86. HACIENDO DIFERENCIA ENTRE LOS SUEÑOS Y LA REALIDAD

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Ni siquiera le di la mano al ujier, fue como si fuera caminando por los aires, porque en un santiamén estaba parada frente a la alabanza, él estaba agachado acomodando el aparato que sostiene la organeta.


Siento mi corazón saltar de la felicidad, sobo mis ojos para volver a verlo y asegurarme de que no este alucinando.


-no se quede ahí parada hermana, ayude -dice, pero esa no es su voz.


Abro los ojos y me doy cuenta de que no es el hermano Jak, sino el Hr Jorge.


«demasiado lindo para ser verdad »


Siento un dolor en mi corazón, como es que confundí al Hr Jorge, y todavía con el Hr Jak, tendré que ir al hospital para que me examinen la cabeza.


Después del culto me dispuse a ir a casa, me encontraba tan cansada que la demora fue terminar de orar para quedar totalmente dormida.


Abro lentamente los ojos, no quiero levantarme, pero luego recuerdo que tengo que ir a estudiar y se me pasa.


Media hora después.


Cojo el bolso a toda prisa y abro la puerta, pero al ver quien esta parado en la puerta, me doy cuenta de que estoy teniendo otra confusión.


Es Jak, pero lo mas seguro es que es el Hr Sebastian y yo lo estoy confundiendo.


El me mira pero no dice nada, lleva puesto un camibuso con un jean negro.


«un momento, esta es la primera ves que lo veo en jean »


Luego de mirarme unos minutos que parecieron eternos, paso por mi lado y entro al apartamento, me sobe los ojos y volví a mirarlo, el ya estaba sentado en el sofá.


Esto tiene que ser broma, algo anda mal, el jamás vendría a mi apartamento, a menos que fuera urgentemente necesario, entonces que hace aquí?.


Mis ojos se abren de par en par, me encuentro acostada en la cama, debí de imaginarlo, solo se trataba de un sueño.


En estos días que e tratado de no pensar en el, siempre término soñandolo, lo curioso es que los sueños siempre son tontos o raros, aunque no tan reales como el que tuve la vez que me perdí en la excursión, lo mas gracioso es que siempre término creyendomelos.


Luego de darme una larga ducha, me dispongo a ir a clases.


Un dia más, la misma rutina de siempre.


Me encuentro jugando con mi ensalada de frutas, mientras miro a Deimond que esta a punto de dar un mordisco a su hamburguesa.

MI AMOR PLATONICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora