Bakugou Katsuki cree que hay cosas peores que soportar la ropa sucia tirada en el baño, los lloriqueos a medianoche por parte de un adulto y un adolescente que ven los dramas románticos de los sábados, y los regaños constantes de un hombre con demas...
—Suki, me detestan. Ni puedo abrazarte sin que alguno de ellos quiera rasguñarme o morderme.
Bakugou se muerde los labios para no reírse y niega con la cabeza. Sus gatos, en especial Ni y Kill no odiaban a su novio, solo no estaban acostumbrados a su presencia en su cuarto.
Todavía les faltaba adaptarse.
Todoroki sigue quejandose un par de minutos más hasta que llegan a su edificio y van al elevador. Aquel día, tocaba pasar tiempo juntos en su casa porque en la del bicolor estaban sus hermanos mayores de visita y eran bastante propensos a provocar los celos del menor, así que para evitar accidentes indeseados —porque, de forma sorprendente, a el bicolor no le temblaba la mano cuando separaba a sus hermanos de su novio— se quedarían en su hogar por hoy.
También, por suerte, esa tarde Midoriya había salido de compras con Ashido y Uraraka. En cambio, Kaminari había acordado salir con Jiro a una tienda de música y con Sero a una papelería.
No es que los hermanos del cenizo molestaran a la pareja pero sus burlas e insinuaciones eran muy parecidas a las de Natsuo y Touya, con la diferencia que ellos no trataban de poner celoso a Shoto.
Katsuki estaba más cómodo con que no estuvieran porque así no debía aguantar las cejas alzadas de Denki y las risas poco discretas de Izuku cuando se iba a su habitación con su novio.
El sonido del elevador llamo la atención de los dos jóvenes y al ver las puertas abiertas, se subieron. Luego, el cenizo tocó el botón que daría con su piso y el elevador empezó a moverse.
Hasta que de repente y de golpe, se detuvo.
—Carajo, se atoro —gruño el de ojos rojos tocando el botón de emergencia del elevador —Es la segunda vez en esta semana, maldita sea. Está cosa ya está vieja.
Las luces del lugar pasen de ser blancas a rojas y al estar ya apretada la alarma, no hay nada que los dos adolescentes pueden hacer.
Más que esperar.
—Suki...¿recuerdas que salí al cine con Midoriya y los demás hace una semana? —menciona Todoroki un poco asustado y el cenizo asiente —Pues, vimos la reunión del diablo.
—No la ví, pero por tu maldita cara asumo que es una película de terror que pasa dentro de un maldito elevador, ¿no? —razona Bakugou, llevándose una confirmación por parte de su novio —Genial, Shoto. No pienses en la maldita película.
—Muy tarde.
El mayor bufa cuando ve a su novio poniéndose en una esquina del elevador y espera, realmente espera, que el conserje de turno no demore en notar que uno de los dos elevador de su edificio estaba detenido.
Hasta entonces, verá como tranquilizar a su novio.
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