Icarus Rose |1D| [Omegaverse]

𝑃. 𝐼: 𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑜𝑐𝒉𝑜

La camioneta se detuvo unas cuantas cuadras antes de la ubicación en la que sería la entrega, una pequeña cafetería en uno de los barrios poco concurridos de Londres.

Harry y Louis caminaron por unos minutos en silencio, sin saber exactamente qué decir después del momento que habían tenido la noche anterior. Además de que Zayn había propuesto que Harry sedujera al repartidor para llevarlo detrás de la cafetería y subirlo a la camioneta, está de más decir que a Louis no le había gustado para nada la idea, con la excusa de que como él iba a ir no se vería nada convincente, todos sabían que era una excusa.

Finalmente llegaron a la cafetería, y antes de entrar, Harry detuvo a Louis tomándolo de la muñeca y lo miró directamente a los ojos con el ceño fruncido.

—Necesito que tengas cuidado con lo que digas allá adentro —le dijo en voz baja y llevó su mano al cinturón del alfa, dándose cuenta de que no llevaba un arma con él, cerró los ojos y suspiró—, debiste haber traído un arma, pero eso no importa ya —dió un paso hacia atrás y aclaró su garganta—. Quédate detrás de mí por cualquier cosa que suceda, así podré protegerte —el ojiazul asintió pero Harry necesitaba que se lo dijera.

—Claro— dijo finalmente, y Harry, no muy convencido, se adentró en la cafetería con Louis casi pisándole los talones.

Un chico rubio estaba sentado al fondo de la cafetería, con una sudadera que le quedaba al menos unas dos tallas más grande y una mochila a un lado. Ese era su objetivo. Se sentaron frente a él y Louis automáticamente jaló la silla de Harry para que estuviera más cerca de él y pasó su brazo por la cintura del rizado, este lo miró sorprendido, pero no dijo nada, a fin de cuentas según el plan de Zayn tendrían que hacerse pasar por una pareja.

—¿Señores Smith?— preguntó el muchacho, al que pudieron identificar como beta, ambos asintieron, Louis con una sonrisa de lado en su rostro y Harry manteniendo su gesto inexpresivo — ¿Traen el dinero?

—Por supuesto, pero me gustaría que hiciéramos las cosas un poco más discretas, aquí hay mucha gente y no me gustaría que mi esposo y yo tuviéramos algún inconveniente— dijo Harry, y se detuvo de decir algo más al ver a la bonita omega que venía con el menú en sus manos.

—¿Van a pedir algo? — preguntó con una sonrisa, Louis negó con la cabeza y el beta frente a ellos pidió un café.

—Aquí me parece apropiado — contestó el chico, bastante confiado, Harry frunció el ceño y sacó su arma del cinturón de su pantalón. Louis apoyó la mano donde llevaba el anillo en la mesa, justo frente al beta.

—No lo creo —respondió el alfa y Harry rozó la pierna del chico con la pistola, al sentir el arma, palideció— creo que si sabes lo que te conviene, vas a ir con nosotros atrás para hacer la entrega.

El chico se levantó y Harry sonrió satisfecho, pero la mesera llegó en ese momento con el café del beta.

—Oh, ¿ya se van? Apenas iba a entregar su orden.

—Cobrelo de aquí — dijo Louis, extendiendo un billete de cincuenta euros, pero eso no fue lo que hizo que la mesera pasara saliva con fuerza y se tambaleara, tirando la taza de café.

Fue el anillo que portaba Louis en su dedo anular derecho, un anillo bastante particular que era de conocimiento general a quiénes pertenecía.

—No... no no, así está bien, disculpen la interrupción — musitó la omega antes de salir corriendo, bajo la atenta mirada de los demás comensales del lugar, que decidieron no hacer ningún comentario y dejar pasar la situación. Sabían lo que les convenía.