Bakugou Katsuki cree que hay cosas peores que soportar la ropa sucia tirada en el baño, los lloriqueos a medianoche por parte de un adulto y un adolescente que ven los dramas románticos de los sábados, y los regaños constantes de un hombre con demas...
Shoto estuvo deprimido toda la semana anterior al inicio de clases. Debido a su travesura —así le dijeron sus hermanos al asunto y él adoptó eso— en el cuello de Katsuki, el cenizo estuvo reacio en cuanto ir a verlo a su casa o salir. Aparte de que también, su padre no estaba muy a gusto con dejarlo salir del hogar con eso en su cuello.
El cenizo menciono que era un castigo para que aprendiera y al bicolor no le quedó de otra que afrontarlo. Al menos, durante su estadía en su casa, tuvo tiempo de hacer una larga investigación acerca de las relaciones románticas.
Esta vez su fuente fue el confiable internet en vez de su familia. Aunque admite que tal vez le pregunto una o dos cosas a su madre.
Lo primero que busco fue como debería tratar al cenizo ahora que estaban en una relación. Lo segundo era de que manera debía medir sus tiempos juntos y salidas. La tercera era algo básico y que le causaba vergüenza, las muestras de afecto.
El bicolor esperaba poder probar un par de las cosas que aprendió con Bakugou.
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Katsuki tenía un extraño mal presentimiento al inicio del día pero no podía encontrarle alguna explicación. Todo había iniciado de forma normal, él haciendo el desayuno para su papá y hermanos. Izuku levantándose temprano para comer y ayudarlo en lo que podía, Denki haciendo el esfuerzo en despertar a Shota quien quería fingir que seguía siendo domingo. Después, él teniendo que ir a zarandeandolo para que finalmente se despertara.
Luego de que el mayor tomara su café, salieron todos juntos al auto para ir por ese único día a la preparatoria. Generalmente, los hermanos tomaban el autobús porque su papá salía mucho antes a Yuei pero ese día era siempre la excepción porque le costaba muchísimo acostumbrarse nuevamente a la rutina diaria que tenía.
Kaminari estaba más despierto y ansioso cuando entraron en el auto, Midoriya también. El rubio había pasado bastante tiempo con Shinsou en su departamento pero también había salido con sus amigos y el de ojos purpura había hecho lo mismo. Así que llevaban unos cuantos días sin verse.
Por otro lado, la familia de Kirishima había pasado la última semana visitando a los abuelos paternos del pelirrojo así que no pudo verse con el pecoso. Aunque tuvieron una constante comunicación vía mensaje.
Bakugou debía admitir que extrañaba un poquito la presencia de Todoroki pero no pensaba confesarlo abiertamente. Y pese a que estaba feliz de verlo hoy, no quería demostrarlo demasiado.
Sin embargo, el presentimiento malo que tenía seguía en aumento a medida que el auto llegaba a Yuei.
Aizawa estacionó en su lugar habitual en el estacionamiento de profesores y bajo sin muchos ánimos del vehículo. El único otro auto que había aparte del suyo era el de Nedzu y toda la familia estaba bastante segura que llevaba ahí un buen rato.
El azabache bostezo largamente para después mirar a sus hijos, con ojos cansados y que rogaban por la comodidad de su cama.
—Que tengan un buen día, niños —deseó con voz ronca y adormilada —Denki, recuerda lo que dije acerca de tus notas y las de Hitoshi. Katsuki, que Todoroki no se atreva a dejarte otra marca evidente, a no ser que desees quedarte sin novio. Izuku, portate bien y no me des razones para sospechar que tienes algo con Kirishima.
