89. VENGANZA

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¡Oh no!


Ahora si que estoy avergonzada, mas avergonzada de lo que e estado estos días, como pude haberme quedado parada media hora observándolo, y lo peor de todo fue que él se dio cuenta, posiblemente ha de estar pensando que soy una acosadora.


«porque siempre la embarro?, que me costaba coger la carpeta y irme »


El me esta mirando, esta esperando a que responda su pregunta.


«tranquila Emi, solo tienes que disimular y hacer de cuenta que no pasa nada »


-em....lo siento, no quería molestar -le digo desviando mi mirada de la suya para no ponerme nerviosa, e increíblemente estoy hablando sin titubear -yo solo venia por una carpeta -miro hacia todos lados con la intención de verla, pero no la veo.


-esta ahí -dice Jak señalando a su lado.


Si ahí esta la carpeta.


Comienzo a caminar a paso lento pero seguro para llegar a la carpeta, él no quita su mirada de mi y hace que mis mejillas sigan ardiendo de la vergüenza, si tan solo siguiera tocando la guitarra sin mirarme, seria una gran cosa, pero claro esta que no tiene intenciones de hacerlo.


Entre mas me acerco mas percibo ese agradable e inconfundible perfume que usa, siento como mi corazón empieza a latir mas rápido de lo normal.


«que feo y a la vez que lindo es estar enamorado »


Lindo si es la persona indicada, feo si te toca pasar momentos de vergüenza como el que estoy pasando yo en este mismo instante.


De repente comienza a entonar en la guitarra una canción muy linda de Jesús Adrián Romero, abre su boca y comienza a cantar sin quitar su mirada de mi.


🎸como en un país extraño me encontré sin ti 🎶 no entendía el idioma, ni las cosas que viví

🎤y corrí a buscar sin ver tu rostro entre la gente.

🎼y aun sin conocerte, convencido estaba de encontrarte a ti, de encontrarte a ti....


Me quede como estatua parada frente a él, escuchándole cantar, hizo que me olvidase de todo, posiblemente él rector ya no espera que le lleve la carpeta, pero eso paso a segundo plano ya que estoy perdida en su dulce mirada y su melodiosa voz, ustedes pensaran que exagero, pero si lo oyeran me darían la razón.


-si gusta señorita, yo podría llevar la carpeta -escucho la voz de el señor Fares a mi lado, y es cuando vuelvo en si.

MI AMOR PLATONICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora