Por el beso de una dama

Malosentendidos

- ¡Saltaste de un carruaje en movimiento, te robaste a los caballos de Lord Berreth, hiciste que Newt Crawford te persiguiera por medio parque muerto de preocupación y ofendiste a Edmond!, ¡¿ERES ESTÚPIDA?!- gritó Hugh en la sala de su casa hacia Prim que lo miraba altiva.

- Primrose, eso puede afectar gravemente la reputación de tus hermanos- dijo su padre el Conde con voz mád indulgente.

- ¡A ella no le importa nuestra reputación familiar!, no le importa nada mas que sus sueños infantiles.- alegó Hugh.

- Al menos yo pienso por mí misma y no busco ser un muñequito más de Su Majestad- se burló Prim fastidiada de los gritos de Hugh.

- ¡Tu no piensas por tí misma, piensas PARA tí misma!, madura Primrose, la vida no es como en tus novelitas- exclamó Hugh con los ojos rojos de ira y frustración, Prim lo miraba igual.

La tensión entre sus hijos incrementaba, los Condes se miraron con lástima, habían deseado por años tener a su familia reunida, pero ahora que estaban todos juntos no había día que Hugh y Prim no pelearan.

- Invité a los Crawford a un almuerzo el fin de semana, como disculpa por las molestias- informó el Conde, Prim los miró con ceño fruncido.

- ¿Los Crawford?, no les hice nada a los Crawford- dijo Prim.

- Newt recorrió medio parque por tí y Niel ysu séquito lo vieron, también te vieron regresar muy alegre, saben que no fue un accidente, Niel Crawford puede destruir tu imagen, la de Dhalia y el futuro entero de nuestro título con sólo hablar con su papi el Marqués- dijo Hugh.

Era verdad, Prim lo había olvidado, tal vez Newt Crawford parecía inofensivo pero a final de cuentas era el segundo hijo del Marqués, un hombre influyente, poco tolerante y sumamente conservador, si el chisme de que la hija menor de los Birdwhistle era una salvaje y que además había involucrado a su hijo menor llegaba a oidos del Marqués a través de otra lengua venenosa como Niel definitivamente el Marqués haría hasta lo imposible por arruinarla a ella y a su familia.

- Sólo portate bien Prim querida- imploró la Condesa.

Prim suspiró.

- No ofenderé a los Crawford, pero no me disculparé por nada... ni con ellos, ni con Leonheart... a los Berreth si les escribiré una carta- sentenció Prim.

- Una carta- repitió Hugh severo, Prim puso los ojos en blanco.

- Una carta en la que me ofreceré como voluntaria para limpiar los establos y cuidar a sus caballos- explicó Prim.

- Esa es mi niña, expiando sus errores con trabajo duro- dijo el Conde orgulloso, Hugh miró a su padre con rabia, la Condesa sonrió, esas niñas eran la luz en los ojos de su esposo, y sabía que Prim era su favorita, aunque no lo admitiera, la hija rebelde siempre le sacaba una sonrisa.

En otra residencia, el ambiente era completamente distinto, cuatro personas sentados en silencio mientras cenaban, solo se escuchaban los cubiertos chocando con los platos.

Los Crawford.

Lyn Crawford, el padre, un hombre severo, venido de una larga línea de estrictos nobles, nunca cuestionaron las costumbres, casados con lo mejor de lo mejor, logrando los mejores puestos civiles y militares, con la mejor casa, los más fuertes, Crawford ya no era un apellido, era una marca que prometía excelencia.

- Newt- llamó el hombre con voz ronca, el chico de inmediato tensó los hombros, una conversacion con su padre siempre era peligrosa.

- Señor- respondió Newt sin despegar los ojos de su plato.

- Los Birdwhistle nos invitaron a un almuerzo familiar este sábado, ¿puedes explicarme porqué?- exigió el Marqués, Niel sonreía con malicia y la Marquesa trataba de mantenerse serena  la pregunta era una trampa.

- Señor, me parece que los Birdwhistle quieren aclarar los malentendidos que se han dado en las calles... señor- dijo con voz nerviosa.

- Malentendidos, dices que Niel malentendió una descarada huida y tu penosa persecución- afirmó el Marqués.

- Lyn...- llamó la Marquesa en voz baja, el Marqués la miró con ira, una sola mirada para que la mujer no hablara más.

- Señor, vayamos al almuerzo, a Su Majestad le encantará escuchar lo desastroso de la familia Birdwhistle- sugirió Niel sin temor.

"No, no le encantará" pensó Newt sabiendo que lo que menos le agradaba a Penny era el chismorreo malintencionado de Niel.

El Marqués asintió.

- Te quiero lejos de esa mujer, ¿no puedes ser más como tu hermano?, a veces me apena decir que eres mi hijo- concluyó el Marqués saliendo del comedor, Niel lo siguió con una sonrisa triunfal.

Newt y su madre quedaron en silencio observando lo que quedaba de sus cenas.

- No lo dice en serio- murmuró la Marquesa con voz triste.

- Madre...- interrumpió Newt.

- Él te ama, él los ama a los dos por igual- continuó la Marquesa

- Madre, deténte, no siga...- insistió Newt, la Marquesa lo miró con tristeza. -... no lo intente, está bien, en verdad está bien- dijo Newt tratando de esbozar una pequeña sonrisa antes de marcharse dejando a Antoinette Crawford sentada lamentándose cada decisión que la llevó a ese lugar.

Cada día de la semana, la "Huída Birdwhistle" era el tema principal de cada cotilleo, y el apellido Crawford acompañaba el relato, cosa que al Marqués no le hacía nada de gracia, y no podía esperar al fin de semana para destruir el título de los Birdwhistle y quien sabe tal vez esa sería la excusa perfecta para mandar a Newt a un lugar donde finalmente se volviera "hombre".

- Mira el lado bueno...- comenzó Penny tratando de animar a su amigo en su rutinaria visita al Palacio, ella y Paul se miraban con preocupación ante el gesto pensativo de Newt. -...escuché que Windside admira tu "heróico rescate"- dijo Penny.

- ¿Ella dijo eso?- preguntó Newt saliendo de su mente dispersa con algo de timidez, Penny sonrió.

- Sí sí, me lo dijo una fuente confiable- confirmó Penny, Newt suspiró y se encaminó hacia la salida.

- ¿Ya te vas?- preguntó Paul.

- Tengo un almuerzo que atender- comentó Newt, cerraría el caso Birdwhistle de una vez por todas.

Ya solos Paul hizo una última pregunta a Penny.

- ¿En verdad Windside dijo eso?- cuestionó Paul, Penny tensó la mandíbula.

- Windside está muy ocupada alterando lo ocurrido para perjudicar más a Birdwhistle- admitió Penny con cierta amargura, pero si esa pequeña mentira haría sentir mejor a su amigo, no se arrepentía.