Integrarse a su mundo

46 6 0
                                    

"Me iré de Isveria"

Resonó en la mente de Newt, trató de ocultar su impresión detrás de un gesto curioso casual.

- ¿Irte?- cuestionó Newt.

Prim asintió con un suspiro.

- Realmente no deseo casarme con Edmond, hace unas noches visitó la casa y declaró que para antes de culminar el año yo sería su esposa.- explicó Prim

- Y si...- dudó Newt.- ... alguien más llegara a pedir tu mano- sugirió Newt, Prim soltó una risa burlona.

- Nadie más se atrevería, no aquí en Isveria, el único hombre progresista del país es considerado un tirano y una bruja, volveré a Cardos, Hugh está preparando todo.- dijo Prim, Newt arqueó las cejas sorprendido.

- ¿Hugh está de acuerdo?-

- Es un buen hermano, sea como sea, Hugh tampoco quiere verme casada con Leonhart- admitió la chica.

- No hay nada que Hugh Birdwhistle no haga por sus hermanas, es admirable- sonrió Newt.

- Además me pidió que le enseñara a comunicarse a señas con Maddie como paga- rió Prim.

- ¿Hugh aprendiendo lenguaje de señas?, definitivamente está interesado en la chica Berreth.-

- Es hermosa, auténtica, completamente distinta a lo que vemos en la ciudad, no lo culpo, al contrario, admito con orgullo que mi hermano tiene buen gusto y el apellido Birdwhistle quedará en buenas manos- ambos sonrieron antes de un silencio incómodo.

- Me escribirás desde Cardos, ¿cierto?- dijo Newt al fin entre dientes, Prim se volvió a él con ligero asombro.

- ¡Por supuesto!- afirmó Prim aún sorprendida por la petición de Newt, el chico asintió con una leve sonrisa. -... Es más, el día que vuelva a Isveria lo primero que haré será visitarte para conocer a los pequeños Newty y Lizzy, y te regalaré una copia firmada de mi primer libro, lo prometo- dijo Prim.

- Claro, tu libro, no he leído el manuscrito por cierto- recordó Newt.

- ¿De verdad lo quieres leer?- preguntó Prim curiosa.

- ¿No quieres que lo haga?-

- En realidad, ni mis hermanos o mis padres han tenido la curiosidad de leerlo-

- Bueno, seré tu primer lector en ese caso, merezco esa primera copia firmada que prometiste- sonrió Newt, por primera vez Prim quedó sin aliento, en automático imitó la sonrisa de Newt, pero su mirada estaba clavada en el chico, por primera vez lo veía con mayor detalle... y era asombroso.

Terminaron de limpiar el establo y regresaron con Hugh y Maddie a tiempo para regresar a la ciudad y dar un paseo.

- Volveré a casa a cambiarme de ropa, huelo a estiércol- se quejó Newt.

- Nosotros también volveremos, no se verá bien que mi hermana se paseé en ropa sucia, nos vemos en el parque en hora y media.- concluyó Hugh subiendo a Maddie y Prim al carruaje despidiéndose de Newt.

Ninguno de los tres notaron que habían dado por hecho la compañía de Newt en el paseo, solo Maddie lo notó y lo expresó a Prim.

"Newt parece muy unido a ustedes, ¿es un pretendiente?" preguntó Maddie con gesto sugestivo, sus movimientos fueron rápidos, Hugh no tuvo la habilidad para interpretarlos, pero Prim le entendió claramente y soltó una carcajada, aprovechando que Hugh no había entendido y no se atrevería a preguntar, Prim mantuvo la conversación en silencio.

"¡No!, para nada, el cuervo bebé es solo un adoptado por la manada, como un hermano menor" .Explicó Prim.

Maddie soltó un resoplido de burla.

"Por supuesto" sonrió Maddie.

Las dos rieron frente a un desconcertado Hugh.

Llegaron a la residencia Birdwhistle, Dhalia ya los esperaba vestida como muñeca, hermosa, mágica, las hermanas Birdwhistle en cuanto se miraron tuvieron la misma idea.

- Hughie querido, tendrás que esperarnos aquí, me llevaré a Maddie- dijo Prim tomando a Maddie del brazo para subir a su habitación, Dhalia las siguió con sonrisa traviesa, Hugh suspiró, nunca terminaría de entender a las mujeres, mucho menos a las de su familia.

Tardaron más de lo que Hugh tenía previsto, caminaba de un lado a otro en la sala como animal enjaulado, hasta que escuchó a Dhalia aclarándose la garganta en las escaleras, estaba listo para reprocharle a sus hermanas la tardanza, su gesto de molestia era evidente mientras veía bajar a Dhalia, seguida por Prim, pero todo enojo se disipó cuando detrás de Prim bajaba Maddie, con un hermoso vestido azul, su cabello delicadamente arreglado con un listón del mismo tono y un ligero pero adorable maquillaje que sonrojaba sus mejillas.

Parecía una princesa, no, era más hermosa que cualquier princesa de cualquier reino, ese era el pensamiento de Hugh que había quedado sin aliento, cuando las tres bajaron quedaron sonrientes frente al hermano, pero Hugh no reaccionaba, solo estaba observando a Maddie, por fortuna sus ojos se desviaron un poco hacia Prim quien desesperada con la mirada le exigía que dijera algo, Hugh lo comprendió y repasó rápidamente las señal que correspondían a lo que quería decir en su mente, tragó saliva antes de tomar valor.

- Luces... hermosa- dijo Hugh entre dientes haciendo las señas lo más claro que podía, Maddie sonrió tímida, lo había dicho bien, la chica lo había entendido, y no solo las palabras alegraban a Maddie sino el hecho de que Hugh estuviera aprendiendo a comunicarse con ella, otra persona se hubiese rendido con ella desde el inicio.

"Gracias" respondió Maddie con una sonrisa, por unos segundos ambos solo se sonrieron, Prim y Dhalia intercambiaron incómodas miradas.

- Tal vez deberíamos irnos para que Maddie alcance a ver el atardecer en el lago- dijo Prim interrumpiendo el momento, ambos miraron a la chica saliendo de su fantasía.

- ¡Claro, Newt!...- recordó Hugh-... le dije que nos veríamos en el parque hace media hora-

- Bebé Cuervo puede esperar- concluyó Prim.

Los cuatro salieron de la residencia y tomaron el carruaje sin capota, el mismo del que Prim había saltado algunas semanas atrás.

Hugh intentaba explicarle a Maddie sobre edificios y familias que cruzaban en el camino, pero aún le faltaba práctica por lo que no lograba construir algunas frases, pero Prim estaba para ayudar, le parecía maravilloso que su hermano genuinamente quisiera integrarse al mundo de Maddie, por él, Prim aún creía en la posibilidad de conocer algún día al hombre que quisiera integrarse a su mundo y ese sería el hombre que merecería el corazón de la rubia.

Por el beso de una damaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora