—Señor, ¿se encuentra bien?— exclamó el guardia de seguridad irrumpiendo de golpe en la oficina.
—Sí, ¿por qué hay tantos disparos?— el señor Malik se puso de pie, observando cómo detrás del guardia había personas corriendo de un lado a otro, con armas en las manos.
—Debe salir de aquí lo más rápido posible, nos han invadido— el guardia tomó del brazo a su jefe y ambos comenzaron a salir de la oficina.
Apenas dieron un par de pasos cuando un hombre robusto vestido con un elegante traje negro apareció frente a ellos. En sus manos empuñaba un arma, y atrapada entre sus brazos tenía a la señora Malik.
Y la pistola estaba apuntando a su cabeza. Lágrimas caían por las mejillas de la señora, el miedo provocaba que jadeos salieran de sus labios tratando de ocultar el terror que sentía.
—Señor Malik, que placer es tenerlo aquí— exclamó con sorpresa en su voz, su acento americano resaltaba en sus palabras cargadas de ironía. El guardia se interpuso entre los dos hombres, tratando de guardar respaldo al antes mencionado.
—Nadie me comentó que tendría el placer de su visita, señor Calder— dijo, el odio cargado en su voz al ver que tenía atrapada a su omega.
—¡Ah no! Que lástima, podría jurar que su esposa le había avisado de mi llegada —miró a la mujer entre sus brazos y acercó más el arma a su cabeza, provocando que su alfa interior se removiera—. Iré al grano, Malik, usted tiene algo que a mi me gustaría obtener.
—¿Qué le hace creer que yo le daré algo cuando tiene a mi omega entre sus manos?
—Porque estoy seguro de que, si sabe lo que le conviene, me dará la receta, y todo su personal saldrá ileso —Sin que nadie lo notara, un hombre llegó por detrás y empujó por las escaleras al guardia, dejando al señor Malik totalmente desprotegido.
Siguiendo con su jugada, el hombre lo agarró del cuello y se metieron a la oficina, entre forcejeos y quejidos de dolor de parte de la omega. Ataron a ambos en dos sillas frente al escritorio, sin dejar de apuntarles con el arma.
—¿Qué decía señor Malik? —dijo con voz juguetona.
—No te daré nada. Y aunque quisiera, la receta no está en esta casa, la mantengo bien oculta donde nadie podría encontrarla— Calder lo miró con curiosidad, se acercó lentamente hasta la silla y se puso de cuclillas frente a él.
—Supongo que no me sirves de nada, entonces. Despídete de tu linda esposa —sin ninguna emoción en su rostro, desvió la dirección del arma y disparó, provocando que la sangre de la señora Malik salpicara el costado izquierdo del alfa. El vínculo empezó a doler, haciendo que el alfa se retorciera entre las cuerdas.
Buscando salvar a su omega, a pesar de que no tenía caso alguno. Estaba muerta. La segunda al mando de la mafia más poderosa del Reino Unido había caído, golpes en la puerta comenzaron a retumbar por toda la habitación, los guardias trataban de entrar a salvar a su jefe.
Segundos que parecían ser horas pasaron antes de que la puerta cayera, y por esta entraron dos guardias, apuntando hacia el señor Calder con sus armas.
—Un paso más y voy a matarlo—gritó en dirección a los dos alfas que irrumpieron en la oficina.
—Ya saben qué hacer— murmuró el señor Malik, apenas con fuerzas de que algún sonido saliera de sus labios. Debían ir por el heredero.
Uno de los guardias le disparó al hombre que acompañaba al señor Calder haciéndolo caer, quien le disparó al señor Malik unos pocos segundos antes, y finalmente el guardia le disparó al señor Calder. Cuatro cuerpos yacían frente a los dos guardias.
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Icarus Rose |1D| [Omegaverse]
Fanfiction"Permíteme contarte una historia... Hace mucho tiempo, a un hombre llamado Ícaro, se le concedieron alas de cera para escapar de un laberinto en el que estaba atrapado. Se le advirtió que no volara muy alto, puesto que las alas no resistirían, ¿pero...