13| No alcanza

545 29 1
                                    

Para cuando me desperté mi celular estaba explotado de mensajes y notificaciones. No iba a mentir, me abrumó. Pero había aprendido a que cuando había rumores, tenía que ir a las personas más confiables. Al menos cuando era sobre algo público. Y por lo explotado que estaba mi celular sospechaba que lo era.

Abrí la conversación con Luana. Me había mandado un link y seguido de eso varios signos de pregunta. Además de "¿hay algo q' me quieras contar?" y "¿o es solo mierda?".

¿De qué mierda me hablaba?

Apreté el link, esperando que cargase. Y en cuanto lo hice sentí mi corazón destrozarse. No quería apresurarme a creer en la mierda que decían los medios, pero había fotos. Fotos en las que la modelo Sorete Ivanovich estaba casi besando a mi prometido. Prometido que debería de haber estado conmigo en el estreno de mi película.

¿Lo peor de todo? No sabía que en la sesión de fotos que tenía Santi antes del estreno era con ella. El simple recuerdo de la tanga con la nota me hacía hervir la sangre. ¿Pero ver una foto de un casi beso?

Hija de la gran mierda.

No quería creerlo. Pero había fotos, con día y hora.

Respiré hondo, intentando concentrarme para no llorar. Para no dejarme llevar por mis sentimientos. Tenía que pensar en los hechos. Me había dejado plantada y había estado con ella. ¿Por qué? ¿Cuál era su puta excusa? Y realmente quería que tuviese una porque si no...

Sino no sabía que iba a hacer. Que tenía que hacer.

Me levanté de la cama, sin soltar mi celular, yendo hacia la puerta de la habitación. La abrí, y en cuanto lo hice, Santino cayó a mis pies. Soltó un gruñido de dolor, masajeándose la nuca. ¿Había dormido contra la puerta? Eso era tierno.

No. No era tierno. Era lo mínimo que podía hacer.

—Euge...

Pasé mis piernas por sobre su cuerpo, yendo directamente hacia el baño, sin ofrecerle ayuda para pararse. Me empecé a lavar los dientes, mirándolo a través del espejo. Me había seguido, apoyándose contra el marco de la puerta.

—¿Podemos hablar?— alcé una de mis cejas, haciendo un gesto con la mano para que dijese lo que quisiese decir— Perdón por no haber llegado ayer. Dejé la sesión de fotos antes pero la camioneta se rompió y...

Mentira. Mentira. ¡Mentira!

Desbloqué mi celular, pasándoselo. Había dejado la conversación abierta, así que únicamente tenía que apretar el link. No quería ver su reacción, por lo que me incliné para poder enjuagarme la boca. En cuanto terminé con los dientes me limpié la cara, tardando más de lo necesario.

—Eugenia esto es pura mierda— dejó mi celular sobre la mesada del baño— Saskia si intentó acercarse más de lo necesario, pero no pasó nada.

Le creía, pero no hacía que todo eso doliese menos. No había leído la noticia, pero me podía imaginar lo que decía. Lo mal que me dejaban parada a mí. Porque sí, vivíamos en una sociedad que criticaban a la persona a la que le habían sido infieles, sobre todo si era mujer, y no al que se había mandado la cagada. Y eso era lo de menos. Me chupaban tres ovarios y medio lo que dijese la gente de mí, lo que me jodía era que él no hubiese estado para mí.

Me sequé el rostro, dándome la vuelta para mirarlo.

—¿Qué hacías con ella cuando tendrías que haber estado conmigo?

Se pasó una de las manos por el cabello, desordenándolo.

—Salí de la sesión de fotos antes para llegar a tiempo. Saskia me pidió que la alcance porque quedaba de camino. Sabes que no me molesta llevar a la gente. Pero en la avenida se rompió la camioneta. La grúa tardó un montón en llegar. Para cuando llegué a casa la fiesta después del estreno ya había arrancado, y si me vestía e intentaba ir, no iba a llegar a tiempo.

Me rindoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora