Romance Sincero

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La ceremonia del matrimonio Real fue hermosa, flores blancas por doquier, clima templado, Penny lucía espectacular en su enorme vestido esmeralda, la mirada de Paul lo decía todo, toda mujer soltera anhelaba que su futuro esposo la viera así el día de su boda.

Era de ensueño, incluso Prim se iluminó con inspiración, era como en los libros, toda novela de romance terminaba en una ceremonia de fantasía como esa.

Cuando la pareja cerró los votos con un beso, se lanzaron palomas blancas y las campanas sonaron.

Prim miraba con asombro cada detalle, haciendo anotaciones mentales, tal vez terminaría su novela con una boda como esa, no se percató de que Newt estaba a su lado mirándola de reojo con cierta diversión y con una idea distinta en su mente.

- ¿Quisieras una boda similar?- preguntó Newt con curiosidad, ya contemplaba la posibilidad de recrear un evento parecido en el jardín de la mansión de verano de los Crawford.

Su mente trabajaba rápido, las flores eran de temporada, fáciles de conseguir, no recordaba haber visto a Prim en un vestido esmeralda, tal vez sería una buena ocasión, no habría campanadas pero podrían conseguir algunas palomas, Newt sentía una inexplicable calidez en el pecho ante la idea.

Prim salió de su ilusión y se volvió a Newt.

- ¿Similar?, ¿Con palomas?...- preguntó Prim antes de fruncir el ceño. -... por su puesto que no... esas cosas defecan mientras vuelan, aberrante.- negó Prim, de un momento a otro la construcción mental romántica de Newt se derrumbó.

- Ah-

Prim notó el gesto desencajado, incluso, ¿decepcionado?, de Newt, la chica pensó rápidamente en cómo solucionar la situación.

- Tal vez... mariposas.- sonrió Prim, Newt le devolvió la sonrisa.

- Prefieres los gusanos con alas- se burló el chico, Prim puso los ojos en blanco.

- Lo que sea Burgués, lanza piedras si prefieres.- dijo Prim con un resoplido, Newt escondió su risa divertida.

Y como los días pasaban, fue el turno de Hugh, dada la devoción de los Berreth, la ceremonia se llevó a cabo en la capilla cerca del parque y la fiesta en la mansión Birdwhistle, una ceremonia sencilla, con Maddie vestida de azul y Hugh en su traje militar.

El jardín estaba lleno de luces y rosas blancas, Hugh había insistido en sólo invitar a la familia y a los amigos más cercanos, por ello ahí estaba, Edmond, como un viejo amigo de la familia, maldiciendo desde su mesa la felicidad de Newt y Prim, y por otro lado, Niel, tomando trago tras trago, sin aliados en "territorio enemigo" con la facción Birdwhistle rodeandolo, todo, por la cercanía de su hermano y su padre con los Birdwhistle.

Observaba como a lo lejos, su padre adulaba a Prim, ese hombre no podía ser más feliz ahora que la rubia sería parte de su familia, Niel comenzaba a sospechar, que el plan inicial de casarlo con Prim no era por razones políticas sino que meramente por su capricho de llamar "hija" a la rubia.

Su mirada rápidamente divagó por la fiesta, recordaba ese jardín, el juego de badminton, el pañuelo, el aroma a flores, ese aroma que incluso ahora lo embriagaba.

Niel suspiró, tratando de quedarse con ese aroma fantasma en el aire.

- Lord Crawford- la voz de muñeca de Dhalia lo hizo sobresaltarse.

Niel sintió que el mundo se le venía encima, Dhalia lo observaba con cierta preocupación, solo Dios sabe por cuanto tiempo le estuvo llamando.

- Lady Dhalia- saludó Niel torpemente.

- Milord, ¿está usted bien?-

- Por supuesto, sí-

- Menos mal, le ofrecí que llenaran su copa mas no me respondió, creí que podría usted sentirse enfermo o algo- dijo Dhalia.

La chica estaba intentando ser amable, tenía la responsabilidad de una madre, estaba atenta a todos en la fiesta, y el único apartado era Niel, incluso Ed se había integrado con sus amigos del club, pero Niel se mantenía disperso, Dhalia sintió la responsabilidad de atender a su invitado, y ahí la tenían, poniendo su mejor sonrisa y Niel sin poder respirar.

- Me disculpo, no la escuché, estaba pensando, lo lamento.-

- Imagino lo que piensa, una boda en vísperas de una guerra, lo sé, pero tal vez es necesario para levantar los ánimos, y todavía que falta la suya, bueno, la nuestra- sonrió Dhalia, Niel pudo sentir sus mejillas sonrojarse.

- ¿La... nuestra?- balbuceó.

- Sí, Prim y su hermano parecen cada vez más ansiosos, es nuestro deber como hermanos mayores asegurarnos de que su boda sea perfecta.- dijo Dhalia con dulzura, Niel sintió la descompensación del susto y su sangre cayendo hasta sus pies.

- Oh, sí claro, nuestra boda, para nuestros hermanos.- repitió Niel.

Dhalia no despegaba la vista de Hugh y Maddie.

- Es hermoso, ¿no lo cree?- preguntó Dhalia.

Niel fijó su mirada en la pequeña rubia a su lado.

- Lo es- suspiró.

- Todos merecen un romance sincero.-

- ¿Usted lo desea?- cuestionó Niel.

- Como no desearlo si lo tengo tan cerca.-

- ¿Cerca?- balbuceó de nuevo Niel.

- Hugh y Maddie, Prim y Newt, mis dos hermanos, aceptando los sentimientos de una persona única para ellos.- suspiró Dhalia.

- Su persona especial seguro espera por usted Señorita.- dijo Niel sin pensarlo, Dhalia sonrió ampliamente y miró a Niel.

- Y la suya también Milord.- asintió Dhalia antes de marcharse.

Niel la miró marcharse mientras se sonrojaba aún más, nunca había hablado tanto con ella, podría pasar cualquier cosa en la noche, pero nada le quitaría la felicidad que sentía.

Y boda tras boda, el día había llegado, los carruajes llegaban en fila hasta la mansión de campo de Crawford, a Raven Highs, el Marqués era popular, y organizaba pocas fiestas, por lo que una fiesta de Crawford era un evento casi tan importante como de la realeza.

El segundo hijo de Crawford se casaba, con una Birdwhistle, toda la alta sociedad quería estar ahí, incluso el sacerdote del templo de la Luz, un hombre mezquino y poco social, no chistó un solo momento desde que le informaron que la ceremonia se llevaría acabo en la mansión.

Y por más que la odiara, hasta Lizabeth Windside asistía a la boda con sus mejores galas, a fin de cuentas, debía mostrarse como la acompañante del hermano del novio, su padre, Lord Windside ya estaba preparando todo para proponer el matrimonio entre Liz y Niel.

Por el beso de una damaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora