109. TU NO ERES MOLESTIA

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Me encontraba encerrada en el baño, se que es tonto, pero supuse que si los J5 me buscan, este es el lugar a donde no entrarán.

«un momento»

«tiene que haber otro lugar innadcesible para los J5»

Medito en que otro lugar pudiera estar aparte del baño, la verdad es que no es muy cómodo estar aquí sentada, expusta a malos olores y a cotilleos.

Luego de pensarlo si hay otro lugar, el salón de música, pero obviamente no voy a ir ahí.

Aún recuerdo la primera y última vez que fui y un suspiro se me escapa al recordar quién estaba ahí, recuerdo que dijo que me enseñaría a tocar piano.

«eso fue tan lindo»

Supongo que debe de haber otro lugar, la verdad es que no se me antoja encontrarme con los chicos después de esa vergüenza que me hizo pasar Deimond, ni mucho menos quiero encontrarme a Jak.

Después de quemar neuronas pensando en otro lugar, finalmente lo encontré.

«la terraza»

Ese sí que era un lugar prohibido para los J5.

Bueno en realidad era un lugar prohibido para todos, no se porque pero tenía un letrero en letras mayúsculas que decía:

PROHIBIDA LA ENTRADA.

Y la mayoría de veces había un escolta parado ahí.

«ni que hubiera un tesoro o algo parecido»

A veces hago suposiciones, supongo que quizás alguien se iba a suicidar o lo hizo y por eso ese lugar está prohibido.

Obviamente solo son suposiciones.

No me quedé esperando a que llegaran chicas al baño, me apresure y salí.

Mientras me dirigía hacia la terraza, sentía muchas miradas sobre mi, otros se corrían para darme paso y si estaban hablando guardaban silencio absoluto.

A veces no sé si es bueno ser el centro de atención, se siente incómodo, es mejor pasar inadvertido, pero para mí eso es imposible, considerando que soy la chica J1.

Solo ruego no encontrarme con los J5, en especial con Deimond y todo estará bien.

No sé que es lo que le pasa conmigo, pero cuando le pica el bicho de la cansadera, no hay quien lo aguante.

«que Dios tenga de el misericordia, porque mi paciencia se agota y no se que hacer»

Aquí entre nos, por veces me dan ganas de ir a botarlo, pero solo por veces, por no decir que todas y cuando se unen con Fabricio, ni se diga.

Llegó a las escaleras y comienzo a subir a la terraza, agradecida con Dios de no haberme encontrado a los J5.

Generalmente está parte de la universidad siempre está desolada, así que puedo respirar con tranquilidad sin estar rodeada de un tumulto de universitarios que intentan sobrevivir.

Finalmente llegó al final de las escaleras y me topo con la puerta cerrada, lo bueno es que no hay nadie vigilando, claro que cabe la posibilidad de que la puerta tenga seguro, pero nada pierdo con intentar abrirla.

Tocó el picaporte y me siento mal al ver el letrero.

PROHIBIDA LA ENTRADA.

Creo que no es correcto que entre ahí, debo de respetar las normas.

Me doy vuelta para irme y es entonces cuando comienzo a escuchar voces al final de las escaleras.

-pero en donde se habrá metido? -escucho la voz de Deimond - como es posible que alguien desaparezca así -se queja.

MI AMOR PLATONICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora