Pluma y Papel

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La noche siguiente de la discusión entre Prim y Newt, el chico se dispuso a distraerse en el Club de Caballeros, por primera vez creía que la compañía de otros sujetos con mente más simple que la de una mujer le haría bien.

Tan pronto llegó al salón, tan pronto se arrepintió, no, no era más consolador el olor a tabaco y testosterona, Newt estaba decidido a regresar a la soledad de su habitación, pero la mirada de Guideon Sander lo captó y no perdió ni un minuto en acercarse al segundo Crawford.

- ¡Hey, Newt!- lo llamó el chico alegre, Newt se giró con imcómoda sonrisa.

- Sander- saludó sin ánimo.

- Acabo de preguntar a Birdwhistle por ti y Lindfield, creí que nunca más los volvería a ver.- aseguró Guideon, Newt lo miró extrañado.

- ¿Paul está aquí?- preguntó, habían pasado días desde la última vez que había visto a Paul, de hecho, ni él ni Penny habían estado disponibles para su habitual desayuno.

- Oh, no, no, Lindfield sigue desaparecido...- dijo Guideon, Newt esbozó una ligera mueca de decepción, Guideon lo notó, y si algo le gustaba al joven Sander, era un buen cotilleo.-... que he escuchado de algunas fuentes que Lord Lindfield ha estado visitando el Palacio con bastante frecuencia.- informó Guideon con sonrisa traviesa, la cual se amplió más al ver el interés en Newt.

¿Palacio?, se preguntaba Crawford, ¿Qué hacía Paul en el Palacio?

- Algunos de los chicos de hecho están hablando de eso, podrías acompañarnos con unos tragos- sugirió Guideon con voz triunfal, sabía que Newt no se negaría.

Guideon volvió orgulloso a la zona del equipo Birdwhistle con Newt detrás de él.

- Miren lo que nos ha llegado- anunció Sander, el grupo entero saludó efusivo a Newt, Hugh estaba ahí, mantuvo su distancia y presenció desde su lado de la mesa de billar la severa incomodidad de Newt al ser rodeado por sujetos que apenas conocía.

De un momento a otro, Newt sostenía con una mano un palo de billar y con la otra un vaso con whisky, disimuladamente, Hugh llegó a su lado.

- Me sorprende que llegaras aquí por voluntad propia.- señaló Hugh en voz baja.

- Necesitaba distraerme- respondió Crawford, Hugh sonrió.

- Ella se disculpa por lo que haya dicho.- dijo Hugh con cierta picardía, Newt lo miró disimulando su sorpresa y curiosidad.

- ¿Ella dijo eso?- cuestionó Newt, Hugh ladeó la cabeza vacilante.

- Bueno...- comenzó Hugh, Newt asintió con la cabeza.

- Por supuesto que no, ella no diría eso, apuesto a que perdería 10 años de vida si alguna vez se disculpara por algo.- se burló Newt.

- Oh vamos Crawfy, uno de los dos tiene que dar el primer paso-

- ¿Y porqué tengo que ser yo?-

- Vaya, y yo que pensé que el racional eras tú, resultaste igual de malcriado que ella.- dijo Hugh, Newt lo miró fastidiado.

- ¿Y qué se supone que diga?, "perdón por no dejar pasar tus ofensas hacia mi persona, mis intenciones, mi honor e incluso mi físico"- recitó Newt con sarcasmo.

Hugh suspiró.

- Mira, no es como que me importe tu retorcida... "asociación" con mi hermana, pero si te interesa conservarla mi consejo es, no te disculpes, solo, hazle notar que sigues con nosotros... con ella, esa bruja tiene problemas de confianza, te está probando, mide tus límites, hasta dónde eres capaz de tolerar, sus palabras ofensivas no son reales, pero su afecto y lealtad lo son, si es que las mereces según su criterio.- confesó Hugh, Newt frunció el ceño.

- Se supone que me ayudaría a conquistar a Lizabeth Windside, pero hasta ahora solo ha expresado su desprecio sin fundamentos, ¿para qué quiero entonces dicha "asociación"?- cuestionó Newt.

Hugh torció el gesto, ese par estaba más perdido que náufrago en altamar.

- No sé, ni me importa tu asociación, pero sé que si no te importara tu situación actual no hubieras caminado hasta este lugar... Newt Crawford, no estás ahogando tus penas en alcohol por Lizabeth Windside.- puntualizó Hugh.

Newt miró su vaso y una extraña chispa se encendió e iluminó su percepción, el whisky no trataba de quemar la mala opinión en el nombre de Lizabeth Windside pero si la rabia en la mirada de aquel par de fieros ojos castaños.

Después de un par rondas, Newt volvió a casa, las palabras de Hugh resonaban en su mente y su reciente concepción comenzaba a arder, como un incendio que se extendía por sus venas y amenazaba con borrar memorias de un supuesto amor pasado.

Tomó la pluma y un papel, redactó con la honestidad que el primer intento podía brindar, sin correciones ni segundas leídas, metió la carta en un sobre y a primera hora de la mañana siguiente, la entregó a un sirviente quien con sentido de urgencia la llevó a su destino.

Los Birdwhistle despertaron cada uno con su rutina, las hermanas y Tulip tomaron el té matutino en el estudio esperando a que su padre terminara sus deberes primordiales y un Hugh con terrible resaca se dignara a ponerse de pie.

Mientras esperaban una sirvienta se acercó con una carta.

- Acaba de llegar esta carta para la Señorita Primrose.- informó la chica, las tres mujeres intercambiaron miradas sospechosas.

- Juro que si es de Leonhart hoy mismo tomo un barco a cualquier lugar lejos de aquí- se quejó Prim.

- Dice "Residencia Crawford"- señaló la chica antes de entregar la carta a Prim, la rubia tomó la carta con curiosidad, Tulip y Dhalia quedaron expectantes, a penas si respiraban, ansiaban conocer el contenido de la carta, Tulip sabía muy bien lo que había pasado la tarde de la visita de Newt y Ed, Dhalia le había contado, con lujo y detalle.

Prim abrió la carta con porte altivo y orgulloso, como si tratara de demostrar el poco interés que tenía en el contenido de la carta, cuando en realidad, era todo lo contrario.

" Querida Primrose..."

¿Querida?, ¿desde cuándo era "querida" de Crawfy?

"Disculpa mi atrevimiento y mi cobardía por expresarme a través de pluma y papel, mas confío en que mis medios no han de ofenderte, pues son tus sueños y ambiciones las que se sostienen de pluma y papel, como las mías se sostienen de tí..."

Prim quedó petrificada, con los ojos llenos de sorpresa miró a su madre y hermana, Hugh finalmente salía de su habitación, y al entrar al estudio su primera imagen fueron sus tres mujeres en pesado silencio y Prim sosteniendo una carta.

Por el beso de una damaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora