𝑷. 𝑰𝑰: 𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒖𝒂𝒓𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒄𝒊𝒏𝒄𝒐

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Harry no sabía si ponerse esos pantalones beige con la camisa de cuadros blancos, rojos, azules y verdes o esos pantalones cafés con esa camisa blanca con amarillo, si cualquiera de las dos las usa abiertas con una camiseta blanca debajo, su marca y algunos chupetones quedan orgullosamente expuestos, estos días se han basado en presumir orgullosamente las marcas que deja su alfa en su cuerpo.

Finalmente se decidió por el conjunto con los pantalones beige, se sentía más cómodo con aquello, se tomó sus supresores antes de salir de la habitación de la mano de su alfa, eran los últimos que le quedaban, debía recordar pedirle otra caja a alguien del staff, pero por mientras, se sentaría en el regazo de su alfa mientras apostaba con otros en el casino.

Todo era deslumbrante en aquel lugar, un enorme candelabro colgaba del techo y las decoraciones estaban en tonos azules y dorados. Los alfas empezaron a jugar, todos estaban concentrados en el juego, y Louis no dejaba de acariciar la cintura de Harry, y cada cierto tiempo dejaba besos en su coronilla o en sus labios.

Y conforme pasaba la noche, los meseros rellenaban una y otra vez los vasos de los presentes, y Harry no quería ser presumido, pero Louis ya llevaba ganadas varias partidas, cada vez que el monto de la mesa era empujado hacia donde estaban ellos, Harry dejaba pequeños besos y mordidas en la mandíbula de su alfa.

—Tienes un omega muy bonito, Tomlinson, ¿dónde podré conseguir uno de esos? — preguntó un alfa que Harry pudo identificar como Russo, su acento italiano era bastante marcado.

—Hmm, no creo que puedas conseguir uno tan bonito como el mío, pero si quieres un consejo, no busques, Harry llegó de casualidad a mi vida, y no pienso dejar que se vaya — dejó un suave beso en los labios de Harry y Russo sonrió ante la escena.

—Son realmente una pareja encantadora, ¿qué los trae por aquí en el crucero? ¿Un aniversario, luna de miel?

—Oh, no, simples vacaciones, pensé que era una buena idea pasar un poco de tiempo a solas en otro ambiente que no sea nuestra casa, ya sabes, antes de pensar en tener cachorros — respondió Louis llevando el filo de su copa de vino a sus labios.

—Un crucero siempre es una buena opción para descansar, ¿les ha gustado el recorrido hasta ahora? Mi hermosa Italia.

—Oh, por supuesto, las costas italianas son encantadoras, definitivamente planeamos volver a visitar en próximas vacaciones — sonrió Louis y continuaron el juego.

Tan solo unas horas más tarde, Harry ya estaba algo mareado, y empezaba a removerse en el regazo de Louis, quería irse de ahí y disfrutar un poco más de esa lujosa suite en la que se estaban hospedando, de todos modos, les quedaban tres días para disfrutar y Harry quería hacerlo al máximo, y al parecer eso no pasó desapercibido por Louis, además de que el fuerte olor de Harry se hizo más dulce e intenso.

—¿Estás cómodo,osito? — preguntó Louis, Harry asintió, pero un mareo lo hizo levantarse de golpe.

Corrió al baño y vomitó todo lo que había bebido, unos segundos después sintió las cálidas manos de Louis en su espalda, era asqueroso. Antes de bajarle al baño, el omega alcanzó a ver un punto blanco entre todo lo que había devuelto, pero estaba todavía bastante inconsciente como para pensar mucho en ello, se enjuagó la boca y mejor se concentró en las cálidas manos que lo sostenían por la cintura, ¿en qué momento empezó a hacer tanto calor?

—Lou, ¿no crees que hace mucho calor? ¿Y si me llevas a nuestra habitación? — propuso con coquetería, al alfa se le oscurecieron los ojos y miró intensamente al omega.

—¿Pero no te sientes mal, amor? — preguntó el alfa con los labios pegados a los de su omega, quien se acercó a su oído y rozó sus labios en esa área, Louis se estremeció.

—Me sentiría mejor si nos vamos a la habitación, ¿no quieres ayudarme a sentirme mejor, alfa? — Louis tomó a Harry en sus brazos y salieron de ahí, directamente a la suite.

Afortunadamente su lugar de hospedaje no estaba tan lejos, y con la prisa, solamente les tomó cinco minutos llegar a la habitación.

Juraban que los gritos y jadeos podían escucharse en otras habitaciones, la marca fue abierta de nuevo y Harry fue felizmente anudado esa noche, y las siguientes veinticuatro horas. Habían entrado en su celo.

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El crucero se había detenido en La Canea, Creta, una hermosa isla en Grecia, el sol ya estaba bajando por lo que Harry y Louis decidieron ir a disfrutar un poco de la playa para relajarse después de haber pasado el celo de Harry. Las luces de la ciudad iluminaban todo de una hermosa manera, ambos caminaban tomados de la mano por la orilla del agua, Louis no llevaba nada puesto más que unos shorts de traje de baño, y Harry tenía puesta una playera negra y unos shorts del mismo color.

—¿Disfrutaste del viaje, amor? —preguntó el alfa con voz suave sin quitar los ojos del frente.

—Claro que sí, jamás la había pasado mejor en mi vida, y estoy agradecido de haberlo pasado a tu lado, Lou —Louis se detuvo y miró a Harry, llevó su mano a la mejilla de su omega y la acarició con su dedo.

—Yo solo puedo agradecerte por estar conmigo, Hazzie —dijo usando el apodo que había usado la primera vez que se conocieron en aquella rueda de la fortuna—, gracias por aceptar ser mi omega y porque próximamente estaremos planeando nuestra boda.

Los ojos del omega se cristalizaron mientras miraba esos orbes azules frente a él, ambos se unieron en un beso en el que no fue necesario usar palabras para expresar lo mucho que se amaban, su vínculo se sentía más fuerte que nunca.

—Tal vez podemos casarnos aquí, traeremos a todos y nos casaremos en este mismo lugar —dijo con entusiasmo el omega—, pondremos unas flores por aquí y le pediremos a Niall que se encargue de la comida, porque él siempre sabe de comida —Louis rió y besó a Harry una vez más antes de que pudiera seguir.

Pero entonces el sonido del teléfono del alfa empezó a sonar interrumpiendo aquel beso.

—No creo que necesitemos tantas cosas amor, con el simple hecho de estar a tu lado me basta —llevó el teléfono a su oído y la voz de su hermano se hizo presente.

—Louis —dijo serio, el alfa podía sentir que algo estaba mal, Zayn nunca lo llamaba por su nombre cuando hablaban—. Tenemos una situación.

Y no le hicieron falta más palabras al alfa para saber que debían regresar en ese preciso momento.

Icarus Rose |1D| [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora