37. FABRICIO

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- señor por favor, déjeme entrar, se lo ruego.


Me encuentro frente al centro de rehabilitación que Erick me dijo, pero no me quieren dejar entrar. Hay un sujeto con cara de revólver parado en la puerta y no quiere moverse ni un centímetro.


- ya le dije que la persona que usted busca no se encuentra aquí. - me dice el vigilante


Yo se que es mentira porque ya llame a Erick para preguntar y me aseguro que Fabricio esta aquí, lo malo fue que me dijo que tenia prohibido las visitas, pero no me quiero ir de aquí sin verlo , sin saber como esta.


- yo se que Fabricio esta aquí - le digo con seguridad - soy su amiga y quiero verlo.

- pues podrá ser mucho su amiga y todo, pero yo no se de quien me esta hablando.

- le estoy hablando de el hijo de uno de los empresarios mas prestigioso de este país.

- ese que sacaron de una discoteca entre la vida y la muerte.

- si - tal parece que ya nos estamos entendiendo.

- pues ese esta de vacaciones, esta descansando porque debido al estrés fue que sufrió el ataque al corazón, es que no ve noticias señorita?.

-si, si las veo - digo con impaciencia - pero eso es mentira.

- mire señorita, no voy a perder mi valioso tiempo con usted, le exijo que se retire.

- pues no, no me pienso ir hasta que no lo vea.

- entonces quedese todo el día y toda la noche esperando, si así lo desea, a mi no me afecta. - dijo y se alejo.


Yo me quede recostada en el portón.


Ya paso una hora, y ya no estoy recostada en el portón, si no subida en la moto con ganas de irme, pero me da rabia rendirme.


Ya le puse la llave al suiche, cuando veo a Jak, si es Jak, esta saliendo del centro de rehabilitación, veo como sonríe mientras se despide de alguien.


« que esta haciendo aquí, sera que vino con las mismas intenciones mías, con la diferencia que a el si lo dejaron entrar y a mi no ».


Se ve tan bien, toda la ropa que el viste le queda perfecta, trae una camisa de manga hasta el codo, color negra, un pantalon tipo dril de color blanco, se ve perfecto.


« hay Dios mio, verdad que no debo verlo ».


Se dirige hacia el portón, y el vigilante muy amablemente se dispone a abrirle la puerta.


« claro, como el si tiene plata »


Me volteo de espaldas para que Jak no me vea, aunque lo dudo, dudo que se percate de mi presencia.

MI AMOR PLATONICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora