Los Berreth habían aceptado gustosos el ofrecimiemto de Prim a trabajar con ellos, estaban sorprendidos pues nunca antes un hijo de la alta sociedad se había querido relacionar con ellos.
El apellido Berreth era legendario, en algún momento habían sido una familia de renombre, caballeros de élite a lado de la terrible Reina de Mearflasgad, Vykeria Gadora, una de las pocas familias con dinero en aquel país en decadencia, tras el golpe de estado en Mearflasgad, la desaparición de la tirana y algunos años después, la unificación del continente a manos de Isver Greengrass "el Rey Brujo" , Berreth cayó en el rechazo y la pobreza, ya no eran los tiranos que contaban las leyendas, eran buenas personas que cargaban con la mala reputación de sus antepasados.
- ¿Segura que no quieres que te acompañe?- preguntó Hugh a Prim mientras le ayudaba a subirse a su carruaje.
- Solo iré a limpiar unas popós de caballo, no a combatir en la guerra, estaré bien sola- dijo Prim agitando su mano al aire.
Hugh suspiro con una mueca.
- Iré por ti más tarde- sentenció Hugh.
- Sí, sí cariño- respondió Prim antes de que el carruaje avanzara.
Ahí quedó Hugh, fastidiado, aburrido, se quedaría solo en casa, Madre, Padre y Dhalia habían salido a comprar listones y vestidos.
Entró a la casa y se paseó por las habitaciones, "¿Y si salía al club?" pensó, quedarse en casa le causaría una verdadera molestia, pero si se iba correría el riesgo de olvidar pasar por Prim, no le daría el placer a la pequeña bestia de recordarle cada vez que pudiera su falla, mientras se debatía en ello, el timbre de la puerta sonó, ¿quién venía justo el día en que no había nadie?
Sin mucho ánimo Hugh abrió la puerta solo para encontrarse con la conflictuada mirada azul de Newt, parecía como si ni siquiera él supiera que estaba haciendo ahí.
- ¿Crawford?- preguntó confundido, Newt parecía que correría de ahí en cualquier momento.
- Birdwhistle... no esperaba verte aquí- balbuceó Newt, Hugh frunció el ceño.
- Vivo aquí- señaló el rubio, las orejas de Newt se tornaron rojas ante la vergüenza de tal obviedad.
- Claro, por su puesto.-
- ¿Qué quieres?- cuestionó Hugh antes de que esa conversación se volviera más incómoda.
- En realidad yo...- comenzó Newt a acomodar sus palabras mientras jugueteaba con las mangas de su saco. - ... vengo a hablar, con Primrose...Lady Primrose- corrigió de inmediato.
Hugh estaba confundido, ¿Crawford quería ver a Prim?, "este sinvergüenza necesita que lo ponga en su lugar", pensó en modo hermano mayor.
- Prim no está, ¿de qué quieres hablar con ella?- cuestionó Hugh, Newt enmudeció, esa visita había sido la peor idea, el tono de Hugh era amenazante y ya no sabía como escapar de ahí y ni siquiera había entrado a la casa aún.
- Nada relevante, solicitaré una visita otro día, gracias, hasta luego- respondió Newt rápidamente buscando concluir y huir.
Pero Hugh no lo permitiría, se aferró a la puerta con gesto severo y su bien construido pecho inflado cual macho alfa protegiendo a su manada.
- Sería muy descortés de mi parte no invitarte a pasar y conversar- señaló Hugh.
- No, gracias- dijo Newt escondiendo su voz aterrada.
- Entra- ordenó Hugh con voz ronca.
"Mierda" pensó Newt.
Sin poder hacer más, entró a la residencia Birdwhistle, se sentía como un pequeño insecto cayendo en la red de la araña esperando a ser devorado.
Siguió al hermano Birdwhistle hasta el estudio del chico, mientras lo veía de espaldas se convenció a sí mismo de que nunca sería un Niel o un Hugh, Hugh Birdwhistle había nacido para brillar, su, cuerpo, su voz, su porte y presencia eran específicas de un hombre perfecto de sociedad, sin fallas, con la vida resuelta, su única labor era seguir los negocios de sus padres, nada se interponía entre Hugh y el éxito, podía incluso aspirar a casarse con Penny y ser el futuro rey de Isveria, nadie lo cuestionaría, "que genial sería ser un Hugh Birdwhistle" pensó Newt con tristeza.
Perdido en sus pensamientos no notó el momento en que entraron al estudio y se sentaron, Hugh lo notó ausente.
- ¿Crawford?- Hugh chasqueó los dedos para traer al chico a la real.
- ¿Cómo?-
- Que si quieres whisky- repitió Hugh, Newt aún tardó un par de segundos en volver a la situación.
- Claro, sí, gracias- Hugh sirvió dos vasos y se sentó, confundido, incómodo, pensando en cómo iniciar la conversación.
- ¿Qué quieres con mi hermana?- dijo Hugh yendo al grano.
- Quería charlar con ella-
- Sean cuales sean tus intenciones debes respetar el protocolo, las visitas de cortejo son por la mañana y debes ser claro con los Condes para que aprueben esta relación, no puedes solo llegar un día y pedir hablar con Primrose, esperando que su matrimonio se apruebe- dijo Hugh sin vacilar, Newt bajó de su nube de dispersión tan pronto hiló las palabras de Hugh, "¿cortejo?" "¿matrimonio?".
- ¡Oh, no!, no, no, no, no...- se apresuró Newt exaltado. -... ¿casarme con tu hermana?, no, claro que no, ni loco- balbuceó con los ojos azules abiertos como platos.
- ¿Disculpa?- dijo Hugh ofendido, en ese momento Newt notó su error, no deseaba casarse con Prim pero tampoco tenía que hacerla ver como si fuera la peor opción.
- Quiero decir, no venía a eso, en realidad, solo quería hablar de los rumores que habían difundido y contarle que Paul y Penny, digo, Su Majestad, ya los conocían...- comenzó a explicar sin importarle lo ridículo que sus razones pudieran sonar. -... estaba molesto y no quería volver a casa, quería platicar con alguien y solo pensé en la persona que me dijo la verdad en primer lugar, es todo, lo lamento, no quería generar problemas- dijo Newt entre tartamudeos y altibajos en su voz.
Hugh sintió cierto alivio, "menos mal, Crawford no sobreviviría una vida con Primrose, lo devoraría cual viuda negra" pensó Hugh, por unos segundos reflexionó su repsuesta.
- No creo que Su Majestad y Lindfield hayan omitido esa información con malas intenciones, al contrario, creo que usted es afortunado al tener un par de tan buenos amigos que procuran su bienestar, no todos tenemos esa dicha, en ese aspecto, lo envidio, Lord Crawford, yo sólo tengo dos hermanas, no me malinterprete, Dhalia y Primrose son mi todo, pero saliendo de esta casa no hay nadie más en quien confiar.- confesó Hugh, Newt lo observó, parecía sincero, ¿El gran Hugh Birdwhistle lo envidiaba?, y era ¿solitario?, tal vez, su imagen del chico no era la correcta.
- Tiene razón, ellos, son lo mejor que pude pedir como compañía...gracias-
Ambos chicos quedaron en silencio, acabando su trago con reflexión incómoda.
- Mas tarde iré por Prim a la casa de los Barreth, estará ahí cada fin de semana ayudando a cuidar los caballos por su... imprudencia del parque.- comenzó Hugh, Newt recordó a la rubia cabalgando salvaje en su pomposo vestido amarillo, no pudo evitar reirse.
- ¿Con que era un caballo de los Barreth?- rió Newt, Hugh también rió en voz baja.
- Por si gusta acompañarme, así podrá hablar con ella- sugirió Hugh, Newt se puso de pie.
- No, no hay necesidad, gracias Lord Birdwhistle, conversar con usted fue un mejor resultado, me retiro...- se despidió Newt encaminandose a la salida del estudio, se detuvo en la puerta con un pensamiento inmediato.-... y Lord Birdwhistle...- Hugh lo miró curioso.- ... a partir de ahora me veo en la necesidad de involucrarme más en sociedad, para evitar más malentendidos y rumores, por lo que probablemente lo vea más, por favor, si lo necesita, no dude en hablar conmigo, no soy Niel, pero si hay algo en lo que pueda apoyarle, lo haré, así no tendrá solo a sus hermanas.- dijo Newt algo avergonzado, Hugh esbozó una pequeña sonrisa y levantó su vaso.
- Afortunadamente no es Niel, tomaré su palabra... gracias Newt- se despidió Hugh.
Ambos quedaron con una extraña pero satisfactoria sensación de haber logrado algo inesperado, tal vez un Crawford y un Birdwhistle realmente podían construir algo magnífico.
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Por el beso de una dama
RomanceNewt Crawford, una eminencia opacada por la audacia de su hermano y el inalcanzable amor por una mujer, su vida cambiará al conocer a Primrose quien busca demostrar que el destino lo construyes tú