𝑷. 𝑰𝑰: 𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒖𝒂𝒓𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒅𝒐𝒔

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Charles manejó denso a Doncaster después de discutirlo con Edmund, quien estaba de acuerdo en quedarse unos días en lo de los Tomlinson. Las manos del alfa se aferraban con fuerza al volante y su pie se sentía pesado en el acelerador, y por su parte Styles pensaba exactamente las palabras que iba a decirle, necesitaba destruir a Icarus Rose a como diera lugar y sin importar el precio que tuviera que pagar, le habían arrebatado a su hijo y todo lo que tenía, una lágrima se resbaló por su mejilla, pero la limpió bruscamente.

—Apestas a tristeza y enojo — escupió Charles bajando los vidrios del auto.

—Lo siento, es que pasaron muchas cosas el día de hoy — respondió Ed al mismo tiempo que Charles aparcaba afuera de una enorme casa en una calle privada, podía ver las luces encendidas a través de las ventanas.

—Lo discutiremos en mi oficina, ah, y si mi omega pregunta, no le digas tu verdadero apellido, ¿Entendiste? Te estoy dejando quedarte en mi casa por unos días, pero eso no quiere decir que somos amigos y mucho menos que puedes hablarle a mi esposa o a mis hijas.

—No quiero ser tu amigo, Tomlinson, lo único que necesito de ti es que me ayudes a resolver esto, y creo que después de escucharme vas a estar de acuerdo conmigo.

Ambos alfas bajaron del auto y entraron a la casa. Una omega salió de la cocina con unos guantes de cocina en sus manos, sonrió y le dió un suave beso a su alfa, eso le recordó un poco a Ed su familia, aquello que pudo haber tenido si no hubiera sido un miserable sin dinero cuando dejó embarazada a Jane, pero borró esa imagen de su cabeza rápidamente, ya era muy tarde para eso.

—Lillibeth, cariño, este es Edmund... Wade, un nuevo socio, a quien ofrecí hospedaje por unos cuantos días porque necesitamos discutir algunos asuntos — mintió el alfa, pero su omega pareció satisfecha con aquella afirmación.

—Mucho gusto, señor Wade, Elizabeth Tomlinson — estrecharon sus manos y sonrieron con cortesía, aunque había algo en ese hombre que a la omega simplemente no le agradaba —. Imagino que estarán en tu oficina, querido, les llevaré un poco de té, ¿está bien?

—Perfecto, gracias, querida — asintió Charles, ambos alfas se adentraron a la oficina que estaba enseguida de las escaleras, una vez dentro y con la puerta cerrada, Tomlinson le indicó a Styles que se sentara —. ¿Acaso no vas a hablar?

—Bueno, lo único que sé es que Louis Tomlinson es una de las tres cabezas al poder de Icarus Rose, una de las mafias más poderosas, sino es que la más poderosa del mundo — dijo Ed con un poco de veneno en su voz —, el cual al parecer también tiene algo con mi hijo.

—No me interesa si ese bastardo tiene algo que ver con tu estúpido hijo o no — escupió Charles con la voz cargada de veneno —, pensé que ese bastardo estaba muerto, por eso me deshice de él, pero al parecer sigue ahí afuera ensuciando el apellido Tomlinson.

Ninguno de los dos alfas advirtió los sigilosos pasos de Lillibeth fuera de la oficina, quien frunció el ceño al escuchar las palabras de su esposo, ¿De qué bastardo hablaba? ¿Acaso tenía otro hijo del que no estaba enterada? Dejó la bandeja con el té en una mesa enseguida de la puerta y se acercó más a la misma, muy calladita y atenta a la conversación.

—Pues parece ser que no, hace algunos años entre las mafias se corrió el rumor que Kasper Malik acogió a dos niños huérfanos, Niall Horan y Louis Tomlinson — el corazón de Elizabeth se estrujó al escuchar el nombre de su hijo, a quien creía muerto años atrás...

Había estado buscando a su hijo por meses, arrepentida de haber permitido a Charles correr a Louis de la casa, era apenas un pequeño de once años, dió vueltas por toda la ciudad, su omega le pedía a gritos encontrar a su cachorro, ¿Dónde podría estar? Pero mientras contactaba a algunas personas que decían haberlo visto, su alfa llegó con la peor noticia que le podrían haber dado a una madre.

Icarus Rose |1D| [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora