Icarus Rose |1D| [Omegaverse]

𝑷. 𝑰: 𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒗𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒖𝒏𝒐

Nueva York, Estados Unidos.

Edmund Styles se encontraba caminando por las calles de la gran ciudad de Nueva York, había viajado desde Holmes Chapel por una entrevista de trabajo importante que lo ayudaría a salir adelante. Al ser un hombre de pocos recursos económicos aceptó asistir sin pensar dos veces en sus actos, sabía que necesitaba ese trabajo para poder comprar una casa y un auto y por fin salir de la casa de sus padres para ser el alfa que todos habían esperado que fuera, y repentinamente compró el boleto de avión más económico que encontró y voló a una de las ciudades más famosas de América.

—Es un placer conocerlo señor Styles —saludó un alfa bastante más grande que él, vestía un costoso traje azul y en su mano portaba un Rolex. Estrecho la mano de Ed y le indicó que se sentara—. Me parece prudente que revisemos su currículum, en esta empresa buscamos a alfas dispuestos a trabajar y con ganas de emprendimiento.

Revisó algunas de las cosas que decía aquel papel que Ed había hecho, no tenía ningún estudio en escuelas de prestigio ni tenía experiencia en el área de negocios, pero podía aprender rápido cualquier cosa; sólo tenía experiencia trabajando como mecánico y como cajero en algunas tiendas de autoservicio. El alfa levantó la mirada del papel y suspiró. Ed inmediatamente sabía que eran malas noticias.

—Edmund —inició—, se nota que tienes ganas de trabajar y pareces ser un buen hombre, pero nosotros buscamos a personas con títulos, tú ni siquiera estudiaste esto y dudo mucho que puedas ayudarnos en la empresa.

—Señor, le prometo que aprendo rápido las cosas, puedo entrar a la universidad de nuevo para estudiar negocios y con el tiempo le demostraré que soy un alfa que vale la pena para el empleo, soy joven y aún me queda mucho por delante y... —el alfa levantó su mano indicándole que guardara silencio, el alfa apretó la mandíbula y bajo la mirada.

—Le agradezco su visita, señor Styles— Edmund suspiró y con un leve asentimiento y una sonrisa desmotivada salió de la oficina de aquel hombre.

¿Qué haría ahora? Había gastado la mitad de los ahorros que tenía en ese viaje a Nueva York y ahora debía volver sin trabajo y sin dinero. Se lamentaba a cada paso que daba, ¿cómo había sido tan ingenuo al creer que le darían empleo en aquella empresa si ni siquiera tenía dinero para comprarse un traje elegante? Salió del edificio y caminó por las calles mientras pensaba qué debía hacer, no tenía demasiadas opciones pero podía hacer un plan; podría buscar un trabajo temporal en la ciudad para conseguir algo de dinero y no regresar con las manos vacías o podía rendirse y esperar el día en el que sus padres lo echaran de casa.

Y en ese momento, su teléfono comenzó a sonar, lo sacó de su pantalón con torpeza y miró la pantalla, era su novia, suspiró y respondió la llamada.

—Hola hermosa, ¿qué haces llamándome hasta acá? —dijo fingiendo alegría, pero un llanto temeroso del otro lado de la línea lo hizo palidecer—, ¿Jane? ¿Estas bien?

—Ed, necesitamos hablar —sollozó la chica—, yo... estoy... —el llanto le impidió terminar.

—¿Qué pasa? ¿Te encuentras bien? —la preocupación en Ed aumentaba con cada segundo que pasaba y los lamentos de su pareja no ayudaban mucho. Después de unos minutos la voz de la omega se escuchó de nuevo.

—Estoy embarazada— dijo en un susurro.

—¿Qué? —preguntó incrédulo, había sido imposible lo que sus oídos decían haber escuchado, la mujer empezó a llorar nuevamente y Ed se sentó en una banca tratando de mantener la calma—. Cariño, creo que no te escuché bien, ¿puedes repetirlo?

—Ed, estoy embarazada... ¿qué vamos a hacer? Ni siquiera estoy marcada y tú no tienes un empleo —lloriqueo Jane y el corazón del alfa se detuvo por unos instantes—, ¿cómo mantendremos a un bebé si no podemos con nosotros mismos?