Tulipanes

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Raven Highs era una hermosa y rústica construcción, rodeada por verdes jardines y caminos de piedra que guiaban hasta los diversos jardines, la boda se estaría llevando a cabo en el jardín trasero, donde los árboles bailaban con el viento rodeando una bella fuente.

Los invitados seguían el camino de piedra hasta un arco de plantas bien podadas con altos pinos, uno en cada extremo del arco, al entrar, el jardín estaba adornado de tulipanes en un tono rosa pastel, en los extremos del jardín y enmarcando todo el camino del arco al altar, los invitados se sentaban en alguno de los dos lados, ya sea como acompañantes de la novia o del novio, era celestial, mágico, tanto que nadie imaginaba lo que ocurría en dos habitaciones opuestas dentro de la mansión.

- ¡No creí ver nunca el gran día de mi bebé!- sollozaba Tulip mirando a Prim junto a su hermana arreglandose el cabello.

- ¡Mamá!, vas a arruinar tu maquillaje- señaló Dhalia.

- ¿Falta mucho?- cuestionó Prim que tenía la mirada perdida.

Dhalia miró a Prim con sospecha.

- No vas a escapar Primrose, no esta vez, pobre Crawfy.- sentenció Dhalia.

- Hay caballos afuera...- insistió Prim.

- NO- reprimió Dhalia.

En otra habitación.

- ¡¿Dónde está la otra mancuernilla?!- rugió Newt paseandose por la habitación, Niel permanecía incómodo sentado en un sillón mientras Paul seguía a Newt.

- ¡Yo la tengo!- respondió Paul levantando la cosilla de metal sobre su cabeza, torpemente Newt se la puso.

- ¿Está todo listo?- preguntó Newt.

- Los siervientes y Madre están acomodando a los invitados, el banquete está casi listo, todo va bien.- reportó Niel.

Hugh entró a la habitación.

- Crawfy, sales en 10- informó Hugh, Newt se giró con gesto de horror.

- ¡¿En 10?!, ¿tan pronto?-

- Respira Newt.- murmuró Paul preocupado.

- ¿Prim?- preguntó Newt, Hugh esbozó una sonrisa torcida.

- Sigue aquí, puse guardias cerca de su puerta y ventanas, Dhalia dice que sólo ha pensado en huir una vez.- dijo Hugh.

Niel se encogió de hombros.

- Prometedor- dijo con voz tímida.

Newt asintió.

El momento había llegado, junto a Niel, Hugh y Paul, Newt llegó al altar, saludó al sacerdote, era un viejo conocido, por lo bajo echó una mirada a los invitados, Tulip Birdwhistle no paraba de sollozar, un par de mujeres desconocidas para él la consolaban con una amable sonrisa, tendría que asumir por su propia tranquilidad que eran lágrimas de felicidad.

De su lado, su madre le dirigía una tierna sonrisa, y su padre parecía estar en comunión con él, con sus decisiones, como nunca lo había estado, varios familiares que venían de otras ciudades, habían llegado a pesar de lo imprevisto de la situación.

Newt se giró a Niel que estaba a su lado.

- ¿Cómo me veo?- preguntó Newt inseguro.

- Meh...- respondió Niel con antipatía fingida.- ...más sudoroso de lo habitual- se burló Niel.

Newt no sabía si reírse o entrar en pánico, en ese momento los músicos comenzaron a tocar y Prim entró del brazo de Fenrir, con Dhalia y Maddie detrás de ellos.

Prim lucía hermosa, su vestido era rosa como los tulipanes, ligero, y su cabello rubio había sido peinado en un medio recogido, dejando algunos rizos enmarcar su rostro de porcelana, su mirada felina reflejaba que ella estaba mucho más preparada que Newt para ese nuevo capítulo en sus vidas.

Newt sentía como el aire se le escapaba, la recordaba en un vestido rosa similar la primera noche que la vio, salvaje e imponente, pero con una belleza delicada, divertida y enérgica, nunca había agradecido tanto una casualidad, como la de coincidir en aquel balcón con la rubia, compartiendo vino y tabaco sin imaginar que un día compartirían su vida, tan solo esperaba hacerla tan feliz como ella lo hacía a él.

Prim llegó a su lado con su sonrisa pícara.

- ¿Nervioso, Lord Burgués?-

Newt sonrió.

- No, para nada.- mintió.

- Me sudan las manos- confesó Prim aún con su sonrisa ocultando su pánico.

Newt esbozó una amplia sonrisa divertida.

- Quiero vomitar- murmuró Newt con vergüenza, Prim ahogó una carcajada.

- Resiste soldado-

Los chicos sonrieron mientras el sacerdote daba el discurso habitual, no prestaron verdadera atención hasta que se dio la esperada pregunta.

- Acepto- dijo Newt algo desorientado.

- Acepto- Prim continuó con voz traviesa.

Solo quedaba un paso para cerrar la ceremonia, ya lo sabían, lo habían visto en la boda real y en la de Hugh y Maddie.

Ambos intercambiaron miradas, si no lo hacían eso no terminaría, Newt estaba decidido a dar el paso, pero su cuerpo se había congelado, ya era suficiente presión estar ahí, frente a todos con la profunda mirada de los redondos ojos de Prim.

La rubia pudo notar que Newt no podía moverse, era ahora o nunca, si ella no lo hacía, todos creerían que la boda era falsa, que el chico se casaba con ella con fines ocultos, no era así, debía demostrarlo, sin pensarlo mucho se acercó y acunó el rostro de Newt en sus manos, juntó sus labios a los de Newt.

La sorpresa evitó por unos segundos que Newt reaccionara, pero afortunadamente, el instinto tomó el control, rodeó con ambos brazos la cintura de Prim y respondió en beso, que terminó siendo más largo de lo que debía ser.

Para finalizar, soltaron unas mariposas a la pareja despidiendolos por el camino de regreso a la zona del banquete.

En la mesa principal Newt y Prim compartían con Paul, Penny, Hugh, Dhalia, Maddie y Niel, de nuevo, incómodo, no sabía cómo o porqué, pero cada vez estaba siendo más arrastrado al círculo de su hermano y Birdwhistle.

Lo único que le hacía valer la pena en esa situación era estar sentado junto a Dhalia, como los únicos solteros de esa mesa, se habrían de sentar uno junto al otro.

- Gracias por estar aquí Penny- sonrió Newt a la galante Reina que hacia todo por no llamar la atención con su presencia.

- ¿Bromeas?, no me lo perdería por nada, eres mi mejor amigo.-

- ¿Y yo?- cuestionó Paul con falsa ofensa.

- Tú ya no cuentas- se burló Penny, un par de risas alegraron la conversación, hasta que Paul se giró a Niel que había permanecido en silencio todo el rato.

- Niel, ¿pedirás la mano de Windside antes de irnos o al regresar de las Montañas Rojas?- preguntó Paul con naturalidad, Niel palideció.

Con el rabillo del ojo miró a Dhalia, curiosa.

Por el beso de una damaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora