𝑬𝒑𝒊𝒍𝒐𝒈𝒐

1.2K 127 214
                                    

No iba a cometer el mismo error dos veces

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No iba a cometer el mismo error dos veces.

Disparé.

La sucia sangre del alfa al que alguna vez amé salpicó la fina madera de su escritorio. Mark gruñó y caminó furioso hacia mí, pero ni siquiera el denso olor a enojo me provocó ganas de encogerme en mi lugar y ser la omega sumisa y bondadosa que alguna vez fui.

—¡Omega estúpida! ¡¿Te das cuenta de lo que hiciste?! —gritó mi esposo, sus ojos furiosos intentando atravesar mi alma—. ¡Si me matas, morirás conmigo! ¡Estás atada a mi!

—¡No! —el grito salió desgarrador de mi garganta, Mark lucía confundido debido a mi revelación—. Ya no más, Mark, ya nada me ata a ti. Nuestro lazo está roto.

Su mirada se relajó y yo descubrí mi cuello, mostrando la marca rosácea que casi había terminado de cicatrizar por completo, solamente unas cuantas líneas en forma de dientes resaltaban de mi clavícula. Mark lucía impresionado.

—¿Pero cómo? Ni siquiera lo sentí —murmuró, sosteniendo con fuerza su hombro para no morir desangrado.

—Por supuesto que no lo notaste. Nuestro lazo ya era tan débil, que simplemente tuve que salir de la casa sabiendo que no volvería jamás para que nuestro pobre lazo terminara de romperse. Ya no me controlas, Mark.

Mark lucía sorprendido ante mis palabras, soltó una risa de nervios y retrocedió unos cuantos pasos sin separar su mirada de mi cuello. Por primera vez parecía que se había dado cuenta de lo que sucedía realmente, se había dado cuenta de que por fin las repercusiones de todo el daño que nos provocó a mí y a mis hijos había llegado.

—Supongo que aquí termina entonces —murmuró sorprendido, soltó una risa más fuerte y su mirada vagó entre Louis y yo.

—Debí haber hecho esto hace muchos años, no debí permitirte que me separaras de mi cachorro desde un principio. Pero supongo que nunca es muy tarde para enmendar los errores del pasado.

—¡Mátame entonces, Johana! —bramó enojado—. Pero ten una cosa en mente; los años que perdiste a tu pequeño e imperfecto cachorro, nadie te los va a devolver. Todos esos años en los que te rendiste solo porque yo te dije que lo hicieras, todos esos años en los que desperdiciaste tu tiempo recostada en una cama sin prestarle atención a tu vida nadie te los regresará, y todo porque le hiciste caso a tu alfa como la omega sumisa que siempre serás.

—Tienes razón, nadie va a devolverme los años perdidos, ¿pero sabes una cosa? —apunté a su cabeza, mis manos temblando pero la intención más fuerte que nunca—. Matarte al menos va a darme la satisfacción de quitarle a mis hijos la preocupación de un padre demente... Y no, ya no soy la omega sumisa que se casó contigo por obligación, ahora solamente soy Johana —sonrió—. Hasta nunca, alfa.

Un segundo disparo retumbó por toda la casa. El cuerpo inerte de Mark cayó frente a mi y su sucia sangre manchó mis zapatos favoritos, y a pesar de que el remordimiento de haber asesinado a alguien estaba insistente en mi cabeza, la satisfacción de haber librado a mi familia de aquel alfa tan despreciable le ganaba a ese sentimiento por mucho.

Icarus Rose |1D| [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora