Tiré la cabeza hacia atrás, tomando todo el contenido del shot de un trago. No era el primero. Ni el segundo. Aunque tampoco estaba contando. Pero en mi defensa; necesitaba relajarme, como probablemente todos en la mesa. Miré a mí alrededor.
Todos los chicos estaban tensos bebiendo sus tragos. SI no fuese por la música que había en el bar, el silencio que se hacía después de cada intento de conversación hubiese sido extremadamente incómodo. Pero ellos habían querido salir, queriendo arreglar la situación.
—Voy a buscar más alcohol— anunció Diego, levantándose de su asiento en el sillón— Necesito estar muy en pedo si quiero sobrevivir esto.
La última parte fue casi un susurro, pero justo la canción había cambiado por lo que todos lo pudimos escuchar.
—Te acompañamos.
Juan se levantó con rapidez, tirando de la remera de Leo para obligarlo a moverse. Observé como los tres iban hasta la barra, dejándome sola con Santino.
Un poco más obvios y ponían un puto pasacalle afuera.
Hice una mueca con los labios, pasando al siguiente shot que tenía frente a mí. Apenas lo apoyé sobre la mesa, Santino se levantó de su asiento. ¿A dónde se iba? Lo observé con confusión, esperando que mínimamente mirase en mi dirección. Pero no lo hizo.
—Salgo a tomar aire.
Solté un bufido, levantándome de mi asiento para seguirlo. Era hora de solucionar todo. Lo había intentado hacer durante la semana, pero él me había frenado todos y cada uno de los intentos. Según su punto de vista seguía sin ser "completamente sincera". Pero era el puto punto. Nunca iba a poder ser completamente sincera. Nunca iba a poder decirle toda la verdad. No si quería seguir siendo su amiga.
Lo seguí por la salida del bar, descubriendo que se había apoyado en la pared del edificio, ligeramente alejado de la gente. No era nada preocupante ya que no era una zona peligrosa, además de que había luces y movimiento.
Caminé hasta colocarme delante de él. Sus ojos me recorrieron de pies a cabeza por primera vez en toda la noche, logrando que tragase saliva para intentar disimular lo mucho que me afectaba. Volvió su la mirada a la mía, soltando un gruñido de frustración.
—Eugenia no tengo ganas de hacer esto.
—Mala suerte. Porque lo vamos a hacer igual— alzó las manos en el aire, dándome a entender que hiciese lo que quería— Pero pregunta lo que quieras saber, porque no es por donde arrancar.
Se frotó el rostro con una de sus manos, exhalando sonoramente.
—¿Por qué no me dijiste lo del trabajo?
Podía decir parte de la verdad.
El problema es que siempre era una parte, y no toda.
—Porque no quería que ofrecieses plata. No quería que me convencieses de no hacerlo. No quería que fueses cada noche que trabajaba a asegurarte de que nadie me lastimase o mirase mal. No quería preocuparte.
Apretó la mandíbula, desviando su mirada brevemente.
—¿Por qué tenes tanto problema con ser famosa como yo?— preguntó, haciendo comillas en la palabra famosa.
—Porque veo cómo te afecta. Podes fingir con el resto, pero no conmigo. Forzas sonrisas. Soportas conversaciones que no queres mantener. Saludas a gente que no conoces. Sí, sos una persona extrovertida. Pero siempre te gusto tener tu intimidad, y te están sacando eso poco a poco.
Se quedó callado un momento, mirándome fijamente.
—Esa es mi experiencia, no la tuya. No podes juzgar algo sin conocerlo en primera persona.
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Me rindo
Romance❝Era tan hermoso que casi dolía verlo directamente a los ojos. Pero lo que dolía aún más era saber que era intocable. No por su belleza, no. Sino porque ese bombón era mi mejor amigo desde que tenía memoria.❞ Dos mejores amigos. Un amor escondido. ...