Posibilidades y sacrificios.

827 121 99
                                    

[Subo capítulo temprano para celebrar que ya aprobé uno de mis exámenes ❤️]

Izuku bosteza y se endereza en la silla, ¿en qué momento se quedó dormido? Le dolía todo el cuello por la posición pero extrañamente no sentía frío. Y cuando se acomoda mejor en su asiento, entiende que la razón por la cual no tiene frío es que tiene la chaqueta del uniforme de Eijirou colgando de sus hombros.

El pecoso sonríe ante eso y sostiene la chaqueta para que no se caiga cuando se pone de pie. Sus piernas se quejan los primeros segundos pero después estaba bien.

Los demás alumnos que están cerca de él en la biblioteca le ven a la distancia de forma compresiva y divertida. E incluso logra distinguir a algunos durmiendo aún. Aunque debía faltar poco para que la bibliotecaria hiciera sonar la alarma de salida.

¿Dónde estaba Eijirou-kun?

El de ojos esmeralda giro la cabeza en busca de su novio y no lo encontro muy lejos, estaba a dos mesas de distancia e igual que él minutos atrás, seguía tomando una siesta. Acomodo rápidamente sus cosas para luego ir a buscarlo y tocando despacito su hombro, trato de despertarlo.

—Eijirou-kun, despierta. Vamos —susurro el menor cerca de su oreja —La biblioteca debe estar por cerrar, es hora de irnos.

En respuesta, el más alto se removió y abrió un solo ojo para después abrazarse a la cintura del pecoso tomándole por sorpresa y haciendo que se sonrojara.

—Tengo sueño, ángel —se quejo el pelirrojo con la voz ronca —Mucho.

—Lo sé, pero no puedes dormir aquí. No es un lugar adecuado —comento divertido el de pecas jugando con el cabello rojo de su pareja —Vamos a casa.

Kirishima hizo un "hmm" de afirmación pero no soltaba al más bajo por ningún motivo, algo que hizo a Midoriya reír y volver a insistir con que realmente debían irse, hasta que su novio medio dormido-medio despierto lo entendió y lo ayudo a guardar sus cosas para que después pudieran abandonar tranquilamente la biblioteca.

El pecoso llevaba las mochilas de ambos y al pelirrojo cabizbajo de la mano para que no chocará con los demás estudiantes, que al igual que ellos abandonaban la biblioteca con pereza, dolores de cabeza y muchísimo sueño.

Estaban a mitad de año, cerrando los exámenes del segundo cuatrimestre que eran realmente intensos para los estudiantes de tercer año y por petición del de ojos rojos, habían acordado estudiar juntos un par de días pero por condición del menor, por separado.

A Izuku le gustaba estar con su novio y ayudarlo a estudiar pero se distraía muy fácilmente —y él también si lo tenía de frente, dicho sea— por lo tanto, tomo esa medida que causaba pucheros adorables en Eijirou. Estudiaban en la biblioteca, con sus mesas cerca pero sin molestarse el uno al otro. A no ser que tuvieran alguna pregunta para hacerse o quisieran ir en busca de un refrigerio para luego tomar una pausa.

A el pecoso le gustaba ver a su pareja estudiando, como mordía su lápiz en busca de concentración y miraba dudoso hacía los lados cuando tenía dificultades. Le hacía sentir feliz y enternecido.

El pelirrojo compartía ese sentimiento. Aunque hoy los dos estaban muy cansados y terminaron más durmiendo que estudiando en la biblioteca.

—Deku, ¿qué mierda le pasa al cabello de mierda de tu novio?

Ante la voz familiar de su hermano mayor, el de pecas se dio la vuelta y sonrió hacía Katsuki que estaba con sus audífonos puestos —pero sin sonido— junto con un sweeter beige que le quedaba extremadamente grande. El menor suponía que era de Shoto, se lo había visto el otro día.

Quiero conocerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora