Quiero conocerte.

Castigo.

—Lo que quiero decirles, es que entiendo que no fueron los que iniciaron el conflicto pero son los que llevaron las acciones que está institución no puede perdonar, ¿entienden? Dejando de lado el contexto, la agresión física contra otro estudiante está fuera de lugar —hablaba seriamente Nedzu —Todoroki-kun, le tiraste un diente a un estudiante. Eso es algo grave, ¿lo entiendes?

—Sí, director —respondió afirmativamente el bicolor.

Bakugou deseaba irse de la oficina del director a la cual fue llamado junto con Todoroki y los otros tres estudiantes mayores cuando las cosas pasaron a un nuevo nivel. Después de que el más alto dejará noqueado al estudiante de segundo, tuvieron una confrontación donde los más jóvenes salieron vencedores sin problemas. Ni la menor idea estaba presente en sus cuerpos.

Pero por supuesto, cuando llegaron los profesores atraídos por el escándalo y unos cuantos estudiantes preocupados, no pudieron huir y solo les quedó seguir a sus profesores hasta ese lugar.

Nedzu suspiro, había escuchado todo lo que pasó en el patio debido a unos cuantos testigos. Estaba informado que quienes iniciaron el conflicto fueron los alumnos mayores que ya habían recibido su merecido y aunque no quería realmente castigar a los recién llegados alumnos de primer año —que aparte eran hijos de estudiantes que él conocía y tenía estima— como director debía poner mano firme ante los conflictos de este tipo.

Los estudiantes mayores recibieron su castigo con esos golpes dados por los menores, ¿que podía ser una buena reprimenda para esos dos jovencitos?

Nedzu debía usar todo su ingenio, ¿que sabía sobre ellos que podría usar en su contra para darles una buena lección
...?

Oh, eso sería perfecto.

Katsuki y Shoto tuvieron un mal presentimiento cuando vieron la sonrisa del director.

—Los dos deberán reflexionar juntos sobre lo que han hecho. A partir de hoy, todos los días hasta que declare que ha sido suficiente, tendrán que pasar una hora de detención dentro de su aula de clases —sentenció el mayor —Y sentados uno junto al otro, no es válido que se pongan en puntas contrarias del salón o se eviten. Mientras más rápido reflexionen de lo que han hecho su castigo podría ser levantado en menor tiempo.

El bicolor y el cenizo se vieron automáticamente y por sus caras se podían decir que estaban en completo desacuerdo con lo que el director había impuesto. Pero no les quedaba de otra que obedecerle, así que a regañadientes asintieron y salieron de su oficina.

Nedzu suspiro por segunda vez. Ya había usado este método con otros dos estudiantes, Toshinori Yagi y Enji Todoroki. No había día en que el pelirrojo no buscará pelea con el rubio y en ese entonces, el rubio era en verdad aficionado a las artes marciales...así que se podía decir que usaba al contrario de saco de boxeo.

El castigo que les impuso duro una semana. La idea era que fuera más largo pero Nedzu no podía seguir facturando las mesas, sillas, pizarrones y libros rotos que aquel par destruía en el salón en clases. Al menos, con el castigo logro que limaran asperezas —a través de sus puños y a costo de material educativo— y le prometieron pelear lo más lejos de Yuei de ser posible de ahí en adelante.

El director no quería hablar sobre la otra locación que sus antiguos estudiantes destruyeron.

Sin embargo, pese a que sabía de la enemistad infantil de sus nuevos alumnos, tenía el presentimiento que ellos no se llevaban tan mal como sus padres y quizás su tiempo juntos los lleve, aparte de reflexionar sobre lo ocurrido, a una mejora en su relación.

Pero por si las dudas iría armando un presupuesto en caso de emergencias.