El mundo de los adultos.

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Chiyo no estaba sorprendida. Lamentablemente, estaba bastante acostumbrada a estás cosas.

Yuei era una escuela de élite, importante, donde personas de influencia y poder mandaban a sus hijos esperando que se formaran educativamente de la forma correcta. Era una institución de prestigio, honor y colores grises.

Donde pasaban cosas como estás.

La enfermera podía recordar una vez dónde algo muy similar sucedió. Hacía muchos años, cuando ella era recién una ingresada del personal de la escuela y un par de jovencitos llegaron hasta su enfermería. Uno de cabello rubio y ojos azules cargando a otro pelirrojo con ojos celestes.

Yagi Toshinori y Todoroki Enji de la clase A del tercer año. El primero cargaba al segundo el cual estaba muy pero muy mal herido y aún así, insistía que no había pasado nada y le reclamaba al otro que le dejara en paz, que le dejara volver con el resto de la clase para la siguiente competencia.

Porque como ahora, en aquel entonces era también época del festival deportivo.

La joven enfermera nunca supo a ciencia cierta lo que le pasó al pelirrojo. Pero sí estaba segura que no fue por caer de las escaleras —que fue la excusa que él le dio— no, lo que tenía eran restos de una fuerte paliza y eran serios, la nariz sangrando, el pómulo derecho morado y una muñeca posiblemente fracturada.

Pero aún así...cuando vio al joven conocido por ser tan arrogante y orgulloso casi rogarle por volver a los eventos deportivos, no tuvo el corazón para decirle que no y luego de tratar sus heridas lo mejor que pudo, lo dejo irse junto con Yagi.

—No pensé que conociera a mí padre y al de Todoroki-kun —comentó atónito Midoriya — ¡Es una historia realmente increíble!

—Oh, sí, tenía unos veinte tantos años por aquel entonces —recordó la mayor nostálgica —Luego que ese evento termino, escuché rumores sobre que Enji Todoroki tenía varios conflictos con otros muchachos de su edad y que bueno, para ellos sería conveniente que no pudiera participar de las competencias. Un golpe a su ego que salió mal, ya que su clase ganó.

El pecoso asintió, guardando esas palabras en su memoria para después preguntarle a su padre si recordaba algo sobre ello. No muchas veces preguntaba sobre los días de sus padres en la preparatoria pero ahora debía admitir que sentía curiosidad por oír una o dos historias.

—En todo caso, estas cosas ocurren. Son hijos de personas que usan estás técnicas para salirse con la suya y algunos también lo hacen porque les parece divertido —suspiro la enfermera —Sería bueno decir que hacemos lo posible para evitar esto pero sigue pasando de todos modos. Los niños creen que podrán salirse con la suya haciendo estás cosas pero siendo sincera, cuando entren a lo que es "el mundo de los adultos" se darán cuenta que no todo es tan fácil como piensan. En especial, contra niños tan astutos como ustedes.

Izuku se sonrojo un poco y Chiyo rió para luego pasarle un vaso de agua con el cual bajo el analgésico que debía tomar. Una vez lo hizo, la enfermera dejo el vaso en la mesita que tenía a un lado y examinó el torso del joven con la mirada. La piel había pasado de estar roja e inflamada a un tono más morado y chato debido a la pomada antiflamatoria que le había aplicado. El color del moretón en el área afectada era bastante feo y desagradable pero el joven aseguro que ya no le dolía tanto y eso era bueno.

—Debería dudar una semana o dos, quizás. El color se irá yendo con el paso de los días y el dolor ira menguando —explico la mayor —Te recomiendo no dormir boca abajo y de ser posible, no participar en algunas competencias. Pero como veo eso como algo imposible, solo te pido que tengas cuidado. Vuelves aquí una segunda vez y no te dejaré volver a participar en el festival, ¿entendido?

Quiero conocerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora