Gracias.

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Shoto creía firmemente que sus hermanos estaban locos.

— ¿Estás molesto? Vamos, sabíamos que no podrías mentirle a Bakugou. Eres pésimo en eso —refuto Natsuo —Queríamos ayudar.

—Y conocer al chico que tiene encantada a mamá —comento Touya con burla.

—Aunque Fuyu si fue seria respecto al regalo —agrego el albino.

Eso no ayudo a que el bicolor mirara con mejores ojos a sus hermanos mayores quiénes se notaba desde lejos estaban gozando la situación.

¿Por qué Rei les contó sobre el cenizo? El menor podía entender que su madre quisiera contarle a sus hermanos sobre su "primer amigo" —lugar que honestamente, para él era de Midoriya— que había ido a conocerla y de paso, darle a la pequeña gatita Yuki. Pero había algo en la forma en que sus hermanos tenían de hablar sobre el cenizo que le hacía pensar que estaban...malinterpretando algo de su relación.

No sabía exactamente qué pero el albino y el azabache —teñido, porque era pelirrojo de nacimiento— no tendrían esas sonrisas maliciosas si considerarán a Katsuki únicamente su amigo.

— ¡Sho, ven! ¡Termine!

Fuyumi tenía una sonrisa de plena y gigante alegría mientras movía sus manos de forma errática para pedirle a su hermano menor que se acercara. Los mayores le dieron un par de empujones y se reían de forma mal disimulada para acercase junto con él hacía donde la femenina estaba.

Habían arrastrado al cumpleañero a una tienda del centro comercial —donde estaba el cine al que fueron— que se especializaba en la ropa tradicional, es decir, yukatas y kimonos. A la femenina le parecía adecuado por como era su familia de tradicional que un regalo adecuado para el de ojos rojos sería darle una linda prenda que pudiera usar durante los festivales de verano o el año nuevo.

Shoto no entiende como Katsuki no replicó cuando su hermana le arrastró al probador para hacerle ponerse prenda tras prenda. Lo que sí, estaba agradecido con ella porque el tiempo en esa tienda paso volando y ya en poco menos de media hora debía llevar al cenizo a la fiesta.

— ¡Natsu, Touya! ¡Ustedes no! —exclamo molesta Fuyumi cuando vio a sus hermanos aparecer junto al menor.

— ¿Por qué no? —interrogo el albino haciendo un puchero —Queremos verlo.

—Aparte de que estamos pagando la mitad del regalo —comento el azabache con sarcasmo.

La femenina hizo un sonido parecido a un gruñido que no molesto para nada a los otros dos. Luego, dirigió una mirada hacía el menor quien parecía más curioso que otra cosa por ver a la persona que estaba tras el vestidor y tuvo suspirar resignada. No sabiendo exactamente qué sentía su hermano menor al respecto, abrió la cortina y sonrió a la persona en el interior del lugar.

—Realmente se te ve bien —halago otra vez Fuyumi.

Bakugou solo bufo para luego salir del vestidor, usando un yukata color azul con un patrón de copos de nieve blancos en forma lineal y un cinturón marrón que marcaba su fina cintura. La tela era suave y fresca, ya que era una ropa pensada para el verano. Dejaba un espacio donde podían verse sus pectorales y le llegaba hasta las pantorrillas.

El cenizo no era de usar ese tipo de ropa pero debía admitir que era cómoda. Levanto la cabeza para ver la reacción de las otras personas frente suyo y se cruzó de brazos cuando les vio desconcertados.

— ¿Qué? —alzo una ceja desafiante y esperando una respuesta.

Touya y Natsuo intercambiaron una mirada, lo que dio lugar al que segundo hablara antes de que el primero pudiera detenerlo.

Quiero conocerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora