusto tiene para estar contigo.

El pecoso al escuchar esas palabras, en ese tono tan despectivo y sintiendo la burla de la otra persona, únicamente puedo pensar en una cosa.

Quiero conocerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora