Nunca estarás solo.

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Kirishima miraba la divertida pelea entre Sero y Ashido por las tiendas de campaña que usarían, siendo el azabache quien quería una hecha con materiales ecológicos y la femenina la que buscaba fuera más cómoda.

—Hanta si tanto te molesta, ¡pues no duermas en ella y punto! —reclamo la de cabello rosado — ¡Es mí tienda!

— ¡Pero la vamos a usar todos juntos! ¡Déjame opinar! —se quejo el de ojos ónix.

— ¡Te dejo, que lo tome en cuenta es diferente!

El pelirrojo no quería meterse dónde no sería bien recibido, así que esquivo a sus amigos y fue en busca en un par de botellas térmicas que había visto antes. Por pura coincidencia, en ese pasillo están Yaoyarozou hablando por teléfono y al lado de ella, se encontraba Jiro.

Las dos tenían expresiones preocupadas que le hicieron acercase con cautela.

—Sí, sí. Lo entiendo, Tsuyu-chan, ya iré para ahí. Espérame —colgó la llamada la azabache más alta —Kyoka-san, ¿podría pedirle que reúna al resto de la clase y los lleve a el patio de comidas para explicarles la situación?

—Cuenta conmigo, Yaomomo —asintió firme la femenina —Pero mantenerme informada, por favor. Suena que fue un accidente bastante grave.

— ¿Un accidente? ¿Qué accidente?

Momo hace lo posible porque no se note que se ha asustado un poquito por la imprevista llegada de Eijirou. En cambio, Kyoka ni se fijó en eso y dio un saltito en su lugar, tomando sin querer la mano de la contraria y viendo hacía donde venía la voz.

Claro que al darse cuenta de quién era y lo que estaba haciendo ella, soltó la mano de su amiga, dedicándole una mirada de disculpa. Ni se dio cuenta que la muchacha de coleta azabache suspiro decepcionada para después dirigirse hasta el pelirrojo.

Yaoyarozou tuvo un largo debate interno sobre si decirle o no acerca de lo que acababa de ser informada —aunque le faltaban partes— y debido a lo delicado del tema, termino diciéndole de la forma más sutil que podía lo que sabía.

—Midoriya-san y Uraraka-san tuvieron un pequeño accidente, en estos momentos están siendo atendidos por unos paramédicos en el área del centro comercial donde se encuentran la mayoría de las tiendas de ropa deportiva —contó de forma resumida la femenina —Estaba por ir a ver cómo se encontraban, ¿quisiera Kirishima-san acompañarme?

El de ojos rojos cubre el pánico que lo afecta de forma repentina con un gesto de determinación y es todo lo que muchacha alta necesita para guiarlo hasta afuera de la tienda donde estaban, guiándolo hacía donde fue el accidente según las indicaciones de Asui.

Apenas están fuera, Kirishima escucha varias cosas de las personas que caminaban por los pasillos del centro comercial.

— ¡El pobre niño estaba lleno de sangre! —exclama asustada una señora mayor de edad — ¡Fue horrible, espantoso!

— ¿Había una pelea? Pero eran solo una chica y un chico, ¿no?

—Sí, sí, pero había otro grupo molestando al chico. Y al parecer uno quiso lastimar a la chica, así que él la defendió.

— ¿No fue al revés? Yo vi que la chica quería defender al chico pero el otro sin vergüenza no midió su fuerza y la lanzo contra una vidriera.

—No estoy seguro...no estaba tan cerca, ¡pero era algo parecido!

¿Sangre, vidriera? Izuku, por favor, que estés bien ángel.

La azabache intenta mantener la calma por ella y el pelirrojo que lucía a cada segundo más preocupado mientras se dirigían hacia donde fue el epicentro de los acontecimientos.

Quiero conocerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora