Compensación extrema.

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Todoroki ciertamente no estaba pensando en ese momento.

—Ven a mí casa hoy.

Pero lo que menos pudo esperar era que la otra persona tampoco lo estuviera haciendo.

—Esta bien.

Bakugou lo había dicho sin una pizca de emoción en su voz pero en sus ojos rojos se podía ver cierto toque de alegría bailando.

Por otro lado, Midoriya y Kaminari parecían haber escuchado las campanas de algún tipo de apocalipsis.

Por otro lado, Midoriya y Kaminari parecían haber escuchado las campanas de algún tipo de apocalipsis

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No estaba deprimido ni desanimado ni nada.

—Kacchan, ¿y si lo intentas tú? A lo mejor Todoroki-kun borro mí número —sugirió el pecoso —Aunque no sé que razones tendría para hacer eso.

El cenizo giro por sobre su hombro para ver a su hermano con una mueca de preocupación y el celular en mano. Era la segunda semana de las vacaciones de invierno, unos días después de navidad.

Todoroki no había contestado al mensaje de "feliz navidad" que le mando Midoriya y tampoco los de Uraraka e Iida por lo que había contado el propio pecoso. Así que, como era de esperarse, el de ojos esmeralda tenía una sana preocupación por el bienestar de su amigo.

Katsuki también pero él no lo demostraba. Volvió su atención a su olla de curry y pensó en una respuesta que haría a Izuku no molestarlo con lo mismo por al menos unos diez minutos o más.

—Cuando termine con esto —hizo que el cucharón diera un golpe en el borde de la olla para enfatizar sus palabras —A no ser que querías comer algo jodidamente quemado.

El pecoso tardó unos segundos en suspirar y asentir. Y como el de ojos rojos predijo, se fue de la cocina y lo dejo en paz. Quizás seguiría intentando contactar con Shoto desde la sala.

El mayor dejo de lado un momento la olla y miro hacía la sala. Denki estaba viendo la televisión junto con sus padres y el pecoso miraba a la pantalla de su celular como si con eso fuera a conseguir que la persona del otro lado le contestaran.

Bien, los cuatro estaban distraídos.

Bakugou bajo la flama de la cocina al mínimo y saco su celular de su bolsillo trasero. Lo desbloqueo rápidamente y fue hasta el último mensaje que le había mandado a Todoroki.

Era una simple pregunta.

¿Que mierda estás haciendo?

Para el cenizo era un mensaje normal. Uno que mayormente no mandaba a nadie más que Kirishima cuando estaba aburrido y deseaba entretenerse. El pelirrojo le contestaba a los minutos —o segundos— lo que estaba haciendo en ese momento y hablaban un poco. Con el bicolor era el mismo, solo que usaba menos palabras que su eufórico amigo.

Quiero conocerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora