Vino y Tabaco

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Tras ser intimidados por la Leona de Cardos, Paul y Newt tuvieron la oportunidad de separarse del grupo de Niel, Paul no perdería de vista a su amigo y se aseguraría de que esa noche pudiera bailar con Lizabeth.

No hubo conversación que distrajera a Paul de su misión y tuvo una sensación de victoria cuando sonó el primer vals y Newt seguía a su lado, con el gesto más fastidiado y resignado que pudo.

- Es el momento, tú y yo caminaremos hacia allá y bailaremos con Lizabeth, yo tomaré a su amiga primero para que tengas el escenario libre- sentenció Paul casi empujando a Newt en dirección a Liz, pero Newt se detuvo como si acabara de darse cuenta de algo importante.

- ¿No sería adecuado que me acerque a ella con un trago, se lo ofrezco, reímos y luego bailamos?, pareceré menos urgido, ¿no lo crees?- sugirió Newt en tono motivado, la mirada de Paul brilló.

- Tienes razón, vamos por unos tragos para Lizabeth- dijo Paul, Newt lo detuvo.

- Yo voy por los tragos, tú encárgate de que nadie la saque a bailar- dijo Newt, Paul convencido palmeó el hombro de su amigo y confiado lo dejó ir en busca de las copas de vino.

Newt sonrió tímidamente con gesto agradecido hacia su amigo, lo que Paul no sabía era que en cuanto Newt le dio la espalda, su gesto de motivación y agradecimiento desaparecería y en su lugar dejaría su habitual mueca de fastidio sombrío.

Newt llegó a la mesa de bebidas y sirvió un par de copas de vino, con mirada analítica ubicó a Paul quien entretenía a Lizabeth y sus amigas, Newt los observó y suspiró.

"Lo lamento Paul, pero no será hoy" pensó Newt antes de tomarse de un trago una de las copas, decidido a escapar se tomó la segunda copa cerrando así su decisión, aprovechó la multitud que caminaba por el salón para esconderse hasta llegar a un balcón escondido fuera de la vista de Paul y esperaba también de Penny.

Newt salió aliviado al balcón oscuro, era el lugar perfecto, tranquilo, alejado del bullicio con hermosa vista al jardín iluminado por la Luna, nada podía arruinarlo, nada más que la tenue luz de un cigarrillo encendido a unos pasos de él.

- Lo siento "Burgués" este lugar está ocupado- una sarcástica voz nasal femenina sonó a su lado haciendo que Newt saltara espantado.

El chico se forzó a ajustar su mirada sorprendida e interrogante hacia la mujer con el cigarrillo, después de unos segundos la figura era reconocible, felinos ojos castaños y cabello dorado sobre su piel de porcelana.

- ¿Señorita Birdwhistle?- preguntó Newt, la chica simplemente lo miró con frialdad amenazante mientras soltaba el humo de sus labios.

- Podría ser- respondió Primrose Birdwhistle quien también había escapado de la fiesta.

- ¿Qué está haciendo aquí?- preguntó Newt.

- Me temo que lo mismo que usted- confesó Prim, Newt meditó un momento la respuesta de la chica y luego asintió.

- Si nos ven juntos en este lugar ambos tendremos problemas- afirmó Newt.

- En ese caso solo hay dos opciones Señor Burgués, uno, usted se marcha, dos... reza por que no nos encuentren y me ayuda a abrir esta botella de vino- concluyó Prim con una mano sosteniendo su cigarrilo y con la otra alzando una botella de vino sellada.

Newt quedó petrificado por unos segundos observando con incredulidad a la mujer tan bella frente a él que actuaba como cualquier citadino de clase baja, eso no era una Leona, eso era una gata callejera, pero mientras pensaba en ello, su propia razón le falló y para cuando lo notó ya tenía la botella en sus manos, no había vuelta atrás, al menos no estaba bailando bajo la presión de Paul y Penny.

Con un suspiro, Newt abrió la botella y se la cedió a Prim, la chica no la tomó y con un ademán lo invitó a que diera el primer trago, Newt alzó un poco la botella en agradecimiento e hizo lo que nunca había hecho frente a ninguna persona, tomar directamente de la botella, los caballeros no hacían eso, mucho menos frente a una dama, pero a esa dama no parecía importarle, tan solo le ofreció su cigarrillo.

Newt lo dudó un momento, pero si ya había bebido como un borracho cualquiera frente a ella, que mas daba si fumaba su tabaco también, tomó el cigarrillo y le devolvió la botella.

Resignado sin más, se recargó en la pared junto a la rubia, la chica desprendía un aroma a vainilla y tabaco, extrañamente sensual, completamente distinto al aroma a rosas silvestres de Lizabeth Windside que tanto idolatraba.

- Primrose Birdwhistle- se presentó la chica, contaba con el hecho de que todos sabrían ya su nombre, pero aún así se presentaría con el único objetivo de obligar a su acompañamte a decirle el suyo.

- Newt Crawford- respondió Newt con voz ronca, el plan de Prim había funcionado, la chica solo asintió, ambos habían llegado a ese lugar en busca de paz y silencio por lo que ninguno de los dos comenzó ninguna conversación y se limitaron a intercambiarse entre el vino y el cigarrillo mientras admiraban la noche.

Dentro de la fiesta Paul comenzaba a quedarse sin temas de conversación y disimuladamente miraba a su alrededor, ya habían pasado al menos tres vals y Newt no regresaba con las bebidas, Lizabeth y sus amigas lucían cada vez más malhumoradas.

"¿Dónde carajos estás?" se preguntaba Paul.

- ¿Espera a alguien Lord Lindfield?- cuestionó Liz con la poca amabilidad que le quedaba.

- Sí, a mi amigo- respondió sin pensarlo mucho.

- ¿Su amigo?- interrogó Liz.

- Crawford...Newt- afirmó Paul, al mismo tiempo que Niel llegaba con su porte altivo.

- ¿Newt?, ¿Es por Newt que la radiante señorita Windside no ha bailado una sola pieza?- dijo Niel en un tono que claramente desprestigiaba a su hermano menor.

Paul miró a Niel aturdido, ese había sido un golpe bajo, ningún buen hermano dejaría que su hermano se viera como un mal educado, insensible y desinteresado.

- Por favor Señorita Windside, en nombre de mi hermano permítame invitarla una pieza- dijo Niel con voz seductora, incrédulo, Paul tuvo que ver como Liz aceptaba la invitación con sonrisa traviesa y se marchaba sin mirar atrás.

Cuando la música dejó de sonar, Liz y Niel permanecieron juntos conversando y bebiendo alegremente, Paul los miraba preguntándose en qué momento su plan había fallado, mientras meditaba lo que había ocurrido Newt volvió del limbo y apareció de la nada a lado de Paul quien en ningún momento se percató de su llegada.

- Supongo que tomaré la siguiente oportunidad que no implique bailar- afirmó Newt con indiferencia, Paul se giró violentamente hacia su amigo.

- ¿Dónde diablos estabas?- cuestionó Paul, Newt se encogió de hombros.

- No muy cerca, no muy lejos-

- ¿Estás ebrio?- dijo Paul notando que el traje de Newt olía a vino y tabaco y su rostro estaba más serio que de costumbre, esa expresión solo se la conocía cuando Newt estaba ya pasado de copas, el chico no respondió, pero era evidente que sí, Paul apretó la mandíbula, podía en ese momento gritar y golpear a Newt por haber desperdiciado su oportunidad, pero no lo haría, Paul Lindfield NUNCA perdía la calma.

Por el beso de una damaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora