La villana retrocede el reloj de arena ⏳ (Novela)

Capítulo 61: Prueba y juicio.

Parecía haber pensado en alguien. Tenía un ligero ceño fruncido, como si el recuerdo que recordaba de la persona en la que estaba pensando ese día fuera borroso. Lane tenía una amplia sonrisa en su rostro.

—Es difícil conocerlo porque está un poco ocupado en este momento, pero podrás conocerlo pronto. Y pronto sabrás si lo vuelves a ver.

—Entonces, tengo que esperar.

—Sí, lamento no poder revelar más.

—No, está bien, —respondió Mielle con una sonrisa como la miel, como su nombre.

Sin embargo, a diferencia de Mielle, quien tomó su rudeza por afecto, una gran pregunta todavía estaba en la mente de Aria "¿Está en la fila para algo ya que ni siquiera puedes decir su nombre? ¿De quién diablos estás hablando?"

Aria miró hacia atrás a la doncella en espera. Era Annie, por supuesto, quien estaba en espera, no Jessie. No había traído el reloj de arena porque Aria había sentido que no habría sido necesario.

Ella no pudo evitarlo. Ella no sabía quién era él, por lo que tuvo que hacer su pregunta sin contrariar al invitado. Según su propio razonamiento, al menos, solo podía pensar que alguien extraordinario estaba en las sombras.

—Oh, ¿no es un noble de otro país?

Lane, que ni siquiera había mirado a Aria, volvió la cabeza. A diferencia de cuando trataba con Mielle, tenía un comportamiento duro y frío. Había pasado mucho tiempo desde que había visto una mirada así. Lane simplemente levantó un lado de su boca y le preguntó por qué pensaba eso.

—Bueno, lo siento, pero no puedo pensar en nadie más en el imperio que tenga tanta riqueza. Además, no sabe mucho sobre Mielle.

—¿Qué es lo que no sabe?

Volvió a hacer la misma pregunta, como provocándola.

¿Por qué me miras con tanta frialdad?

Era como si le estuviera diciendo que estaba perdiendo el tiempo escuchándola, y eso la ofendió.

"¿Qué te hace cambiar tu actitud de esta manera?"

Sin embargo, pudo llegar al meollo de la pregunta, planteándola de una manera que no mostraría su conocimiento por completo.

—Mielle pronto se comprometerá con alguien, y todos en el imperio lo saben, pero tu maestro no parece saberlo. O lo sabe, pero no le importa. Teniendo en cuenta el regalo que trajiste hoy, ambas opciones son posibles.

Lane, que había vuelto solo la cabeza hacia Aria, giró todo su cuerpo para mirarla esta vez. Ella supuso que finalmente se había interesado en ella, pero la forma en que levantó las cejas con su mirada fría todavía la ofendía.

—¡Guau! ¿Qué tipo de ser cree la dama que es, por ejemplo?

—... el primero sería un gran noble de un país extranjero, alguien que no está familiarizado con los asuntos de los nobles del imperio, y el segundo ...

—¿Y si es lo último?

La posibilidad era cercana a cero, pero solo había una persona en el imperio a quien podía elegir para eso. El marqués Vincent estaba loco por Sarah, así que ...

—Estoy seguro de que tiene que ser el Príncipe Heredero.

Inmediatamente, la cara de Lane se quedó visiblemente congelada. Fue solo por un momento, pero Aria, que había estado frente a él, vio claramente su expresión.

Antes de que la condesa y Mielle se dieran cuenta, su rostro cambió y, de repente, se echó a reír a carcajadas. Aria frunció el ceño ante el incomprensible comportamiento de Lane.