Tal como Penny lo planeó, el sábado de su fiesta animó espíritus desde muy temprano, todas las casas de las jóvenes nobles en la Capital se llenaban de emoción por los preparativos, las Birdwhistle y Crawford no eran la excepción, corrían de un lado a otro arreglandose los vestidos, el peinado, los listones, Prim decidió vestirse de azul ese día y con sonrisa divertida miró el listón que había cortado a la mitad, en una caja ya guardaba con delicadeza la mitad de Newt.
Adornó su peinado con su mitad de listón, estaba emocionada, su novela estaba terminada en su escritorio, esas noches en vela habían servido para escribirla, tan solo esperaba a Newt para que fuera el primero en leerla completa.
- Prim, ¿tú tienes los guantes blancos?- Dhalia apareció en su puerta apresurada.
- Yo tengo mis guantes blancos, pregúntale a mamá.-
Dhalia se marchó chasqueando los dientes, buscó a Tulip para preguntar por los dichosos guantes, la mujer estaba en el recibidor, también parecía buscar algo.
- Mamá- llamó Dhalia, Tulip saltó y alzó un par de guantes blancos, los que Dhalia buscaba, la chica alegre se acercó a Tulip.
- ¿Estás lista para hoy?- preguntó Tulip mientras le ayudaba a ponerse los guantes, Dhalia frunció el ceño confundida.
- Sí, por supuesto, ¿porqué no lo estaría?- rió.
- No has enfrentado a Lady Windside desde que se enteró de las cartas de Niel, sabemos que no es alguien que se guarde sus palabras, estoy segura de que te buscará para una explicación, nos guste o no, para Windside, el matrimonio con Crawford es un hecho, no les hará mucha gracia saber que el Heredero Crawford te procura.- recordó Tulip, eso borró la sonrisa de Dhalia del rostro, era cierto, Lizabeth no se quedaría callada.
- Estamos listas, ¿falta alguien?- Antoinette bajó las escaleras al recibidor en un hermoso vestido rosa claro acompañada por Maddie en color turquesa y Prim.
- No, ya estamos listas.- aseguró Tulip dejando a Dhalia pensativa.
La fiesta era sin igual, Penny se dio la libertad de adornar tan brillante y femenino como quiso dado el hecho de que solo eran invitadas mujeres.
- Oh querido hermano, imagino lo terrible que lo pasarás aquí, solo, y no en la fiesta con nosotras.- Ada se arreglaba el listón purpura en sus rizos rojos en el salón de música acompañada por sus cuatro hermanos, sus padres y su tía Claudia, tan solo esperaban a Penny para salir a la presentación todas las mujeres Ascort juntas.
Sentado en el banquillo del piano, tocando una melodía al azar, un adolescente pelirrojo de 17 años, con sus rizos peinados en una coleta larga hasta por debajo de los hombros, no despegaba su vista fastidiada de las teclas, Albert Ascort era su nombre, futuro Duque de Wellinburg.
- Oh, no puedes ni imaginar mi pesar, querida hermana.- dijo el chico entre dientes con sarcasmo.
- Pero si ni Al, ni Phonsi, ni papá van, ¿entonces con quien bailaré?- preguntó la pelirroja más pequeña, Augusta, al ser una fiesta solo para mujeres, Penny permitió que las niñas también asistieran.
- Yo bailaré contigo "Augui- boogui"- contestó Ada.
- ¿Y conmigo?- replicó la segunda más chica, Agnes, tan solo un año mayor que Augusta.
- Yo lo haré- Penny dijo entrando a la habitación en su abultado e impresionante vestido color esmeralda, todos saludaron a Penny con una reverencia, incluso Albert quien dejó de tocar para saludar.
Las Ascort se prepararon y salieron a la fiesta.
Las puertas se abrieron, todas las invitadas se sorprendieron al ver entrar a la Reina acompañada de un séquito de pelirrojas y una castaña, sabían de Claudia, la Reina Madre, pero ¿y las otras?
Prim no daba crédito a lo que veía, ¿Adeline?
Penny se paró en el centro.
- Antes que nada, quiero agradecerles a todas por estar aquí...- comenzó la Reina. -... sé lo difíciles que han sido estos meses para todas, hemos perdido padres, hermanos, hijos, y aún seguimos a la espera de que los demás vuelvan, sin embargo, creo en la importancia de nosotras mantener nuestro espíritu para levantar el país y ser el apoyo que ellos necesitarán, por eso espero que esta noche puedan distraerse y recuperar las fuerzas que necesitaremos...- dijo Penny, las invitadas aplaudieron, la Reina sonrió y dirigió su mirada a sus acompañantes.- ... también quisiera aprovechar este momento para presentarles, como saben, el legado Greengrass, es escaso, y por generaciones hemos limitado los lazos familiares, pero hoy, eso cambia, no sólo soy hija de Greengrass, orgullosamente, soy hija de Ascort, ya conocen a mi madre, la Reina Madre, Claudia, ahora conozcan a mi tía, Duquesa de Wellinburg, Lynette Ascort, y sus hijas, Lady Adeline, Lady Agnes y Lady Augusta, les pido que las traten con la calidez que caracteriza a nuestra gente de Isveria, como me tratarían a mí, pues son mi sangre, mi familia.- sonrió Penny, las invitadas aplaudieron, pero más de una miraron a la nueva familia con sospecha.
Después de la presentación, todas se dispersaron por el salón, cada quien en sus propios asuntos, mas los rumores no se dieron a esperar, y ahora todos hablaban por lo bajo de la presencia de los nuevos Duques, ¿qué hacían aquí?, ¿cuáles eran sus propósitos?
Ada se acercó a Penny.
- Am, Penelope, digo, Su Majestad.- llamó la chica, Penny sonrió divertida.
- En público llamame Su Majestad, en privado o en mi salón de té llamame Penny.- Penny guiñó un ojo a la chica quien sonrió ligeramente incómoda.
- Su Majestad, ¿cree que esto fue una buena idea?, todos nos miran... extraño.- cuestionó Ada, Penny disimuladamente miró a su alrededor.
- Ciertamente hablan, y no dejarán de hacerlo, imagina, la Reina acaba de admitir su cercanía con su familia "No Greengrass", nadie confía...- afirmó Penny.- ... pero olvídate de eso, ven conmigo, te acercaré a personas agradables.- dijo Penny ubicando a la rubia Birdwhistle.
- Lady Crawford.- saludó Penny, Prim tardó unos segundos en comprender que la llamaban a ella, se giró e hizo una apresurada reverencia a Penny.
- Disculpe Su Majestad, confieso que no me habían llamado así desde mi boda, ¡olvidé que era yo!.- rió Prim torpemente.
Ada miró a la rubia.
- ¡Listón azul!- saludó con voz aguda, Penny arqueó una ceja, ¿Ada conocía a Prim?, inesperado, "las fieras se atraen" pensó Penny divertida.
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Por el beso de una dama
RomanceNewt Crawford, una eminencia opacada por la audacia de su hermano y el inalcanzable amor por una mujer, su vida cambiará al conocer a Primrose quien busca demostrar que el destino lo construyes tú