Linaje Real

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Penelope miraba el reloj de la pared con una pierna intranquila, su madre, Claudia suspiraba al verla, es momento de hablar de la Reina Penelope Greengrass de Isveria.

Penny era la primera mujer con el poder absoluto en el país, después del fallecimiento del Rey Isver, a falta de herederos, la Corona pasó a los únicos familiares vivos de la familia Greengrass, Mason Dyling, único nieto de Kanarya Greengrass hermana de Aleyda, la abuela de Isver, fue a quien llamaron para reclamar el linaje, tal vez Isver fue un Rey bárbaro, mas no se podía negar lo admirado que era por su pueblo, por lo que nadie en toda Isveria aceptaría un nuevo Rey que no tuviera sangre Greengrass, fue así, como Mason tuvo que tomar el apellido de soltera de su abuela para seguir el linaje Greengrass.

Mason se dio la labor de engendrar linaje Real, una misión fallida pues solo tuvo un hijo varón, Handell Greengrass, Handell, al igual que su padre solo pudo tener un solo hijo, Perryn, quien agobiado por la mala suerte de su familia de mantener el Linaje Real pendiendo de un hilo con un solo Heredero, buscó desposar una hija noble de una familia altamente fértil, y así conoció a Claudia Ascort, pelirroja, de ojos violetas, cuarta hija de seis en total, del primer hijo de un Conde en el antigüo Mearflasgad, el linaje Ascort no tenía menos de cuatro hijos por generación, todos pelirrojos, todos con ojos violetas, por lo que Perryn se casó esperanzado de multiplicar la sangre Greengrass, aunque eso significara tener Greengrass pelirrojos.

Para su mala suerte, Perryn solo pudo engendrar una hija con Claudia, pues poco después cayó enfermo, mal que lo debilitó y finalmente acabó con su vida con Penny cumpliendo apenas 19 años, la maldición Greengrass parecía no acabar.

Este día, precisamente, era un día importante, pues Penny era muy joven, aún algo inmadura, pero su vida estaba cambiando mucho y muy rápido, Claudia estaba aterrada de que el peso de la Corona y su futuro carcomieran a Penny por lo que la Reina Madre pidió refuerzos.

El reloj sonó las 2 pm y un sirviente entró al salón de té, Penny y Claudia se pusieron de pie.

- Su Majestad, Reina Madre, los Ascort están aquí.- presentó el sirviente, Penny y Claudia intercambiaron miradas nerviosas, desde su matrimonio, Claudia no había visto a su familia más que en su boda y en el nacimiento de Penny.

Después de la introducción, un grupo de seis pelirrojos y una mujer castaña entraron a la habitación, imponentes, con más porte Real de lo que Penny imaginó, sintió que su sangre helaba, como si siete lobos la rodearan.

- Hermano.- saludó Claudia, el pelirrojo mayor se dirigió a Claudia con una sonrisa ligeramente altanera.

- Mi pequeña Claudia...- la saludó con un abrazo, después se dirigió a Penny e hizo una reverencia. -... Su Majestad.- saludó, después de él, los otros seis la reverenciaron con una coordinación extraordinaria.

- Su Majestad, le presento a mi hermano mayor, Cyrus, su esposa, Lynette, y sus hijos...- presentó Claudia al imponente pelirrojo y a la castaña.

- Un placer Su Majestad, ellos son mis hijos, Adeline, Albert, Alphonse, Agnes y Augusta.- Cyrus presentó a los cinco pelirrojos que a juzgar por su apariencia, Adeline la mayor no pasaba de los 20, mientras que Augusta, la menor, rondaba los 10 años.

- Duque Cyrus Ascort de Wellinburg, por su puesto, un placer finalmente conocerlos, mi madre me ha hablado mucho de usted, su mayor confidente y soporte familiar desde antes de unirse a la Familia Greengrass.- recordó Penny sonriendo de la forma más amigable posible, sabía que el gen Ascort era fuerte, mas eso no impedía sentirse abrumada de ver tantos con su mismo aspecto en la misma sala.

- Siempre le dije a mi hermana que si en algún momento necesitaba apoyo no dudara en hacérmelo saber, el Ducado de Wellinburg siempre estará a disposición de cualquier Ascort en cualquier estrato.-

- ¿Entonces aceptan lo que le hemos solicitado en la carta?- preguntó Penny.

Cyrus la miró con cierta melancolía.

- Wellinburg ha sido nuestro hogar por generaciones, dejar la residencia y convertirla en alojamiento secundario es difícil, afortunadamente nuestros negocios tienen cimientos estables, pueden ser manejados a distancia, si Su Majestad necesita el respaldo Ascort en la ciudad, aquí estaremos, además, Ada está en edad casadera, qué mejor que la Capital para encontrar un esposo digno a mis niñas, y a una futura Duquesa para mi Heredero, ¿no lo crees Albert?- sonrió Cyrus.

El pelirrojo a lado de Adeline miró a su padre con fastidio, a Penny le resultó divertido, ese gesto le recordaba a Newt.

- Me alegra que finalmente podamos tener familia cerca, lo necesitamos.- dijo Claudia.

- Más ahora con esta guerra en nuestras fronteras.- agregó Cyrus, Lynette, quien había estado muy callada durante toda la visita se acercó con gracia a su esposo.

- La familia siempre debe de estar unida, tanto en tiempos oscuros como una guerra, así como en momentos alegres de luz, como la futura llegada de una nueva vida.- comentó Lynette con dulzura hacia Penny.

La Reina se sonrojó y llevó su mano a su vientre, ya tenía semanas que lo sospechaba, pero apenas unos días atrás lo había confirmado, un nuevo Greengrass venía en camino, y para no sufrir lo que ella y su familia habían sufrido cuando llegó al mundo, sola, sin mayor apoyo que el de aquellos que se decían fieles a la Corona, Penny y Claudia decidieron que, si bien Greengrass era el apellido Real, y que por décadas, la Realeza se hubiese deslindado de la otra mitad de sus progenitores, las siguientes generaciones no lidiarían con la soledad de su linaje y para fortalecer la Descendencia Real, se apoyarían en la siguiente sangre con mayor presencia que conocían, su propia familia.

Ascort y Greengrass serían a partir de ahora, un mismo Linaje, nadie, dentro o fuera de Isveria se atrevería a enfrentarse a la Realeza pues ya no penderían de un hilo, detrás del futuro Rey o Reina por siempre estaría su familia del Ducado de Wellinburg.

- Estoy completamente de acuerdo con usted, tía.- sonrió Penny tomando a Lynette de la mano.

Con sonrisa emocionada, los niños Ascort se acercaron y durante toda esa tarde, la nueva y completa Familia Real revisaron los detalles de su nuevo rol en su nuevo hogar.

Por el beso de una damaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora