Rayo de Luz

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El médico de Newt y el Marqués Crawford accedieron a que Niel pasara la noche en la tienda, las instrucciones eran claras: "no toques ningún medicamento de la mesa, si Newt comienza a lucir o reaccionar extraño, no intentes nada, llama a un médico".

Niel ponía los ojos en blanco, le hablaban como si no tuviera una pizca de inteligencia o sentido común, mientras, escondía detrás de su espalda la carta a medio redactar.

De nuevo solo, Niel continuó, esta carta fue más larga de lo habitual, pues habló de las batallas, del temor, de la tensión y de Newt, tenía que contarle a alguien lo que había sentido ante la idea de la muerte de su hermano.

Terminó la carta hasta pasada la media noche, cuando antes de firmar cayó rendido, dormido, recargado en la camilla de Newt, con las hojas a punto de caer a su lado.

Un movimiento lo despertó, un tanto adormilado miró a su alrededor, las hojas de la carta no estaban, algo nervioso las buscó a su lado en el suelo.

- ¿Dhalia Birdwhistle?, ¿desde cuándo?- la voz de Newt lo sobresaltó.

Con mirada asombrada Niel se percató de que Newt estaba despierto, algo débil, pero extrañamente bien para haber sido herido de gravedad y que en sus manos estaba su carta la cual leía con detenimiento curioso.

- ¡Newt!, estas bien- exclamo Niel sin caber en el asombro, Newt frunció el ceño.

- Eso parece.-

- Pero, ¿cómo?-

Newt sonrió con dificultad, una verdad oculta resonaba en su consciencia.

- Es una buena redacción, aprecio tus palabras y estoy seguro de que Dhalia también lo hará, fírmala, hablamos por la mañana.- dijo Newt evadiendo la pregunta.

- No encontraron al bastardo que te disparó, posiblemente volvió a las filas del ejército central.- comentó Niel.

Newt asintió pensativo.

- ¿Qué ocurrió?- preguntó Niel, Newt le dirigió una mirada reflexiva, su gesto sombrío confundía a Niel.

- No fue un soldado de Myderia.- confesó Newt.

- ¿Qué?- balbuceó Niel, Newt se mordió el labio, sabía que los que diría crearía un torbellino hostil y peligroso.

- Edmond Leonhart, él lo hizo.-

Niel lo miró incrédulo, una cascada de emociones helaron su sangre.

"Edmond Leonhart"

Niel marcó ese nombre.

Por la mañana siguiente, a petición de Newt, no se informó a nadie más que a Paul, Lyn y el médico sobre su despertar, y en ningún momento se mencionó a Edmond, ese, había sido un secreto entre ambos hermanos.

Niel leyó su carta por última vez, se sentía un poco culpable por no agregar que Newt estaba consciente y le hervía la sangre al pensar en Edmond y no poder advertir a Dhalia quien hasta hace poco le tenía alta estima.

Resignado, envió la carta y se preparó para los últimos días antes de marchar al frente de la última batalla.

En Isveria, varias semanas habían pasado y pocos habían recibido buenas nuevas, varios habían recibido el pésame, otros seguían a la expectativa.

Las jóvenes de sociedad convivían tomando el té en el parque, en silencio, por primera vez dejando de lado las frívolas diferencias entre sí para apoyarse en los tiempos difíciles, muchas habían recibido ya la noticia de la pérdida de algún familiar por lo que los ánimos estaban bajos.

Prim cada día estaba más ansiosa, nadie en la casa había recibido noticias,  de ninguno de los cinco hombres.

- Mi padre mandó una carta diciendo que los objetos extra como cambios de ropa, plumas y papel eran escasos, su carta fue escrita breve sobre un trozo de tela.- mencionó Lizabeth, tratando de aligerar el ambiente.

Nadie comentó nada al respecto, Dhalia miró a las chicas, en especial a su hermana.

- Es cierto, esos objetos son un privilegio, nuestro deber es cuidar de nosotras para recibirlos con bien a su regreso.- continuó Dhalia tomando la mano de Prim.

La rubia se giró a su hermana con una leve sonrisa.

Un sirviente se acercó tímido a las Birdwhistle ante la mirada curiosa del resto de las chicas, tenía un sobre en la mano, al notarlo, todas se mostraron con mayor curiosidad.

- Una carta- dijo una de las señoritas.

- Señorita Dhalia...- comenzó el sirviente, Maddie y Prim saltaron de asombro.

Dhalia tomó la carta vacilante.

- ¡¿Niel manda noticias mas no Padre, Hugh o Newt?!- exclamó Prim olvidando por completo que estaba frente a otras damas y Lizabeth.

Liz arqueó las cejas interrogante.

- ¿Niel?, ¿Crawford?- cuestionó Liz, las Birdwhistle palidecieron ante su error.

- Lo lamento, debemos irnos.- Prim se puso de pie, tomando a Dhalia y Maddie del brazo, huyeron de las miradas curiosas, sabiendo que tarde o temprano tendrían que enfrentar a Lizabeth.

Presionaron al carruaje para llegar rápido a casa, tan pronto pusieron un pie en la puerta alertaron a Tulip y Antoinette.

- ¡Llegó una carta!- exclamó Prim, las madres salieron exaltadas, definitivamente eso les indicaba que la carta de Niel había sido la única que la residencia Birdwhistle había recibido.

Dhalia, con manos temblorosas abrió la carta, las tres hojas escritas por ambos lados alertaban a la familia.

- "Querida Señorita Dhalia..."- comenzó Dhalia con voz temblorosa.

La carta de Niel redactó todo, desde los últimos preparativos de la batalla, pasando por la división de grupos, su sentir por la guerra, la herida de Fenrir, de la que Tulip comenzó a sollozar con preocupación, hasta el disparo a Newt.

Prim ahogó su expresión de horror.

- "... dígale a su hermana que comparto su aflicción, velo el progreso de la recuperación de mi hermano en su nombre, a mi madre, ruego que le consuele, exprésele mi deseo y promesa de regresar a casa junto a mi padre y mi hermano..."- leyó Dhalia, con un nudo en la garganta, podía sentir el genuino compromiso, compasión y pesar de Niel al escribirle.

Prim se sentó a lado de Antoinette que sollozaba con preocupación, sus manos  temblaban y su corazón dolía pensando en Newt, sus ojos estaban secos, pero su alma se derrumbaba.

Llorar ahora no tenía sentido, su madre y Antoinette lloraban a mares, como hija y nuera, su deber era ser fuerte por ambas.

Dhalia leyó en silencio las últimas palabras de Niel.

"Escribirle es como un rayo de luz en esta oscuridad, lamento si mis palabras le han afectado de alguna manera, hoy y siempre deseo su bienestar.

Por siempre suyo.
NC."

Dhalia sonrió levemente, su corazón saltó con aquel sentimiento floreciente, por ahora debía tomar su papel de Birdwhistle mayor, el tiempo que este durara.

Por el beso de una damaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora