MI AMOR PLATONICO

83. CARAS VEMOS, CORAZONES? NO SABEMOS

Días después.

Me encuentro sentada en el restaurante de la universidad, los J5 están sentados a mi alrededor, hablando de todo un poco y gastando bromas pesadas a los demás, yo me limito a mover con el trinche mi ensalada.

Todo sigue su actual rutina, pensé que vería a Jak en la universidad, pero no fue así, ya casi se cumple un mes de su ausencia, tal ves decidió quedarse en Seul, y quizás eso sea lo mejor, así mi corazón no se sigue ilusionando, y pronto se me quite este raro sentimiento.

Estos días an sido tristes, siempre y cuando no estén los J5 que siempre me sacan una sonrisa, Nina no ha vuelto a llamarme, fui a verla y los escoltas me negaron la entrada a la mansión, diciendo que ella no estaba.

«tal vez, ya no quiere ser mi amiga »

Esta es la hora que no comprendo como es que Leila se alió con Lina, pero ya que se va hacer, así como van las cosas, seguro los J5 también me expulsan del grupo.

-llamando a Emily a tierra -dice Deimond, tranqueando los dedos frente a mi.

Yo lo miro confundida.

-se puede saber en quien tanto piensas? -me pregunta.

Abrí mi boca para responder algo, pero Jason se adelanto.

-es obvio que piensa en su príncipe azul.

-cual? -pregunta Deimond, haciéndose el olvidado -quien me quito el puesto?. -mira hacia todos lados.

Yo ruedo los ojos, se habían demorado en nombrarlo.

-es una pena Emily -dice Jason inclinándose hacia mi -que te hayas fijado en Jak y no en mi, -levanta una de sus cejas, parece decepcionado, pero no me convence, yo se que esta actuando -yo siempre estaría para ti, en cambio con Jak nunca se sabe.

Desvío mi mirada de él y corro mi silla para no quedar tan cerca, hago de cuenta que no me importa que hable de Jak y busco otro tipo de tema de conversación, pero en mi cabeza no hay nada, así que decido marcharme de la mesa, pero justo en ese momento Erick, el cerebro del grupo, que siempre le busca lógica a todo, habla.

-tienes razón Jason -dice soltando su teléfono y mirándolo -con Jak no se sabe que esperar, la última vez que desapareció, duro tres años sin reportarse, como si hubiera muerto, y cuando volvió, volvió totalmente diferente.

Deimond que estaba tecleando en su teléfono, lo apago para sentrarse en el tema de conversación. -tienes razón -le dijo a Erick, mientras ponía los codos sobre la mesa, los otros también hicieron lo mismo, haciendo un círculo confidencial -es como si fuera otro, como si le hubieran hecho un lavado de cerebro.