¿Una fiesta sorpresa?

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Bakugou no estaba de humor pero había una diferencia entre eso y negarse a salir a almorzar con Todoroki.

No podía vencer a esa maldita cara de puchero que ponía el contrario cuando estaba a punto de negarse.

—Vamos al patio —declaro de forma brusca —Rápido.

El bicolor asintió, automáticamente sonriendo un poco y yendo trás él, de forma tan alegre que al cenizo le recordaba a un cachorro y le hacía olvidar su molestia.

Aunque no tenía porque enojarse con él.

No era culpa del más alto gustarle o no —apostaba un millón a que sí— a Yaoyarozou.

Pero aún así es jodidamente molesto e insoportable verlos juntos.

Katsuki gruño, recordando la causa de su enojo en la última semana. Momo había estado más que apegada a Shoto desde que inicio el nuevo año escolar y era tan insoportable tanto el hecho de su obvio enamoramiento, así como también el desconocimiento del mismo por parte del bicolor.

En serio, incluso el cenizo a veces sentía lástima por la azabache. Pero por algún motivo, las únicas dos femeninas que estaban de su lado respecto a su enamoramiento, eran Hagakure y Jiro. Las demás parecían reacias a decirle algo o incómodas, Uraraka y Ashido en especial. Asui se mordía la lengua cada vez que parecía a punto de decirle que era una mala idea ir tras el bicolor.

Aunque, nuevamente, el de ojos rojos no sentía que debería meterse en eso.

Los dos adolescentes llegaron al patio trasero de Yuei después de unos minutos de recorrido y se sentaron en unas bancas. Había más estudiantes por los alrededores, después de todo, era un bonito día y era agradable comer afuera de la cafetería para variar.

—Bakugou, ¿no vas a comer? —interrogo el más alto al contrario cuando no lo vio sacar su almuerzo.

—Sí, helado de fresa. Pero aún no tengo tanta hambre.

No era atípico que eso pasará. Katsuki no era de comer en grandes porciones o recurrentemente en el paso del día cómo era normal en los adolescentes. Tampoco comía en menor medida que sus otros dos hermanos menores pero había veces en las que simplemente no sentía hambre y en vez de comer todo su almuerzo, era solo la mitad lo que acababa en su estómago.

—Oh, de acuerdo —acepto fácilmente Shoto —Entonces, ¿te gustaría un chocolate? Mí hermana me los dio antes de salir a casa.

El cenizo giro su cabeza hacía el bicolor y vio como sacaba del bolsillo de su pantalón lo que eran chocolates envueltos. Él le desenvolvió uno y el más bajo pensó que se lo dejaría en su mano, así que la extendió para recibirlo.

Pero, por supuesto, ¿cuando había hecho Todoroki algo de forma normal?

Bakugou sintió como el chocolate presiono sus labios semiabiertos antes de darse cuenta que estaba pasando y ver el rostro en completa calma del contrario realmente cerca del suyo. Al parecer, el bicolor había ignorado deliberadamente su mano en espera del chocolate y decidió dárselo de aquella manera.

El cenizo se sintió aún peor cuando escucho un par de jadeos de sorpresa y silbidos indiscretos por parte de los estudiantes que estaban comiendo cerca de ellos. Por lo que, sin pensarlo dos veces mordió el dedo índice del más alto y salió corriendo del patio.

Shoto se quedó quieto y confundido dónde estaba mientras se llevaba su propio dedo adolorido hasta sus labios.

—Auch —murmuro.

Su índice tenía una marca roja, saliva y un hilito de sangre. Pero pensó que valía la pena gracias a la escena de un cenizo completamente rojo y consternado huyendo de forma despavorida del patio de la escuela.

Quiero conocerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora